«Los avisos para la ciudadanía se activan a partir de un 10% de probabilidad de fenómeno adverso»
Es la «referencia» con la que trabajan los expertos de Euskalmet para advertir sobre posibles situaciones de riesgo, en el caso de Goierri y Tolosaldea esa cifra quedó en el 7% de posibilidad
Iker Marín
Lunes, 16 de junio 2025, 00:09
Euskalmet trabaja con diferentes sistemas y modelos meteorológicos que marcan umbrales orientativos dirigidos a determinar el impacto potencial que pueden tener los diferentes fenómenos meteorológicos ... sobre las personas, infraestructuras o zonas expuestas. En base a esas predicciones se lanzan los diferentes avisos y alertas que llegan a la ciudadanía. El pasado viernes la Agencia Vasca de Meteorología informó en sus correspondientes boletines que cabía la posibilidad de que hubiera precipitaciones intensas en Gipuzkoa de más de 15 litros/m2 en una hora, pero la probabilidad «era baja», se quedó en el 7%, lo que motivó que no se activara ningún aviso hasta las 22.00 horas. «Como referencia, y tras la decisión que toma un grupo de expertos tras contrastar varios tipos de modelos meteorológicos, el tope para meter un aviso es a partir de un 10% de probabilidad de fenómeno adverso», explica Santiago Gaztelumendi, director de Estrategia y Coordinación de Euskalmet.
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Esa referencia, «perfectamente válida», llega tras dos reuniones diarias del equipo de la agencia en la que deciden la peligrosidad o no de los fenómenos meteorológicos. «Normalmente el 99% de las veces el sistema de avisos lo activamos con 24-48 horas de antelación respecto a la posible situación de riesgo. En base al fenómeno que detectamos activamos el aviso amarillo, naranja o rojo para avisar de lo que pueda pasar«, indica. Esa es la forma habitual de proceder, avisar con suficiente antelación, pero «a veces hay fenómenos de evolución tan rápida que no es posible hacer esto», indica en referencia a lo sucedido el viernes en Goierri y Tolosaldea.
Y pone como ejemplo la posibilidad de avisar con suficiente antelación para prevenir sobre galernas e incluso tormentas «que se vean en los modelos que manejamos, que están en el estándar europeo. Entonces avisamos de un día para otro o a la mañana para avisar de lo que viene por la tarde. Pero si el sistema que tenemos no nos permite tener los ingredientes suficientes para definir que algo va a ser un aviso o una alerta, no nos queda más remedio que actuar sobre fenómenos sobrevenidos».
Tener ese conocimiento sobre los fenómenos meteorológicos para detectar su «potencial adversidad» es fundamental para que el equipo de Predicción y Vigilancia de Euskalmet tome en esas reuniones la decisión de lanzar o no avisos o alertas, «y si no tenemos evidencias suficientes no vamos a emitir ningún aviso. Lo que podemos hacer, en todo caso, es remitirlo en el boletín informativo de Euskalmet, como pasó el viernes, al determinar que la probabilidad de adversidad era menor al 10%». Y continúa, «si los servicios meteorológicos, en general, nos dedicamos a lanzar avisos con probabilidades bajas, vamos a aumentar el grado de acierto, pero ¿a costa de qué? A costa de aquello de que viene el lobo».
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En el caso de esta gran tormenta del viernes sobre Tolosaldea y Goierri, Euskalmet señala que comunicó a las 23.43 horas que la alerta se había activado a las 22 horas, mientras que Aemet hizo lo propio a las 22.54 h.
El aviso por colores y peligro
Ante situaciones como las sucedidas el viernes en Goierri y Tolosaldea, Euskadi se basa en un protocolo de actuación de la dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco, realizado conjuntamente con Euskalmet, que se revisa anualmente y que se basa para lanzar las alertas en un criterio de semaforización. «En nuestro caso, y en el caso de prácticamente toda Europa, los colores para los avisos son el verde, amarillo, naranja y rojo», explica Gaztelumendi.
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En nivel verde significa que no ha riesgos de ningún tipo, el aviso amarillo es cuando se produce un nivel de impacto esperable leve o bajo «en la que solicitamos precaución, con riesgo para alguna actividad concreta». Por su parte, la alerta naranja «significa que sí hay riesgo meteorológico importante, con situaciones habitualmente poco frecuentes y podría haber daños importantes en algunas sectores, además de peligrar la integridad física de personas. En este caso, ya haríamos recomendaciones». Y por último está la alarma roja, que implica un «riesgo meteorológico extremo. Son fenómenos poco habituales, de intensidad excepcional, generalizados y que afectan a buena parte de la población».
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Si estos avisos y alertas los extrapolamos al caso de estas inundaciones de Gipuzkoa, «medimos las precipitaciones por acumulados de una hora», señala. El nivel amarillo por lluvias intensas se sitúa en 15-30 litros/m2, la alerta naranja llegaría al acumularse entre 30 y 60 litros/m2 y el rojo en más de 60 litros/m2, «pero estos umbrales siempre son orientativos porque debe haber impacto generalizado en zonas amplias del territorio«. Y hay otra varienta más, que es la marca las precipitaciones en 24 horas, es decir, las denominadas precipitaciones persistentes. «Ahí tenemos los valores de 60, 80 y 120 litros/m2 para marcar los diferentes avisos», finaliza explicando.
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