Ciberataques, estafas o minicréditos, la otra cara de las compras masivas
Algunas empresas han empezado a prohibir a sus empleados recibir en la compañía los pedidos de consumo propio
Hace prácticamente cuatro años que la moda importada del 'Black Friday' se instaló en nuestras vidas. Muchos ven esta campaña como los días más ... apropiados para realizar las compras que antes se hacían en Navidad y así ahorrar unos euros en las ofertas que comercios tradicionales y 'online' realizan. Pero a la sombra de este cambio de hábito del consumo también se han instalado otras costumbres o amenazas no del todo saludables y que en más de una ocasión generan verdaderos quebraderos de cabeza y están provocando la toma de medidas drásticas.
Hablamos, en primer lugar, de los ciberataques y estafas digitales que se precipitan gracias al aumento exponencial de compras en páginas web. «Se prevé un aumento del 30% en lo que se refiere a delitos digitales», explican desde la compañía donostiarra de ciberseguridad S21sec. Tal es la avalancha de incidencias durante estas jornadas que los especialistas en ciberseguridad han acuñado el término 'Attack Friday' (Viernes de ataques) para concienciar a los consumidores a la hora de realizar sus compras 'online'.
Desde S21sec apuntan que los atacantes intentan aprovechar cualquier descuido de los consumidores, abrumados en muchos casos por el gran número de ofertas y promociones recibidas, para instalar 'malware' en sus dispositivos –programas maliciosos– y robar información bancaria. Los expertos en seguridad apuntan que estos «cibercriminales» usan principalmente técnicas de 'phishing', enviando emails con grandes descuentos en nombre de compañías y tiendas 'online' a las que suplantan para incitar a los usuarios a abrir los correos electrónicos.
Préstamos para la compra
Otros que se han adaptado de forma rápida al 'Black Friday' han sido los bancos. Con cada vez menor posibilidad de sacar rendimiento al negocio tradicional, la gran mayoría de entidades de crédito han visto en estas campañas la posibilidad de firmar 'minicréditos' con sus clientes para 'ayudarles' a realizar estas compras.
Ese es el caso, por ejemplo, de Kutxabank, que ha comercializado los 'Minikredit', préstamos de hasta 3.000 euros, amortizables en diez meses. Unos créditos que, en muchos casos, se pueden adquirir en el mismo formato en el que se realizan las compras 'online', es decir, a golpe de 'clic' o con el mismo móvil. De hecho, la propia Kutxabank señala que el 72% de los préstamos al consumo que la entidad formalizó en 2018 se contrataron a través de 'smartphones', una muestra de lo impulsivo que puede llegar a resultar la compra 'online'.
Y no solo préstamos, algunas inmobiliarias ligadas a entidades bancarias como Servihabitat o Solvia también se han lanzado a aprovechar el 'Black Friday' con rebajas de entre el 20 y el 35% en sus viviendas.
Toma de medidas
Pero rizar el rizo del 'Black Friday' también tiene sus consecuencias y derivadas en compañías a las que 'a priori' ni les va ni les viene, la campaña. Hablamos de esas oficinas con 8 o 10 empleados en los que los trabajadores se han acostumbrado a poner como dirección de destino de los paquetes la sede de la empresa, ya que pasan más tiempo en el trabajo que en casa en ese horario de reparto. «Hay muchos casos en Donostia de este estilo y podemos entregar 5 o 6 paquetes de Amazon en una pequeña oficina del centro», señala Dani Ruiz, de la red de reparto Txita.
Esa costumbre se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para los empleados de secretaría que deben atender y distribuir estos paquetes personales, y también una pérdida de tiempo para los propios trabajadores si se deciden a abrirlos en la oficina. Por esa cuestión, algunas empresas han comenzado a prohibir que sus empleados recibir los pedidos personales en la dirección de la compañía.
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