Los beneficiarios de la RGI sin permiso de residencia ni trabajo bajan a 6.224
Los perceptores de esta ayuda que no tienen su situación regularizada han descendido por primera vez en los últimos cuatro años
El número de beneficiarios de la RGI que no tienen ni permiso de residencia ni trabajo ha descendido por primera vez en los últimos cuatro años. A lo largo de este año, de media, se han llevado a cabo 3.318 expedientes de esta ayuda social para personas que no tienen su situación regularizada, esto es, que no tienen reconocida la residencia legal efectiva en Euskadi. En total, los beneficiarios son 6.224 personas, si se tiene en cuenta los miembros de las diferentes unidades familiares.
Son las cifras más bajas desde 2021, según el consejero vasco de Economía, Trabajo y Empleo, Mikel Torres. En una respuesta parlamentaria a una pregunta realizada por Amaia Martínez (grupo mixto Vox) señala que el importe total destinado a estos expedientes este 2024 ha sido de 28 millones de euros, casi la mitad que el ejercicio anterior. Ese año hubo, de media, 6.579 beneficiarios de esta prestación que no tenían permiso de residencia ni trabajo, y en total los expedientes fueron 3.866, una cifra que venía crecieron desde un par de años atrás –en 2021 fueron 3.193 y en 2022, 3751–.
La RGI es s una prestación económica mensual para atender las necesidades básicas de las personas y familias que no disponen de recursos suficientes, y que les ayuda a encontrar una salida laboral. «En Euskadi se ofrece cobertura de protección social con la RGI a personas en esta situación, que cumplen todos los requisitos, incluido el de empadronamiento previo de 3 años», explican fuentes del departamento de Economía, Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco. Es decir, «personas que tienen un proyecto de vida y de asentamiento aquí.» Con este colectivo, según se señala en la respuesta, se desarrollan itinerarios personalizados para facilitar la formación y la posible regularización de su situación, así como el acceso al empleo, a través de los programas de arraigo para la formación o arraigo social.
Lanbide tiene programas para facilitar la formación, el acceso al empleo y la regularización de papeles
Así, junto con el reconocimiento del derecho a la protección que ofrece la RGI, se articulan itinerarios para la inclusión socio-laboral de las personas beneficiarias de esta ayuda. De este modo, «todas ellas cuentan con una persona profesional referente en Lanbide, que realiza un diagnóstico de su situación mediante una valoración de empleabilidad, y que suscribe junto con ellas un plan integrado y personalizado de inclusión».
El pasado mes de septiembre, según los últimos datos disponibles, 13.862 personas cobraron la RGI en Gipuzkoa, casi un millar menos que en agosto, cuando fueron 14.092. En el conjunto de Euskadi los perceptores en septiembre fueron 57.743, frente a los 58.066 del mes anterior.
