Afianzan la avioneta para que no caiga por la ladera
Las autoridades aconsejan a los montañeros que eviten aproximarse a la zona del impacto
Bomberos y agentes de la Unidad de Rescate de Montaña de la Ertzaintza terminaron ayer de sujetar los restos de la avioneta que el miércoles ... se estrelló contra el monte Hernio. En el aparato viajaban dos ciudadanos británicos que perdieron la vida en el siniestro. La aeronave permanece en una pared de rocas, con una pronunciada pendiente, por debajo de la cual discurre una de las rutas que los montañeros utilizan con mayor frecuencia en su ascensión a la cumbre. Según fuentes consultadas, los restos podrían venirse abajo en condiciones meteorológicas adversas y poner en peligro a las personas que transiten por la zona.
Llega el fin de semana y todo hace pensar que serán cientos las personas que entre hoy y mañana se acercarán a las estribaciones del monte movidas en gran medida por la curiosidad que despiertan los restos de la avioneta incrustados en las rocas. Ayer fue la primera jornada en la que los cielos permanecieron totalmente despejados desde la fecha del siniestro. La excelente visibilidad permitía divisar el aparato desde cualquier punto del valle de Errezil. La parte central de la aeronave, desde la hélice hasta la cola, y sus alas dibujaban una cruz, una más que añadir a las que ya lucen en esta emblemática cima guipuzcoana.
Los restos se encuentran a 975 metros de altitud y según explicaron ayer especialistas de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza que todavía se hallaban en el 'campo base' de Zelatun, cualquier adversidad meteorológica, sobre todo el viento, podría desplazar el fuselaje y provocar que cayera pendiente abajo.
Sección de #Helicópteros ayuda en la investigación del accidente aéreo del monte #Ernio realizado un levantamiento cartografico de la zona del accidente. Se toman fotografías con geolocalización y se procesan, obteniendo la cartografía 3D de la zona #uvr #Ertzaintza #FelizFinde pic.twitter.com/OTOSgfHnrZ
— UVR Ertzaintza (@UvrErtzaintza) 12 de enero de 2019
Por ello, los expertos recomiendan que nadie intente aproximarse a la zona del impacto y mucho menos pretenda llegar hasta el punto donde permanece el amasijo de hierros. Hay que recordar en este sentido que la investigación sobre el siniestro está judicializada y cualquier manipulación de los elementos de la avioneta podría entorpecer el esclarecimiento de las causas del mismo.
El acceso hacia la cumbre por la ruta que parte desde Zelatun se encontraba ayer cerrado con cintas policiales, aunque se desconoce si en las próximas horas se procederá o no a su retirada. De cualquier manera, se aconseja a quien tenga pensado subir hasta la cruz que vaya por otros itinerarios como los de Urkizu o Hernialde.
La muestra del incendio
Por su parte, los técnicos de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac) desplazados desde Madrid llevaron a cabo el jueves las primeras averiguaciones. Ayer, la página web de dicho organismo ya registró el incidente. En el mismo detalla el modelo del aparato siniestrado, Piper PA-28-201 Arrow III, y su matrícula G-OARI.
Los expertos pudieron comprobar que la aeronave no efectuó ninguna maniobra para evitar la colisión contra la ladera, con lo que todo apunta a que la niebla fue un factor determinante. «La avioneta fue directa hasta las rocas», según afirmó un miembro del equipo de rescate que todavía seguía en la zona.
Asimismo, las primeras averiguaciones descartan que la aeronave tuviera problemas de falta de combustible. La prueba de ello es que tras el impacto se desató un incendio provocado por la gasolina que acumulaba en el tanque y que provocó quemaduras a los dos ocupantes, además de ennegrecer la pared de rocas contra las que colisionó.
A los investigadores les falta por determinar otras muchas cuestiones, tales como si la aeronave contaba con un sistema de navegación que permitía detectar el relieve del terreno o si el altímetro funcionaba correctamente. Ayer se desconocía si para completar la investigación tienen previsto solicitar el traslado del aparato a un lugar en el que continuar con el análisis. De momento, se desconoce cuándo y cómo se retirarán los restos de la avioneta.
Por otro lado, ayer les fue practicada la autopsia a los cadáveres de las dos personas que viajaban en el aparato. La necropsia le fue realizada en el Servicio de Patología del Instituto de Medicina Legal de San Sebastián. Se trata de David John Hockings y Simon Moores, británicos; el primero originario del condado East Sussex, y el segundo, de Kent. En el momento del suceso se dirigían a Hondarribia, donde tenían previsto efectuar una escala en su vuelo de regreso a Reino Unido tras su estancia en Portugal por cuestiones de negocios. Ambos eran socios de una empresa aeronáutica. Moores, experto en tecnologías y aviación y muy conocido en su país, relató en su cuenta de Twitter los detalles de su viaje. En uno de los mensajes reseñaba que existían «problemas» para repostar en Biarritz, por lo que decidió hacer la parada técnica en Hondarribia.
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