Repatriación lasartearra en Tailandia
Médicos del hospital de Cruces operaron a Álex García poco después de aterrizar en LoiuLa familia del vecino de Lasarte-Oria que estuvo dos meses ingresado en el país asiático por una pancreatitis aguda dice que «está estable dentro de la gravedad»
Macarena Tejada y José Domínguez
San Sebastián
Lunes, 22 de abril 2024
Álex García fue sometido a una intervención quirúrgica de urgencia en Cruces poco después de aterrizar en Loiu el Airbus militar medicalizado que le trasladó ... el domingo desde Bangkok, donde estaba ingresado por una pancreatitis aguda desde febrero. Así lo confirmó a este medio la donostiarra Usoa Martínez, mujer del joven de 36 años y vecino de Lasarte Orioa.
La repatriación del vecino de Lasarte-Oria Álex García desde Tailandia culminó este pasado domingo de forma exitosa, y el paciente trata de recuperarse ya en el Hospital de Cruces de Bizkaia. «Era una misión muy compleja por la situación clínica del paciente», narran los teniente coronel Francisco Cantalejo y Pilar Salvador, encargados del operativo de rescate del lasartearra. Álex llevaba dos meses ingresado por una pancreatitis aguda en un hospital de Tailandia y los profesionales de la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER) del Ejército del Aire y del Espacio no sabían cómo se iban a encontrarlo a su llegada al país asiático.
Nada más aterrizar en Bangkok el sábado, se acercaron a verle a la UCI donde le estaban tratanto para «valorarle y darse cuenta de que había posibilidades de traerlo». «Nada más montarle al avión, cambiamos la estrategia terapéutica y le extubamos. Lo cambiamos todo, recolocamos... Y Mejoró. La patología que tiene es muy compleja, pero ahora ya está en casa con los suyos y se ha hecho lo que pensamos que debebíamos hacer en todo momento», describía la compleja operación en la noche del domingo el teniente Cantalejo, tras regresar a la base militar de Torrejón de Ardoz, donde fueron recibidos por la ministra de Defensa, Margarita Robles.
La familia les acogió «con muchísimo cariño» a su llegada a Tailandia, en una operación de extrema delicadeza que además «toca mucho el corazón. Hemos llorado mucho», admiten ambos responsables del operativo. «Llevábamos muchas cosas que pensábamos que podíamos llegar a necesitar, pero luego no han hecho falta. Hay muchas ganas y muchas lágrimas en el camino», que ha durado unas 28 horas de vuelo y un total de dos días, desde el viernes que salió el Airbus militar medicalizado de Torrejón de Ardoz hasta que anoche regresó a la misma base aérea.
Antes de partir, al final de cada reunión todos los participantes en el operativo se repetían que podían sacar la misión con éxito, pese a ser «difícil y multidisciplinar. Hemos tenido un equipo fantástico, superior. Álex ya está aquí y estoy emocionada, feliz. El equipo se ha dejado el corazón», afirma la teniente coronel Salvador, después de la tensión para que todo saliera como estaba previsto.
«La fiebre no le bajaba»
Es más, los planes cambiaron con la subida de Álex al avión. «Volamos a 30.000 pies y las condiciones fisiológicas del pacientes a esa altura son diferentes», explica el teniente coronel Cantalejo. «Él venía con un tubo puesto y decidimos quitárselo. Pensábamos que no lo necesitaba. Pero hay que hacerlo arriba y ver cómo responde. Decidimos quitárselo y le dijimos que estuviera tranquilo, que ya no tenía el tubo puesto. Hubo que sedarle un poco para que estuviera más tranquilo, pero fue una decisión adecuada porque empezó a mejorar. Aunque fue una decisión complicada de tomar había que hacerlo porque si no la situación se complicaba mucho mas. La fiebre no le bajaba y hubo que reemplazarle dispositivos. Ha sido trabajo continuo, pero ha dado resultado».
La madre de Álex, Tere, ha sido «fundamental» en este proceso, según Salvador y Cantalejo. «Llegó mejor de lo que nos lo encontramos. Ha sido un trabajazo por parte de todo el equipo», aunque «si Álex no tiene energía no sale adelante. Su madre ha sido tabmién fundamental. Ha sido la que nos ha facilitado el contacto con los médicos de allí. Ha sido tremenda la energía que ha tenido a pesar de la dificultad». Su cuñada Saioa «también le ha dado mucha energía y fortaleza» y su mujer, Usoa, «ha pasado muchos nervios y preocupación» hasta su llegada.
Por su parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, asegura que se siente «muy orgullosa de las fuerzas armadas. Tenemos una gran deuda con ellas. Han ayudado a salvar esta vida y lo hacen en muchas ocasiones con mucha prudencia y silencio. Han hecho un viaje larguísimo, en una situación de riesgo, con muchísima prudencia. Nunca el ejército deja a nadie a atrás. Hemos hablado mucho con la familia. Me consta que está muy agradecida también. Álex, Usoa, estamos con vosotros».
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