La caída de visitantes procedentes de Madrid da la puntilla al turismo en Gipuzkoa

Ahora bien, vistas las últimas 24 horas, todo apunta a que la incertidumbre se mantendrá hasta el final. Buena parte del sector turístico guipuzcoano vio cierta esperanza en la primera mitad del día de ayer, cuando la Justicia echó por tierra el cierre al que estaban obligados desde el pasado viernes 5 millones de madrileños. Sin embargo, los alojamientos terminaron la jornada asumiendo que la ocupación que tenían ya no iba a variar en exceso, después de que Pedro Sánchez anunciara su voluntad de decretar otro estado de alarma en Madrid para evitar una estampida de los madrileños - y del Covid- a otras comunidades.

Si algo evidencia esta situación es que la incertidumbre de los establecimientos alojativos deberá aprender a convivir con la improvisación de los turistas, y en este escenario, las reservas de última hora adquieren un papel determinante en el comportamiento del sector. En el caso de las viviendas de uso turístico, por ejemplo, «en tres días hemos pasado de estar al 40%, a estar de media a casi el 59%», apunta Asier Pereda, presidente de Aparture, quien matiza que mañana sí rozarán el 70%, una cifra nada desdeñable, pero sí alejada del completo que suele registrar la capital guipuzcoana en estas fechas.

Desconoce si una decisión de última hora en la Comunidad de Madrid sorprenderá con un repunte de reservas, porque «es prácticamente imposible hacer previsiones. Todo depende de variables ajenas a nuestro control. Es tremendamente complicado gestionar este contexto porque implica corregir día a día. No hay más que ver la evolución de las reservas del lunes a ayer, para un puente que empieza hoy», dice Pereda, que ha visto caer también la tarifa media por noche de los 154 euros a 131 en el caso de los pisos turísticos.

En Hoteles de Gipuzkoa, por su parte, se muestran reservados a la hora de hablar de porcentajes de ocupación. Subrayan que el sector está más que preparado para recibir visitantes, pero Paul Liceaga, no esconde que la ocupación en verano ha sido «la mitad de otros años, y la hotelería se asoma al peor de sus inviernos, con varios establecimientos que han echado ya el cierre temporal» y con una facturación que «se va a reducir entorno a un 80%». Durante el verano, quedó evidenciado que el turista este año busca entornos naturales, y en ese redireccionamiento de las preferencias, las casas rurales y los agroturismos habían salido reforzados. Sin embargo, este puente, aunque las cifras no son del todo malas dadas las circunstancias, parece que les está costando despegar.

Según Nekatur, la ocupación media de estos alojamientos en Gipuzkoa se sitúa en el 40%, menos de la mitad de la registrada en una situación normal. «En 2019 este puente cayó en fin de semana, pero en 2018 rondamos el 83% de ocupación», aclara Idoia Ezkurdia, que subraya que «al margen de El Pilar, hay que tener en cuenta que lo preocupante es que el resto del mes no estamos teniendo actividad». La gerente reconoce el perjuicio que supone para este modelo de alojamiento los cambios en las decisiones que se están produciendo en Madrid, porque «la mayoría de los que nos visitan son madrileños, catalanes y vascos» y perder a uno de los tres principales mercados emisores de turistas «repercute directamente» en la cuenta de resultados.

Para saber si finalmente los alojamientos guipuzcoanos podrán remontar las reservas y contar con público madrileño o no, habrá que seguir esperando. Aún es viernes.