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Ane Bergara
Jueves, 15 de mayo 2025, 07:45
Hay quien dice que lo mejor de la pizza son las sobras para desayunarlas al día siguiente. Sea verdad o no, lo cierto es que este emblemático plato de la cocina italiana es uno de los más consumidos a nivel mundial y no es menos cierto que, dada su versatilidad de sabores e ingredientes, es un bocado ideal para cualquier hora del día.
Lograr que la pizza recalentada mantenga su textura crujiente y un buen sabor pasa por dos fases. La primera, conservarla de forma adecuada hasta que llegue el momento de consumir esas porciones sobrantes; la segunda, acertar en el método de recalentarla.
Este segundo punto es el que nos compete en el presente artículo. Vamos a aprender las técnicas adecuadas para recalentar la pizza sin renunciar a que esta quede crujiente, incluso aunque hayan pasado horas o días desde su cocinado. Existen diversos métodos para lograrlo, por lo que puedes escoger el que mejor se adapte a tus necesidades.
Esta técnica casi desconocida es la forma más rápida, sencilla y eficaz de recalentar pizza. Consiste en colocar las porciones sobre una sartén (mejor si es de hierro fundido o acero inoxidable) al fuego -cuando ya haya adquirido un calor de fuego medio- y cubrirla con una tapa. Cuando veamos que el queso comienza a derretirse, levantamos la tapa para agregar en uno de los laterales unas pocas gotas de agua que crearán vapor. Volvemos a tapar rápidamente y dejamos calentar otros 3 minutos.
Quien tenga este electrodoméstico de moda está de suerte a la hora de recalentar la pizza, dado que ofrece un resultado muy exitoso de forma rápida y fácil. El principal hándicap es, más allá de que no todos disponemos de una, que los cajones han de ser de un tamaño adecuado para que nos quepan las porciones estiradas.
Encender el horno para calentar unas pocas porciones de pizza resulta un gasto energético excesivo, pero es una genial idea si vas a utilizar la herramienta antes o después para elaborar alguna otra receta. Sin embargo, es la forma de lograr un resultado excelente, ya que, controlando bien los tiempos, los programas y la temperatura, la pizza podrá quedar casi como recién hecha.
A pesar de ser la opción más recurrente, no es la mejor, ya que la masa de la pizza sufre mucho y suele quedar húmeda y, como suele decirse, chiclosa. Sin embargo, si empleas el microondas hay ciertos trucos para lograr el mejor resultado posible: colocar las porciones de forma individual sobre papel absorbente (para que este coja la humedad) y utilizar el electrodoméstico a una potencia media o baja (al ser posible, con la función grill). Otra forma de evitar que la masa sufra es colocar un vaso de agua a calentar junto a la porción de pizza.
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