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La familia Aramendi Galarraga al completo en el caserío Karakas Zar Usoz
GURE LURRA SEMBRANDO FUTURO

«El agroturismo ofrece una experiencia única para conocer el medio rural»

Joxe Mari Aramendi caserío Karakas Zar

MIRARI GÓMEZ

Viernes, 20 de diciembre 2019

Ubicado en Zumaia, el caserío Karakas Zar es un claro ejemplo de evolución y reinvención. Donde antes se dedicaban a la ganadería, ahora regentan un agroturismo, al mismo tiempo que producen uva y alubia. Actualmente al frente de la gestión se encuentra Joxe Mari Aramendi, cuarta generación de la familia, junto a su mujer, Miren Galarraga, y con la colaboración de sus tres hijos: Alexander, Soraia y Nerea.

¿Por qué el primer sector es estratégico para Gipuzkoa? Porque nos provee de alimentos kilómetro cero y de calidad, vertebra nuestro territorio, gestiona y cuida el entorno natural y el paisaje, nos da espacios de ocio y disfrute, y conserva nuestra identidad. El futuro del territorio no puede entenderse sin el primer sector, que va a ser una prioridad para la Diputación esta legislatura. Conozcamos, respetemos y apoyemos a quienes cuidan de Gure Lurra.

Antes se dedicaban a la ganadería en este caserío ahora reconvertido en un agroturismo. ¿Qué les llevó a tomar esta decisión?

–Aunque los comienzos del baserri se remonten a mis bisabuelos, aquí crecí con mis padres entre el ganado y la huerta. Llegó un punto en el que el caserío estaba viejo y aprovechamos la reforma para convertirlo en un agroturismo. Animados por la gente de la zona, apostamos por ello y estamos muy contentos. Al principio tuvimos algunos miedos y preocupaciones, pero a Miren (su mujer) le gusta el oficio y vale para ello.

Compagina ese oficio con el de la producción de la uva y la alubia de Tolosa...

–Tenemos cinco hectáreas de viñedo, que han sido nuestra gran suerte. La producción de uva es actualmente nuestra actividad principal, la más fuerte, aunque también somos los mayores productores de alubia de Gipuzkoa.

¿Qué momento vive la producción de estos productos? ¿Y la venta?

–Dependemos del tiempo, por lo que hay épocas de mejor o peor cosecha. La uva se la vendemos única y exclusivamente a un amigo, propietario de la Bodega Gañeta de Getaria, con la que elabora txakoli D.O. Getariako Txakolina. Las alubias las destinamos a Tolosako Babarruna, la asociación de productores de alubia de Tolosa, además de algunos particulares de la zona. Ambos productos funcionan genial y siempre se vende toda la producción.

Después de tantos años, ¿sigue motivado con el oficio?

–Siempre, porque aquí nunca se deja de aprender y de coger experiencia, aunque a veces sea a base de palos. Por suerte, los últimos años han sido bastante buenos y gracias a ese manejo, seguimos mejorando.

¿Es importante diversificar la actividad?

–Absolutamente sí. Es vital no centrarse en una sola cosa y ampliar el campo de acción para que si te falla uno, poder tirar del otro. Es una forma de asegurarse el poder vivir de esto, que no es nada sencillo. Poder hacer cosas diferentes es algo que siempre me ha gustado mucho y, pese a que entiendo que supone un mayor esfuerzo, creo que merece la pena.

«Quien tenga ganas de empezar en el sector primario tiene que superar el miedo y animarse con fuerza»

Por tanto, desde su amplia experiencia, ¿aboga por la explotación de diversos modelos agrarios?

–En la medida que se pueda, sí. Nosotros antes con las vacas lecheras estábamos mucho más atados, porque los animales requieren de un horario fijo y no entienden de días festivos. Mientras que el ganado es muy esclavo y sacrificado, la viña es totalmente lo contrario, libertad total. Si un día no vas porque llueve o tienes mucha tarea, no pasa nada, excepto que se acumula el trabajo. También el agroturismo requiere de una atención y servicios, pero es una actividad complementaria muy bonita.

¿Es importante combinar iniciativas que compaginen los atractivos del primer sector con el turismo para revitalizar el medio rural?

–A nosotros nos aporta mucho y los huéspedes lo agradecen y valoran muy positivamente. Supone invertir mucho tiempo en ellos y estar a su disposición para lo que quieran: visitas a la viña, la huerta, ver los animales... Pero merece la pena, porque se van muy contentos y, muchas veces, extrañados por haber descubierto un mundo nuevo. Al final nuestra tarea como agroturismo es ésa: ofrecerles una experiencia única y diferente para conocer el medio rural.

¿Sienten que reciben el reconocimiento que merecen?

–Hay de todo, gente que no tiene ni idea de lo que hacemos y que no muestra ningún interés, y otra mucha que se queda admirada e impresionada con lo que hacemos. No se puede pretender que este mundo interese a todos.

En el caserío trabaja con su familia y sus hijos, un ejemplo de relevo generacional que no siempre se produce...

–Alexander desde pequeño anduvo mucho conmigo en el oficio y, aunque probó otros trabajos, decidió quedarse aquí y está muy contento. Soraia y Nerea, en cambio, tienen sus propios empleos, aunque siempre que pueden le echan una mano a su ama con el agroturismo, que también les gusta. Nosotros vamos cumpliendo años y nos gustaría que ellos siguiesen con esto. Les vemos con ganas de seguir y les auguro un buen futuro, siempre que sigan trabajando bien.

Pero no todas las nuevas generaciones lo tienen tan fácil...

–No todos pueden empezar con las mismas condiciones, es verdad. Los comienzos suelen ser arriesgados, principalmente en el aspecto económico, y es una pena. Cada vez se ven más caseríos abandonados porque es muy complicado poder vivir exclusivamente de esto.

¿Cómo valoran las políticas de apoyo al medio rural de las instituciones?

–Existen, sí, pero a la vista está que no son suficientes. Se tendrían que dar más ayudas y facilidades al primer sector.

¿Cuáles son los aspectos más positivos de su trabajo?

–Hay muchos. Lo más importante es que te guste el oficio, ser trabajador y tener constancia. Aquí no es mejor quien más terrenos o ganado tiene, sino quien asume que este oficio requiere meter muchas horas en trabajos que te van a gustar más y otros menos.

¿Qué le diría a quien esté pensando en empezar a trabajar en el primer sector?

–En Karakas estamos dispuestos a recibir a cualquier persona interesada en el oficio, para explicarle de primera mano nuestra experiencia y dirigirle en los pasos a dar. Quien tenga ganas, tiene que romper esa barrera del miedo y animarse y arriesgarse con fuerza.

Agroturismo en Gipuzkoa

  • 181 agroturismos y casas rurales, 1.976 plazas ofertadas por día. El territorio tiene la tercera tasa más alta de ocupación a nivel estatal en alojamientos rurales.

  • El 60% tiene actividad ganadera. El 68% de los agroturismos son explotaciones agrarias con una superficie superior a la media. El 18% rea-liza actividad complementaria de transformación, más que la media de las explotaciones de Gipuzkoa.

  • En el 42% de los agroturismos la responsable es una mujer.

  • Son explotaciones más jóvenes que el promedio: el 38% de las personas titulares tiene menos de 55 años.

  • Futuro: El 94% de las explotaciones con agroturismo tiene planes de crecimiento o de mantenimiento.

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