«Sin las ayudas para la energía estaría muy mal»
Yaniursy Fonseca recibe ayuda para pagar las facturas. Vive con su hijo y su sobrino y es la única con ingresos de su hogar
Yaniursy Fonseca lleva catorce años en Euskadi, aunque alguno menos en Gipuzkoa. Nacida en Cuba, cruzó el charco «por amor» y en estos momentos vive ... en Elgoibar. Hace un tiempo que empezó a encontrarse con alguna dificultad económica. «La inflación, con la continua subida de precios, la pandemia y la guerra de Ucrania no han ayudado a recuperarse», asegura. De ahí que hace un año aproximadamente se viera en la obligación de «pedir ayudas para pagar las facturas», dice. «A veces llega un momento en la vida en el que no te queda otra. Pedir no es fácil, pero cuando tienes a tu cargo otras personas no quieres fallarles», reflexiona Yaniursy, de 42 años, que es una de las beneficiarias de las ayudas de pobreza energética del Gobierno Vasco, gestionadas por Cruz Roja. Son una de las líneas de ayuda del Fondo Isuri, para hacer frente a las consecuencias sociales derivadas de la guerra en Ucrania. Más allá de los programas específicamente enfocados a la acogida de personas y familias procedentes de Ucrania, el fondo de rescate social habilitado incluye también ayudas complementarias para la atención a diversos colectivos vascos en situación de vulnerabilidad.
Ella vive con su hijo, que acaba de cumplir los 18 años, y su sobrino. «Los dos estudian. En mi hogar, de momento, soy la única persona con ingresos. Ellos dependen de mí», reflexiona mientra echa la mirada atrás. Ha vivido mucho desde que dejó su querida Cuba. «Las cosas han cambiado». Pero no se queja. «Gracias a estas ayudas estoy tranquila en casa. Sin ellas, lo estaría pasando muy mal. Tendría que medir mucho la calefacción, el uso de la cocina... Estaría limitada. Quizá quitarme la calefacción para poder comer... Nunca se sabe, pero alimentarse es básico». De hecho, además de ser beneficiaria de las ayudas a la pobreza energética también es usuaria del reparto de alimentos de Cruz Roja. «Les estoy muy agradecida», dice. «Hoy soy yo, pero mañana puede ser cualquier otra persona. Estas ayudas son muy importantes».
Es auxiliar de enfermería, pero su sueldo «no es tan alto como para poder hacer frente a todos estos gastos sola», asegura. Por eso le derivaron a este servicio, del que forma parte Sonia Rodríguez. Ella es técnica de Cruz Roja en Elgoibar y entre otras cosas se encarga del programa de pobreza energética, que tiene una veintena de usuarios en Gipuzkoa en estos momentos. «Son ayudas económicas para abonar el agua, la luz y el gas. Pero también se les ofrece información, asesoramiento y seguimiento», apunta. Entre las actividades estrella están los talleres en los que enseñan a los usuarios estrategias para ahorrar. «Es un programa muy completo».
En Euskadi se han destinado 51.140 euros para ayudar a diferentes personas, de los que 4.198 pertenecen a Gipuzkoa. «Solo puedo agradecer la existencia de estas ayudas que me permiten pagar los suministros básicos del día a día», dice Yaniursy.
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