Aviso a navegantes en Euskadi: «Ha habido interacciones de orcas con barcos, esperamos que sean puntuales»
Azurea, el velero francés atacado por orcas en Gipuzkoa, aguarda su reparación en el Puerto de Getaria al tiempo que las instituciones notifican a todos los puertos la presencia de orcas en costas vascas
Apenas pasan unos minutos de las diez de la mañana cuando una pareja de trabajadores de Euskadiko Kirol Portuak se dispone a colocar dos DIN A4 en el cristal de la oficina del Puerto de Getaria. Desde Capitanía Marítima les han solicitado colaboración para hacer llegar a navegantes el anuncio de las recientes interacciones de orcas con embarcaciones de recreo en las costas de Gipuzkoa y Bizkaia. «Esperando que sean puntuales», concluye el texto del folio que ya cuelga en la entrada de la oficina del puerto.
Junto a él, otro cartel recoge una guía de recomendaciones sobre cómo proceder si una orca se acerca a tu barco. No son los únicos en compartir el aviso. El mensaje se ha enviado a todos los puertos de Euskadi, con la diferencia de que aquí aguarda a su reparación el velero Azurea, la embarcación francesa que estos días acapara todos los titulares y que ahora descansa en el embarcadero getariarra a las espera de los arreglos que permitan su vuelta al mar.
«Sus dueños estuvieron este martes por la tarde inspeccionando la embarcación y hablando con los técnicos por temas del seguro pero ya han regresado a Francia», comentan desde el puerto. En el lugar son varios los curiosos que a primera hora del miércoles se interesan en el velero y los daños sufridos en el timón y otras partes del casco. Ni siquiera la intensa lluvia impide que vecinos, propietarios de otros barcos y demás aficionados al mar se aproximen para examinar de cerca las consecuencias del ataque de las orcas.
Ninguno ha avistado nunca a estos cetáceos ni mucho menos ha sido víctima de una embestida de tal calibre. «Así que era verdad», señala uno de los presentes, junto a la verja que impide a toda persona ajena al puerto el contacto directo con Azurea. Dentro del espacio reservado al mantenimiento y reparación, técnicos miman otros barcos dañados por otras cuestiones. En el caso del velero francés, tras las primeras comprobaciones llevadas a cabo este martes para evaluar su estado, las labores de reconstrucción tardarán todavía un tiempo.
Por ahora, todos los ojos de las instituciones y navegantes se centran en el mar y la presencia confirmada de orcas en las aguas de Euskadi. Un fenómeno del que ya se tenía conocimiento debido a diversos avistamientos de estos animales en los últimos años pero que ahora adquiere otra dimensión tras el capítulo del pasado lunes a dos millas de Deba que ha llevado a la Capitanía Marítima de Bilbao y Pasaia a lanzar el aviso de estas interacciones, inéditas hasta la fecha en esta zona del Cantábrico.
Con las causas de estos acercamientos todavía por concretar, las primeras hipótesis señalan a la abundancia de bonito y atún rojo en la región, circunstancia que algunos expertos señalan desde hace algún tiempo altera la conducta de los cetáceos debido a la relación depredador-presa entre estas especies. No obstante, todavía es pronto para conocer si su presencia responde a un fenómeno puntual o que si por el contrario se dará también en los próximos años venideros. Tampoco era habitual su presencia en Galicia antes de 2020. Tocará esperar, al menos, un par de veranos para esclarecer si es una circunstancia o una nueva tendencia.
Los daños por ataques de orca, una cuestión de riesgo
De lo que no cabe duda es del grave riesgo que implica un encuentro con orcas en alta mar. De ello sabe, y mucho, Miguel Romero, patrón de altura desde hace más de veinte años y que cuenta con amplia experiencia en la construcción y reparación de embarcaciones de recreo.
Aunque él tampoco ha experimentado un encuentro directo con los cetáceos, sus asiduas navegaciones desde Brest al Estrecho de Gibraltar le hacen estar familiarizado con estos animales y sus riesgos. Por ello, no dudó un momento al ver la fotografía en redes sociales del barco damnificado en Deba de que los daños eran perfectamente compatibles con un ataque de orcas.
«El barco afectado cuenta con un timón en semi skeg donde el timón tiene dos puntos de apoyo y es más fácil que la fuerza se transmita hacia la limera y por tanto a zonas que afectan al casco, provocando una vía de agua y su posible hundimiento», señala en converaciones con este periódico, sobre el caso concreto de Azurera.
Una configuración antigua, generalmente anterior a los años 80, que «es muy robusta pero poco eficiente» y que provoca, al contrario que en los timones de sable actuales, que los daños se transmitan al casco a través de la mecha «y acaben hundiendo el barco».
«Por su parte, en los timones de sable actuales la parte sumergida del timón no tiene ninguna zona de apoyo y esto sumado a que son construcciones de tipo sándwich, con exterior de fibra y alma de espuma, hace que cuando hay un encuentro con orcas lo rompan muy fácilmente dejando solo a la vista la mecha de acero del timón. En las interacciones que se han visto hasta ahora cuando rompen el timón las orcas pierden el interés por el barco y siguen su camino. La 'suerte' con los veleros modernos y que sus timones rompan fácilmente porque no están diseñados para eso es que es muy poco frecuente que los daños se transmitan al casco a través de la mecha de acero del timón a la zona de la limera y acaben hundiendo el barco», concluye sobre las estructuras actuales, menos propensas al naufragio.