Cuando llegamos a la(s) mano(s)
Batalla campal entre quienes juran que la mano que ganó, en perfecto consenso entre el tribunal libre del público del Principal y el inverosimil jurado ... formado por una hechicera coronado como Akerbeltz y dos humanos convertidos en cilindros cubiertos de telarañas por obra y (des-) gracia de la panda de Donosti Mag, era la de Irulegi o, como a todas luces (y tinieblas) parecía,la amadísima 'Thing', 'Dedos', 'La Cosa', 'Mouky' perteneciente al staff de la mansión de los Addams. Sí, ella, la que acompaña a Miércoles a la Academia Nunca Más.
Partidarios de cualquiera de las dos opciones se enfrentaron a cara perro o pico de pájaro tipo 'Médico de la Peste' (penúltimo atavío que lucieron el miércoles en la presentación de 'La ermita' las guardianas de las puertas del Victoria Eugenia) para defender a la de Irulegi o a 'La Cosa'. Como en tiempos olímpicos, los humanos llamaron a una diosa para que mediara en el entuerto. Y la diosa habló,
Aquella noche, la de Halloween, la Anbotoko Ama, es decir, Mari, es decir la humana que la interpretó en 'Irati', la magna obra de Paul Urkijo, es decir, Itziar Ituño, nada más verla aparecer en el escenario, saltando sobre sus cinco dedos (dos eran más bien piernas humanas pero eso no viene al caso), dijo «Me recuerda a la Mano de Irulegi'. La de 'Sorioneku', sí. Y, quienes creemos que cuando una diosa,sobre todo si es la madre de Atarrabi y Mikelats y compañera de Sugaar, habla, sentencia, asumimos que La Mano era más excelsa aún que 'Dedos'. Mucho más; era la que certifica ya la nueva antigüedad del euskera. A la(s) mano(s) llegamos en la 34. Ya lo dijo ayer en San Telmo David J. Skal, Gran Maestre escribidor de libros sobre el Fantástico ('Monster Show'): 'El siglo XXI no va a ser, precisamente un picnic para la especie humana'.
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