La firma Pukas y la casa donostiarra Gross sellan un acuerdo para lanzar hoy una nueva cerveza con sabor a pomelo

El proceso hasta concretar esta colaboración «es fácil porque surge de la amistad entre personas de forma canalla, como muchas veces salen mejor las cosas», relata Adur Letamendia, de Pukas. «El entendimiento ha sido fácil», insiste.

A las dos firmas les llena que la colaboración sea entre guipuzcoanos que no se ponen barreras. Están radicadas en nuestro territorio pero no se ponen límites. Pukas exporta sus tablas de surf a todo el mundo; Gross ya se mueve por Europa con valentía.

Ambas casas están habituadas a realizar colaboraciones con otras firmas. En el caso de Gross con otras cerveceras; en el caso de Pukas, las propuestas que les llegan son tantas que les resulta «imposible» atender todas. «Ésta es distinta –puntualiza Letamendia– porque surge de una empresa pujante, con gente joven, que encaja muy bien en un espacio en el que nos podemos entender: surf, juventud, diversión... En Pukas tenemos a los mejores diseñadores del mundo que utilizan algunos de los mejores surfistas pero también hay un espacio para divertirnos y esta oportunidad no la queríamos perder».

Ha sido Hannah Wurzinger, una canaria de padres austriacos que trabaja en Pukas, quien ha diseñado la etiqueta que vestirá esta tirada de 3.000 litros, la mitad en latas y la otra mitad en barriles. Un surfista, el zarauztarra Iker Treviño, surfea bajo el sol en la punta de su longboard. El sol es un pomelo. «Es lo que ha inspirado el sabor de la cerveza. Tiene un punto fresco que entendemos gustará en días calurosos», augura Galdós.

El lunes se estaba realizando el envasado y desde este martes llega ya a la hostelería, a los puntos en los que Gross asoma. Esta colaboración llega en un momento en el que la casa cervecera ha hecho una inversión importante en maquinaria y está duplicando su producción. «Hemos dejado atrás la pandemia y estamos con ganas de hacer cosas. Esta colaboración con Pukas es un puntazo», celebra Galdós.

Lo mismo para Pukas. El enorme incendio que acabó con su fábrica de Oiartzun en junio de 2017 es pasado. Hoy ha levantado unas nuevas oficinas en esa misma ubicación y ha llevado su taller de tablas a Zarautz, donde cuenta con la mejor tecnología y las mejores manos para desarrollar un trabajo, el de la fabricación de tablas, que sigue teniendo su secreto. El que solo ellos conocen.

Será el sábado cuando el local que Gross tiene en el barrio de Igara abra sus puertas para escenificar la unión de estas dos empresas guipuzcoanas que sí han encontrado lazos en común.