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El caserío se transforma en clase durante dos días
Centenares de personas se acercan a los caseríos de Gipuzkoa y Bizkaia para conocer su día a día
Ur, Lizar y Dan quisieron saber qué es eso de ser baserritarra y no dudaron en coger una gran escoba para retirar la hierba ... que las vacas habían esparcido por el pasillo del pabellón del caserío Agirresoroaundi de Aia. Antes, ayudados por su madre Nagore, habían probado con un tridente para acercarles algo de hierba seca.
A los jóvenes zarauztarras no les importó ensuciarse las manos ni la ropa, se agacharon, se arrodillaron e, incluso, se sentaron con el claro objetivo de que los terneros comieran. Los chavales de corta edad quisieron visitar el caserío Agirresoroaundi en la jornada de puertas abiertas que organizó el sindicato agrario ENBA. «No conocíamos el caserío pero hemos venido a pasar la mañana», reconocía Nagore, que había decidido apuntarse al plan para conocer de cerca el trabajo de los baserritarras y que los chavales pudieran tener contacto directo con los animales. Y lo consiguieron. Tocaron sus hocicos y se llevaron más de un lametazo, pero eso no les importó.
Muy cerca se encontraba Unai Uzkudun, hijo del caserío aiarra, que comentaba con la madre de los zarauztarras los pormenores de la cría de las terneras; que, en este caso, se convertirán en grandes productoras de leche que después podremos consumir de la mano de Kaiku. Unai, estudiante de un módulo de formación profesional en Elgoibar, detallaba que «toda la producción se realiza de manera robotizada», lo que facilita mucho su trabajo, ya que el padre de Unai, Joxean, cuenta con unas 225 cabezas de ganado. Entre ellas, comentaba «alguna ha logrado producir 85 litros en un día, mientras lo habitual suelen ser 60-65 litros».
«Queremos que tomen conciencia y aprendan a valorar el trabajo que realizan en los caseríos»
Lidia y César habían acudido desde Ermua y mientras escuchaban los apuntes de Unai, se acercaban a los animales que permanecían ajenos a los visitantes. Lidia reconocía que no se arreglaba muy bien con el euskera, pero «hemos venido porque a mí me gustaban mucho los animales». La ermuarra, oriunda de Galicia, admitía que «cuando era una chavala teníamos cerdos y gallinas». Aseguraba que «este tipo de iniciativas son muy interesantes porque ayudan a valorar el trabajo de los baserritarras y, sobre todo, considero que es muy interesante para los niños».
Aprender y valorar
Izarra e Idoia compartían con Lidia esa opinión. De hecho, acudieron con sus respectivas hijas, Erroxe y Leire, y la abuela, Francisca, para que las niñas «tomen conciencia del esfuerzo que supone trabajar en el caserío y aprendan a valorar ese trabajo». Las errenteriarras repetían participando en la iniciativa 'Ongi etorri baserrira' de ENBA.«El año pasado visitamos una explotación de gallinas ponedoras». Izarra insistía en la importancia de que «aprendan de dónde salen los alimentos que consumen. No pueden creer que vas al supermercado y compras la leche en botellas o tetra brick o los huevos en cajas. Tienen que saber de dónde sale la leche, cómo es el proceso de ordeño, la importancia de la calidad de lo que consumimos...».
Joxean Uzkudun, baserritarra del caserío Agirresoroaundi, rodeado de sus hijos Irati, Joseba, Ainara y Unai intentaba aclarar todas las dudas a los visitantes. Joxean contaba cómo su abuelo y después su padre vivieron en su caserío de la producción de leche. «Las cosas han cambiado mucho estos últimos años. Nosotros ahora contamos con el pabellón controlado por cámaras, ordenadores, ordeño con robot... pero eso exige que sepas de electrónica, electricidad, informática y qué decir de controlar internet», pero la dedicación de los Uzkudun en su explotación es máxima. De hecho, los hijos colaboran durante sus vacaciones y Joxean reconoce que «llevamos 30 años inmersos en el proyecto de la mejora genética», apuesta que les ha proporcionado más de una alegría con varios galardones.
Cada año más gente e interés
Muchas cosas comentaron, compartieron, aprendieron... los Uzkudun y los visitantes que se acercaron al caserío Agirresoroaundi en la segunda jornada de puertas abiertas que organizaban con ENBA.
La organización agraria comenzó hace cinco años, en 2014, «con la iniciativa 'Ongi etorri baserrira' con el objetivo de tender puentes entre el mundo del caserío y el mundo urbano», recordaba Xabier Iraola, coordinador de ENBA.Así, el sindicato agrario impulsó la primera jornada de puertas abiertas invitando a conocer «ocho caseríos, con el fin de estrechar los lazos entre productores y consumidores y, por ello, está adscrito a la iniciativa Nirea, que quiere poner en valor la relevancia del sector primario en el desarrollo económico y social sostenible de Euskadi, con el objetivo de contribuir a la Reactivación del Sector Primario y la Revitalización del Medio Rural y Litoral».
«La iniciativa 'Ongi etorri baserrira' ha ido creciendo año a año en interés y participación»
En esta sexta edición, desde ENBA se ha ofrecido «una oportunidad única para redescubrir el origen de lo que comemos y conocer, en su propio entorno, a las personas que producen los alimentos que nos llegan a la mesa». Entre el viernes y el sábado, «treinta y seis baserritarras de Gipuzkoa y Bizkaia abrirán las puertas de sus explotaciones para mostrarnos sus cuadras, sus huertas y praderas», destacaba Iraola.
El sindicato agrario también ha programado numerosas jornadas para este sábado, pero las plazas para las visitas ya están agotadas. Cada vez es mayor el número de personas que muestran su interés por conocer y aprender cómo es la vida y el trabajo en los caseríos, se felicitan desde el sindicato agrario. «La iniciativa ha ido creciendo año a año en interés y participación. Así, el número ha pasado de los 100 visitantes de 2014; 250 el año siguiente; 450 en 2016; 559 en 2017; 680 el pasado año, y este año hemos alcanzado las 900 personas inscritas».
La iniciativa 'Ongi etorri baserrira', según sus impulsores, «supone una apuesta clara por el producto de cercanía, para poner en valor el mundo rural, impulsar el turismo rural de interior así como potenciar nuestra gastronomía popular».
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