El centro de depilación láser Bedda cierra sus tiendas en España, incluidas la de Donostia e Irun, al entrar en concurso de acreedores
La marca, fundada en 2017 en San Sebastián, cuenta con unos 80 trabajadores en todo el Estado, que desconocen las consecuencias para los consumidores con bonos contratados
Diego Fernández Tortosa
San Sebastián
Jueves, 18 de septiembre 2025, 13:10
La compañía Bedda, especializada en depilación láser, ha cerrado todos sus centros en España de manera repentina, tras entrar en concurso de acreedores. La firma, fundada en Donostia en 2017, cuenta con más de una veintena de establecimientos en todo el Estado, dos de ellos en Gipuzkoa (uno en la propia capital guipuzcoana y otro en Irun). El local donostiarra, en la calle San Bartolomé, amanecía hoy cerrado, sin ningún cartel explicativo.
El Juzgado Mercantil 1 de San Sebastián resolvió, hace unos días, el proceso concursal de las empresas gestoras (las sociedades Mendichena e Iniciativas Bodochena), a la vez que ordenaba el comienzo de la fase de liquidación de la compañía, según fuentes del sindicato principal, CC OO. Una decisión que se habría adoptado de manera voluntaria.
Un procedimiento que, según afirman las fuentes sindicales consultadas, se remonta a julio de este año. «Nosotros no hemos tenido ningún contacto con la empresa ni nada. El 23 de julio recibimos una carta diciendo que había intención de ERE. Pero no sabemos nada y el miércoles nos dijeron que no trabajáramos», denuncian empleados.
Tratamientos ya pagados
Y es que las sociedades que gestionaban los centros estéticos llevaban teniendo pérdidas durante seis ejercicios consecutivos, hasta que acumularon un saldo negativo superior a 3 millones de euros. Bedda contaba con 80 trabajadores en plantilla que, según ha podido conocer este medio, llevaban tres meses sin recibir su sueldo.
La incógnita en estos momentos tiene que ver con los bonos y tratamientos pagados por los clientes, ya que aún se desconoce qué va a ocurrir al final del trámite concursal. «A nosotros nos da pena por la gente, porque muchos habían comprado bonos con anterioridad y no se sabe si se les va a devolver, pero es que los trabajadores no sabíamos que iba a pasar esto porque llevamos meses sin mucha comunicación», concluye un trabajador afectado.
Ante esta posibilidad, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado un comunicado este jueves recomendado a los consumidores afectados distintas formas de actuar. Las principales son «recopilar y guardar toda la documentación que dispongan que demuestre la vinculación con la clínica o el prestador de servicio», «ponerse en contacto con la clínica por escrito dejando constancia fehaciente de que no se ha cumplido el contrato y reclamando la finalización del tratamiento», o «reclamar ante los Servicios de Consumo los posibles perjuicios que el cierre haya podido ocasionarles».
En caso de haber sufrido una «mala praxis», remarca el comunicado, los interesados deben «presentar una reclamación ante las Autoridades Sanitarias» de Euskadi. Por último, la OCU recalca que, de haberse solicitado un crédito vinculado al contrato de servicio con la clínica, el interesado debe escribir, de forma «fehaciente», al servicio de atención al cliente de la «entidad financiera donde tuvieran el crédito», con tal de pedir su «anulación por no haberse prestado el servicio». «Al no cumplirse lo pactado, ese crédito deja de ser exigible. Si pasados dos meses la entidad no responde al consumidor o su respuesta no es satisfactoria, puede presentar una reclamación ante el Banco de España», concluye el escrito.