La futura N-121-A cobra forma
Las obras, con dos de los cinco tramos en ejecución, permitirán convertir la vía en una carretera 2+1 y reducir su peligrosidad
ALICIA DEL CASTILLO
Baztan-Bidasoa
Lunes, 14 de junio 2021, 06:39
Se prevé que la totalidad de la obra de la carretera N-121-A que une Pamplona y Francia por Behobia, incluido el desdoblamiento ... de los túneles de Belate y Almandoz, finalizará en 2025. Se trata de la conversión en una carretera 2+1 de mayor capacidad de una de las principales arterias viarias de conexión de Navarra con Francia y Europa. Una vía por la que circulan diariamente en torno a 10.000 vehículos, de los que 2.800 son pesados.
Para llevar a cabo la obra viaria más importante que afronta Navarra en la última década, el Gobierno Foral decidió dividirla en cinco lotes o tramos, cuyo presupuesto podría rondar los 72 millones de euros, mas el desdoblamiento de los túneles de Belate y Almandoz, que tendrían un coste de unos 100 millones.
Tramos
Las obras del primer tramo, entre el p.k. 5+550 (glorieta de los túneles de Ezcaba) y el p.k. 10+500 (travesía de Olabe) ya están en marcha y tienen una duración prevista de 8 meses, por lo que tendrían que estar finalizadas para el otoño. Las realiza la UTE Acciona Construcciones - Excavaciones Fermín Osés por un importe total de 8.143.529,77 euros, IVA incluido.
El tramo 2 se desarrolla entre el p.k. 10+500 (travesía de Olabe) y el p.k. 22+500 (cruce de Lantz) y los trabajos, que desarrolla la empresa Construcciones Mariezcurrena, comenzaban el pasado 30 de abril. Cuentan con un plazo de ejecución de 9 meses y un coste de 10,8 millones de euros procedentes de los Presupuestos Generales del Estado. Los 12 kilómetros deberían estar listos para finales de enero de 2022.
El tramo 3 va desde Lanz hasta Igantzi, entre el p.k. 22+500 y el p.k. 40+900; el 4 transcurre entre el p.k. 40+900 y el p.k. 52+430 (boca sur del túnel de Arrigaztelu) y el 5, desde el punto kilométrico 52+670 (boca norte del túnel de Arrigaztelu) y el 68+440 (límite con Gipuzkoa).
La intención del Gobierno de Navarra es ir adjudicando uno tras otro los proyectos, para que la totalidad de las obras se vayan desarrollando coincidiendo en el tiempo unas con otras, o de forma continua, para que la afección al tráfico no sea tan larga en el tiempo.
De hecho, en febrero declaraba urgente la expropiación forzosa de los bienes y derechos afectados para ejecutar las obras del tercer tramo, de 18,4 kilómetros. Con esta medida, que conllevará un gasto de 627.540 euros sobre el total de la obra, licitada en 15,3 millones, se quiere agilizar los trámites de ampliación de esta carretera. La obra de este tercer tramo incluirá la construcción de dos rotondas, una de acceso a Oronoz y otra para el área de servicios de Doneztebe. Asimismo, habrá un nuevo enlace en Sunbilla.
Túneles de Belate y Almandoz
Durante el verano de 2022 podrían iniciarse las obras de desdoblamiento de los túneles de Belate y Almandoz. En este momento estos túneles tienen dos carriles, uno en cada sentido. Con el desdoblamiento se pretende dejar dos carriles de cada túnel para cada sentido de circulación. Se estima que estos trabajos, que son de gran envegadura, se ejecutarán en 27 meses el de Belate y 17 el de Almadoz, por lo que podrían finalizar en 2025.
El nuevo túnel de Belate dispondrá de cinco galerías de emergencia cada 500 metros, conectadas al actual tubo. La galería central permitirá el paso de vehículos de emergencia y las otras cuatro serán peatonales con acceso a vehículos ligeros.
En lo que respecta al futuro túnel de Almandoz, que será finalmente 160 metros más largo que el actual, contará con dos galerías de emergencia. En el tramo entre túneles, se construirá un nuevo viaducto de 210 metros.
«2+1, transformación íntegra»
Desde el Ejecutivo foral destacan que el proyecto 2+1 de la N-121-A es «la primera transformación integral de estas características en una carretera de España».
Con objeto de impulsar este tipo de vías, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana acaba de aprobar la primera norma española sobre carreteras 2+1, que constituirán «un híbrido entre autopistas/autovías, con dos calzadas separadas, y carreteras convencionales, con una calzada».
Según el Mitma, las principales ventajas son «mejores condiciones de seguridad respecto a la carretera convencional, ya que evita las colisiones frontales; mejor nivel de servicio, dado que se obtendrían velocidades medias de recorrido más elevadas, y menores afecciones ambientales».
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