Argia Taberna, callos viajeros

En una época en la que se pone en duda la calidad y tradición de la Parte Vieja donostiarra, es de agradecer que aparezcan proyectos como Argia Taberna, aire fresco, un proyecto que mira al barrio, a lo local y al visitante, un bar que cambia de concepto, yo lo recordaba como bar de copas, pero ahora se come muy bien, un lugar a tener en cuenta en las rutas gastronómicas por Donostia.

Itsaso Peña Garate y Eli Campo Alonso son las cabezas visibles del proyecto, aunque cuentan con el apoyo y trabajo de un gran equipo: Eli, Esti y Erika nos recibirán tras la barra,y Óscar e Itsaso se encargan de los fogones. Gente de la Parte Vieja, Itsaso es nieta de Iñaki Garate, del histórico Clery, que tras 12 años trabajando codo con codo en el Rojo y Negro del centro decidieron emprender su propio proyecto, en un formato más pequeño. Encontraron el local, a la entrada de la Plaza de la Constitución, en frente del Tambo, y con ayuda de sus anteriores jefes, el 18 de diciembre abrieron las puertas de Argia Taberna.

Una cocina sencilla, no esperéis complicadas elaboraciones, mucha técnica actual. La magia de la sencillez. Partir de un buen producto, cocinarlo y presentarlo a su manera. Cada propuesta tiene su sello. Una carta sencilla, no muy extensa, que te invita a sumergirte en los tradicionales productos de nuestros mercados. Además de su carta, todas las semanas proponen un pintxo de la semana, donde dan rienda suelta a su imaginación, a su conocimiento, con el que se divierten. Les gusta jugar, tienen inquietud y quieren hacer las cosas bien, convertirse en un punto de encuentro gastronómico de propios y visitantes.

Mi segunda visita ya fue con premeditación y alevosía, con la intención de sumergirme de lleno en su cocina, y tanto que de lleno, cogí la carta y probé los 6 pintxos que aparecen en ella, más el pintxo de la semana. Un homenaje a la tradición de la cocina en miniatura de nuestra ciudad.

Comenzamos con sus croquetas de jamón, cremosas, plenas de sabor, muy buenas, sirven dos croquetitas que hacen las delicias de los amantes de este plato. Les siguieron el bacalao, producto fetiche de nuestra cocina, y al que en Argia le dan su toque personal con la tempura, aportando el punto crujiente, respetando su punto, y sirviéndolo sobre una salsa de txakoli y puerro, un bocado muy interesante. Me gustó mucho su versión en miniatura del solomillo de ternera con foie, como dos productos con tanta personalidad se unen para nuestro goce y disfrute. Con el risotto de temporada y el pan bao de panceta oriental, abren las puertas a otras culturas gastronómicas, una cocina libre, partiendo de nuestro producto. Y, cómo no, no dejéis pasar la oportunidad de volver a ser feliz con sus callos, que yo os recomiendo personalmente, pero recordar que son muy personales y diferentes, aunque merece la pena probarlos. El pincho de la semana en mi visita era un buen trozo de magret de pato. Para terminar, no dejéis de probar su tarta de queso, una de las referencias de la casa. A partir de sus pinchos, la carta de Argia Taberna no es muy extensa pero, tiene cosas atractivas como la ración de calamares con all i oli, los mejillones con salsa de jalapeño, la ensalada de tomate, la hamburguesa 'Piñudi', un homenaje a este histórico bar de la Parte Vieja, la costilla de ternera con patatas y ensalada, y la chuleta de kilo con patatas. Sin olvidarme de su plato del día, una opción de calidad-precio muy interesante para sumergirse en las bondades culinarias de Argia Taberna, un lugar donde se come sencillo y muy bien. On egin!