Crimen del monte Andatza
«Hablé con él por última vez cuando salió de la cárcel y le pedí por favor que no se metiera en follones»La madre de la víctima del crimen del monte Andatza recibió un audio de un varón haciéndose pasar por su hijo y enseguida intuyó «que algo raro estaba pasando»
El 20 de enero de 2022, día de San Sebastián, era una fecha marcada en el calendario por los padres de Alfredo, el donostiarra de ... 44 años que fue hallado maniatado y degollado en el monte Andatza tras ser asesinado por el novio de su expareja debido a un ataque de «celos». Su hijo, después de varios años preso, abandonaba la cárcel de Zaballa, en Vitoria, y regresaba a casa. «La primera conversación que tuvimos ese día fue cuando ya estaba en la furgoneta de camino a casa. Me llamó para que le metiera 10 euros en la tarjeta del teléfono», reconoció ayer la madre de la víctima en la tercera sesión del juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa.
Cuando Alfredo llegó a Donostia, fue directamente a visitar a sus progenitores. «Bajé al portal y en cuanto le vi le di un beso. Él estaba contento porque se iba a vivir por su cuenta», recuerda la mujer visiblemente emocionada. Después, él mismo le presentó a la pareja que le había recogido en prisión, las dos personas que a la postre se convirtieron en el asesino confeso y en la cómplice del crimen. «Me enteré de que estaban juntos y se lo recordé para que lo tuviera presente. Con el hombre no hablé nada, pero con ella sí que tuve algunas palabras», confesó en la sala. Acto seguido, la mujer se dirigió a su hijo y le dijo: «Por favor, no andes con tonterías ni te metas en follones». Esas fueron las últimas palabras que ella compartió con su hijo. Pasados unos días sin tener señales de Alfredo, la madre del fallecido recibió un audio de Whatsapp desde un número desconocido que decía lo siguiente: 'Mamá, estate tranquila...'. «Me llamó mamá, y mi hijo nunca me llamaba así, siempre me decía ama». En ese momento, detalló, «me di cuenta de que otro hombre se estaba haciendo pasar por él e intuí que algo raro estaba pasando».
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Por su parte, el padre de Alfredo estuvo con su hijo los días 20 y 21. El primero, una vez realizada la visita familiar, les invitó a comer y después les llevó a la casa de Hernani donde se iba a quedar a dormir. Al día siguiente le acompañó a sacar dinero al banco. Junto a él, también estaba el asesino confeso. «Me dijo que iba a sacar dinero para comprar un móvil, pero yo no entré y no sé cuánto sacó», explicó el hombre. A partir de ahí ya nunca más volvió a saber nada de él. Los progenitores han aceptado la indemnización que pudiera corresponderles.
Los móviles y una hoguera
En la sesión de ayer también comparecieron agentes de la Ertzaintza, que confirmaron que el asesino confeso y la principal colaboradora apagaron sus móviles minutos antes de abandonar el cuerpo en una zona escarpada entre Usurbil y Zubieta (Donostia). El agente encargado de la investigación añadió que «el día siguiente los dos volvieron al lugar de los hechos». Lo pudieron comprobar gracias a los repetidores, que muestran todo el recorrido que ambos hicieron desde Hernani -escenario de la pelea- hasta el monte Andatza, donde finalmente la víctima murió desangrada. Cabe destacar, además, que la principal colaboradora del asesinato, una mujer de 40 años, «cambiaba constantemente de terminal, pero no de tarjeta», un hecho que «llamó la atención» a los agentes.
Además, pasados unos días desde la aparición del cadáver, que fue encontrado por un senderista y sus cuatro perros un mes después de la muerte, la Ertzaintza recibió el aviso de que en una zona de Zumarraga se habían encontrado unas cenizas en una «especie de hoguera». La inspección ocular y posterior informe fotográfico de la Policía vasca permitieron hallar varias bridas de color negro, una en buen estado y otras quemadas, que coincidían con las que se utilizaron para maniatar a la víctima, así como una colilla, la cabeza de un hacha y una cremallera. Esas pruebas, sumadas a la declaración de la tercera procesada, resultaron decisivas para proceder al arresto de las dos personas acusadas de cometer el crimen.
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