Rekondo, un restorán irrepetible
Templo de la cocina donostiarra, modernizado y sin chorreras, cuya única misión es que te sientas el rey del mundo, así es el restaurante Rekondo
Escribo esta crónica estando de vacaciones los del Rekondo, sabiendo que cuando salga a la luz y se publique, el gran templo de la donostiarra subida a Igueldo estará abierto ya al público y su equipo trabajando y podremos comer y beber y disfrutar y celebrar la vida y pasarlo teta. Así viene siendo desde hace mucho, porque han llovido chuzos de punta desde que aquel caserío en el camino a Orio por la costa fue transformándose poco a poco en peripuesto asador, dejando atrás su condición de casa de labranza y convirtiendo sus cuadras en comedores, barra de bar y parrilla para asar carnes y pescados.
Les comunico que dejé atrás mis dos meses anuales de dieta desintoxicante en los que me forré a verdura y todas sus variantes crudas y cocinadas, guisos, sopas, estofados y ensaladas con vinagretas virgueras, pues el mundo vegetal permite un abanico de recetas interesantes. Que para algo uno es cocinero de los buenos y le saca el gusto hasta a un tarugo de madera. Así que está en mi lista de deseos –que se habrá cumplido cuando me lean, ¡aleluya!–, volver a beber una copa de vino o comer una tostada de pan con aceite de oliva virgen extra y sal, ¡qué maravilla! Pero mi feliz reencuentro con el alimento se extiende a otras golosinas simples y suculentas como la morcilla cocida de cebolla de Beasain, el jamón ibérico, el queso graso de oveja, la tortilla de patatas, la tortilla francesa, ¡bendita!, los huevos fritos, la merluza de Cedeira rebozada, las kokotxas al pil pil, el pollo y el cordero asados, comer fruta, un caqui, una naranja o una mondarina, papearse un lata de bonito del norte en aceite o de mejillón en escabeche y un muslo de pato confitado, escurrido y dorado en el horno con muchas patatas fritas.
Datos del restaurante Rekondo
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Dirección Paseo de Igueldo 57, San Sebastián
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Teléfono 943 212 907
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web www.rekondo.com - @rekondorestaurante
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Con quién Con amigos / En pareja / En familia / Negocios/
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Platos Ostras naturales al limón (media docena) 38 euros. Pochas con morros de ternera en salsa 35 euros. Arroz con almejas 45 euros. Kokotxas de merluza 55 euros. Chuleta de buey 62 euros (kg.) Tarta fina de manzana caliente con helado de vainilla 12 euros.
Por eso hay ganas locas de volver a muchos restoranes favoritos y reseñados todos estos años en estas crónicas del 'ñampazampa' y dar cuenta de pescados asados con su refrito o carnes rojas a la parrilla, pastas, pizzas, bocadillos y esos fritos suculentos que tienen al calamar, los picantes, los quesos y las croquetas como protagonistas. Pero hablamos del Rekondo y de esa ceremonia de encajar el automóvil en su angosto aparcamiento junto a la gruta milagrosa de Lourdes-txiki y enfilar emocionados hasta esa terraza con sus plátanos centenarios, venerables y venerados por los patrones del establecimiento, que en un alarde de sensibilidad y delicadeza los han abrigado y entablillado para ahorrarles los achaques de la ancianidad.
El truco del almendruco
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Reservados en cuadrilla El comedor es agradabilísimo, pero es una experiencia religiosa formar una pandilla y ocupar cualquiera de sus reservados, reservando con suficiente antelación.
Encontrarse al pie del cañón al gran Txomin y a su hija Lourdes es una bendición porque son garantes de esa hostelería guipuzcoana nada impostada y sin chorreras. Su misión es agradar y que te sientas el rey del mundo, nada más. Van subiendo peldaños poco a poco, modernizando las instalaciones y convirtiéndolas en el lugar soñado para los que quieren beber bien y comer de fábula. Atrás quedaron aquellos viejos comedores en los que lo pasamos como enanos comiendo ostras naturales y becadas asadas con sus tripas en los tiempos del destape y de Tierno Galván. Las sucesivas remodelaciones han convertido el lugar en un derroche de luz, confort y contemporaneidad, habilitándose nuevos comedores y reservados increíbles que rinden culto a una cocina de raíz modernizada y puesta al día por Iñaki Arrieta, la mejor pareja de baile para una bodega única en el mundo, reunida con mucho esfuerzo y un sentido del gusto fuera de serie: los que franquean su puerta por primera vez no dan crédito a lo que ven por el paisaje de botellas imposibles. No olviden los clásicos que siguen volviendo locos a sus clientes: el jamón y el lomo ibérico, la terrina de foie gras, la morcilla de Urt, las pochas con morros, la sopa de pescado, el arroz con almejas, el txangurro al horno, los pescados en salsa o a la brasa y esa chuleta escoltada por ensalada de lechuga, patatas fritas y pimientos del piquillo confitados. Disfruten, que nos quedan dos telediarios.