Bar Néstor, la magia de la sencillez
Bar Néstor, un histórico de la hostelería donostiarra con un menú simple, pero de calidad
Si la 'Mesa 19' del Bar Néstor hablara, nos contaría la historia de los últimos 42 años de nuestra ciudad, tanto de propios como de visitantes, una mesa donde se han hablado y se hablan muchos idiomas. Dónde ha quedado aquel 1980, cuando Néstor Morais y Pilar Senra abrieron las puertas de este bar que es historia viva de la Parte Vieja donostiarra. Tras 42 años, a Néstor todavía nos lo podemos encontrar al píe del cañón, con la inestimable ayuda de su hermano Tito, con quien lleva compartiendo barra 37 años, y de Antonio Chávez, que tras 8 años en el bar se ha convertido en su mano derecha, y Sebas.
El Néstor es un claro ejemplo de que a veces en la sencillez se encuentra la magia. Seis productos, de calidad, seleccionados y bien cocinados, a veces no se necesita mucho más para triunfar y ser feliz. Una sencillez y calidad que ha traspasado fronteras, porque en el bar podremos oír como se mezclan diferentes idiomas, diferentes culturas, pero todos con el mismo objetivo, disfrutar de buena cocina. Me atrevería a decir que esa es parte de la magia del Néstor, esa capacidad para mantener su esencia, su personalidad, a pesar de ser conocido y reconocido en todo el mundo, es punto de encuentro del donostiarra de toda la vida y del visitante que llega siguiendo las recomendaciones de las guías.
Si hay algo por lo que me tiene cautivado es por su chuleta. Desde la primera vez que la probé, me enamoré de ella, me pareció algo espectacular y cuando he tenido antojo de comer una buena chuleta muchas veces he apostado por ir al Néstor. La 'Mesa 19' es la culpable de que hoy en día podamos comer una buena chuleta. Hace años, los viernes a las 22.00 siempre iban a cenar los miembros del Orfeón Donostiarra y tenían la mesa reservada para ellos. Néstor siempre les tenía preparada la cena y un día se le ocurrió hacerles chuletas y poco a poco, por envidia o buen gusto de otros clientes, se convirtió en la estrella del bar. Chuletas de gran calidad, traídas de la vecina carnicería Asensio y que hacen las delicias de todo buen carnívoro. Al sentarte y pedir chuleta te traen un plato con dos piezas, para que el cliente elija la que más le atraiga, la pesan y a la plancha, dónde es cocinada con maestría, 40 años de experiencia se notan, con sus característicos tres colores de asado. En boca, pura delicia, pura mantequilla, tierna y sabrosa, ideal para darte un señor homenaje.
Para empezar, una buena ensalada de tomate. Néstor fue pionero en poner el tomate en la barra y en ofrecerlo en el bar. Entonces poco tomate se comía y hoy es un producto que no puede faltar en esta época del año. Un plato que tienen durante todo el año, no solo en temporada. Néstor se preocupa de buscar el mejor tomate de cada momento, trayéndolo de donde haga falta como quien dice, para que la ensalada siempre sea de calidad. Tomate, aceite de oliva virgen extra de Jaén, sal Maldon y un poco de vinagre. No tiene mayor misterio, pequeños trozos de tomate que son puro placer para nuestro paladar.
Tras el tomate, nada mejor que unos buenos pimientos de Gernika fritos, que se los traen expresamente desde Arrazua, opción que solo tienen hasta noviembre, pimientos de calidad y del tamaño justo para comerlos como pipas, es un empezar y no parar. Como postre, dos buenos quesos, uno de Urbasa, más suave, y otro de Zamora, traído desde Coleses, con más personalidad, dos quesos que compaginan a la perfección y se convierten en el mejor punto final.
Ese sería mi menú ideal en el Bar Néstor, aunque si tenéis antojo, unos buenos ibéricos de bellota de Salamanca para empezar o las tejas y cigarrillos de Tolosa para terminar, también os harán felices, no lo dudéis. Cuenta con alrededor de 70 referencias de vinos que harán las delicias de los amantes del buen vino. Y como colofón esos cafés que son santo y seña del bar: 'Asiático', 'Indio', 'Beso de fuego' y 'Bombón'.
Y la tortilla, no podía hablar del Néstor sin mencionar su tortilla, me atrevería a decir que famosa en todo el mundo y eso que no tiene mucho misterio, fríen la patata lentamente, le añaden la cebolla y el pimiento verde con ese toque del pochado que realza el sabor de la tortilla y que a mí me gusta, y luego 14 huevos. Preguntado por cuál es el secreto de su tortilla, Néstor lo tiene muy claro, hacerla con cariño. Al día salen dos tortillas de su cocina a la 13.00 y a las 20.00, dos tortillas de 16 raciones cada una. A partir de las 12.00 se abre la lista para reservar un pincho de tortilla, por eso no os extrañe que a partir de las 11.00 ya haya gente haciendo cola para hacer la reserva, sobre todo, en verano. No hay duda de que el Bar Néstor es un lugar mágico, especial, que tiene su encanto y esencia, un gran lugar. On egin!