He colapsado con la foto que Annie Leibovitz ha hecho a los reyes. El rey uniforme de gala, la reina un Balenciaga vintage fantástico, joyones, ... el salón Gasparini del palacio Real y la luz del atardecer. Vale, de acuerdo, todo espectacular. Me lo dices o me lo cuentas. Pero a mí lo que me ha flipado es la pasta que ha pagado el Banco de España, 137.000 euros. No me parece caro. Todo lo contrario. No soy una cateta, tío. Pero 137.000 euros, es un precio absurdo. Lo normal es redondear 150.000, 200.000, sería razonable. Otra cosa es que la foto lo valga, pero no estamos hablando de eso.
También te digo que no fue un selfie, aquí te pillo, aquí te mato. Los reyes estuvieron posando cinco horas. Cinco. Y la Leibovitz viaja con cuatro ayudantes y otro más que vino de avanzadilla a buscar escenarios. O sea, para repartir, la fotógrafa y cinco más. No sé si cobran por horas. Pero al final, una miseria para una jornada agotadora. Ahí tenía que estar Yolanda Díaz apoyando al currante. Y El Banco de España una decepción, mucha leyenda, pero poco chimichurri. No entiendo por qué dijo Victor de Aldama (el nexo corruptor) :«¿Te crees que soy el Banco de España?» Bastante mejor paga él a sus colaboradores, comisionistas o lo que sean. Y termino. Dice la Leibovitz: «Con una cámara retenemos momentos fugaces de la vida». Ya te digo Leibovitz que la mejor cámara para atesorar «momentos» es la memoria. Sin tanta farfolla y artificio. Y encima gratis.
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