Kuia Kafea, taller de la tierra

Kuia Kafea, en Hernani, fue uno de los grandes descubrimientos gastronómicos del pasado año. Un lugar al que me gusta escaparme a desayunar o tomar el hamaiketako si me pilla por el camino. Y en cada escapada no ha faltado la tostada de aguacate, pistacho y lima, a la que le sumo el huevo a baja temperatura. Su juego de sabores me vuelve loco, es toda una experiencia en boca, con el punto ácido de la lima que sorprende, refresca y acompaña a la perfección al pistacho y el aguacate. Sin olvidarme del pan, de masa madre, traído desde Oretuz, ubicado en la misma localidad, cerca de la cafetería y que se convierte en una muy buena base. Una tostada que me parece maravillosa.

Para acompañar la tostada, un delicioso café de especialidad, tostado en Sakona, en Irun. Un café seleccionado, donde se informa de todo el proceso, de donde proviene el café, el productor y el proceso que ha vivido hasta llegar a Kuia, que pone en valor el propio producto, el café, dándole el protagonismo y la importancia que se merece. Yo soy muy aficionado al Flat White, un buen café doble con leche pero donde el protagonismo del sabor recae en el café, puro placer, es con lo que empiezo el desayuno, aunque últimamente también cae un cortado, para redondear la visita, porque el café lo bordan, lo cuidan y lo miman, y eso se nota y agradece.

Que no se me olvide el zumo, que nunca falta cuando decido regalarme un buen desayuno, zumos prensados que traen desde Errezil. Cuentan con tres opciones, zumo de manzana, de uva o de manzana y jengibre. En mi última visita me dejé guiar y me sorprendió muy gratamente el de manzana y jengibre, he de deciros que le tengo un poco de respeto al jengibre, pero el toque final picantico que le añade al zumo lo acompaña muy bien.

Kuia Kafea es un lugar especial y diferente, con una personalidad y esencia propia. Al cruzar sus puertas, es como si el tiempo se parara, el ambiente te acoge, te abraza y te invita a tomártelo con paciencia y tranquilidad, disfrutar de ese momento, saborearlo con calma, sin prisa. Un proyecto que pone a la tierra en el epicentro, de ahí su 'apellido' Lurreko Tailerra (taller de la tierra), un proyecto que parte de las huertas y montes de los alrededores, de trabajar con los productores cercanos que cuiden de la tierra, mimen sus productos y servirlos en Kuia: de la tierra a la mano y de la mano, a la gente. Porque, aunque en estos primeros pasos se haya centrado en el proyecto de la cafetería, el objetivo es asentar el proyecto e ir creciendo, dando pasos organizando diferentes actividades y ampliando la oferta gastronómica, pero siempre con la tierra en el centro, con las manos como herramientas de trabajo.

Podríamos decir que Leire Carqués y Ekhi Hontejillos han creado Kuia Kafea con sus propias manos. Son la pareja que nos cuidará en nuestra visita, sin olvidarnos de Maialen Porroy, costurera y que tiene su propio proyecto Kotoi, que les echa una mano y le permite compaginar los dos proyectos. Leire, hernaniarra, trabajó en el primer restaurante vegetariano de España y guarda un muy buen recuerdo de aquella experiencia porque le ayudó a crecer y, aunque luego se fue por otros derroteros, siempre soñó con poner en marcha su propio proyecto hostelero. Ekhi, en cambio, es fotógrafo de profesión y trabajó en el mundo del cine. Tras varios años por otros lares, la pareja volvió a Hernani y encontraron el local en una esquina de la Andre Kalea, con una luz especial, cosa que buscaba Ekhi desde su mirada de fotógrafo. Lo reformaron con sus manos, con la ayuda del padre, lo pusieron al gusto, y no todo acaba ahí, sino que las tazas del café las han elaborado ellos mismos. Todos los astros se alinearon para el nacimiento de Kuia, Ekhi se formó como barista y nos lo encontraremos vigilando la cafetera, mientras que a Leire la encontraremos entre los fogones y el horno.

La tostada de tomate y ajo, o la de ricota, con fruta asada y crema de cacahuete y chocolate, o la de hummus, maíz asado y huevo, también son muy buenas opciones, aunque luego suelen ir jugando y proponiendo nuevas tostadas o sándwiches, dependiendo de lo que ofrezca la temporada. Y los dulces, los rollos de canela se han convertido en una de las estrellas de la casa, y a partir de ahí suelen ir jugando y haciendo pruebas. Dependiendo del día encontraremos diferentes cosas, como la babka. Para beber, tambié té de origen, de temporada, que invitan a probar y conocer y que traen de Tesuko, el proyecto de Verónica. Un lugar donde conectarte contigo mismo, un proyecto que va dando pequeños pasos y creciendo, sin prisa, un lugar que merece la pena visitar. On egin!

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