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Las playas de La Concha y Ondarreta volvieron ayer a llenarse de bañistas en un día de calor. S. SANTOS

Localizan en aguas de Donostia dos ejemplares de 'carabela portuguesa'

Las dos 'falsas medusas' fueron recogidas el miércoles en Ondarreta. Ayer Cruz Roja no avistó ningún individuo de esta especie tóxica

Arantxa Aldaz

SAN SEBASTIÁN.

Viernes, 3 de agosto 2018, 07:09

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Hace siete años que no se tenían noticias de ellas en aguas guipuzcoanas, pero las temidas 'carabelas portuguesas' han regresado. De momento, en número muy limitado, aunque suficiente como para que los servicios de vigilancia de playas se hayan puesto ojo avizor. El pasado miércoles, una embarcación de Cruz Roja recogió en aguas de la bahía de la Concha un ejemplar de esta especie tóxica, conocida como 'falsa medusa' porque no pertenece a esa familia pese a su apariencia.

El aviso lo dio sobre las 18.00 horas un bañista, que había sufrido una picadura mientras nadaba por Ondarreta. Miembros de Cruz Roja, que se encargan de la vigilancia de los arenales, salieron a buscar al 'culpable'. Lo encontraron en Ondarreta, cerca del muro del paseo del Tenis. Y lo depositaron en la isla. Era una 'carabela portuguesa', con su característico color azul violáceo y sus largos filamentos cargados de células urticantes.

Carabela portuguesa

  • Características La 'carabela portuguesa', también conocida como fragata portuguesa o aguaviva, es una especie colonial que vive flotando en la superficie del mar gracias al gran flotador que posee (pneumatóforo), que está lleno de gas, y que puede alcanzar los 30 centímetros de largo y diez de ancho.

  • La coloración de este pneumatóforo es azul plateado con tonos rojizos o violáceos, el resto de la colonia es de color púrpura o azulado. Los elementos defensivos se caracterizan por constituir largos filamentos cargados de células urticantes que pueden sobrepasar los veinte metros de longitud cuando están totalmente extendidos.

  • Aspecto Se puede confundir con un plástico flotante.

Horas antes, también se había hallado otro supuesto ejemplar, cerca del gabarrón de la misma playa. Cruz Roja no lo ha contabilizado oficialmente como una 'carabela', puesto que no se pudo realizar la identificación al llegar ya con el individuo bastante desintegrado, explicaron desde la entidad. El Ayuntamiento de Donostia, en cambio, sí la incluye en el recuento. El concejal de Playas y Mantenimiento Urbano, Miguel Ángel Díez, indicó que tanto desde el Consistorio donostiarra como desde Cruz Roja siguen atentos por si aparecieran más ejemplares. Ayer, en el rastreo de las playas desde la embarcación no se localizó ninguno. Se pide cierta precaución y si algún bañista avista alguna medusa o algún ejemplar que pudiera ser una carabela, que dé aviso.

De momento, las autoridades no han visto necesario ondear la bandera amarilla junto con el aviso de medusas. Según explican desde Cruz Roja, el protocolo indica que, dependiendo del número de individuos y de picaduras, se iza el distintivo amarillo. En caso de que se trate de una plaga, se puede llegar a prohibir el baño con bandera roja. No se ha llegado a esa situación extrema. Pero los encargados de la vigilancia de las playas guipuzcoanas han sido puestos sobreaviso, en plena afluencia de bañistas y con los días de calor y playa venideros.

Imagen. Playas llenas hoy en Gipuzkoa.

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Imagen. Playas llenas hoy en Gipuzkoa. Sara Santos

En el protocolo diseñado por el Gobierno Vasco, después de varios años -entre 2008 y 2011- en los que la presencia de carabelas supusiera en la costa vasca un verdadero quebradero de cabeza, también se cuenta con la colaboración de las cofradías de pescadores y aficionados a la náutica. En caso de que se aviste un número apreciable de ejemplares de carabelas, unos y otros deben contactar con el Centro de Coordinación SOS Deiak, bien de forma directa o a través del canal 16 de radio. Estos datos se remiten a su vez a la Fundación Oceanográfica Azti Tecnalia que, con el apoyo de la agencia Euskalmet, determina su trayectoria y se calcula si pueden recalar en la costa. En caso de que sea así, se comunica a las diputaciones y ayuntamientos con la finalidad de que adopten las medidas preventivas que consideren oportuno.

En el Mediterráneo, el problema ha adoptado peor pronóstico. Las alarmas han saltado esta temporada en playas de la Comunidad Valenciana y Murcia, donde se han llegado a cerrar arenales. El viento y las corrientes suelen influir en sus desplazamientos.

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