«Ama, ¿cuando sea mayor podré hacer tornillos grandes, como tú?»
Día Internacional de la Mujer ·
Gema Marrero trabaja a pie de máquina en Hadimek, junto a Víctor de Benito. Ambos defienden la incorporación de las mujeres a los talleres de las fábricasEn Talleres Hadimek el ruido de los tornos y de las fresadoras es permanente. Fabrican grandes piezas para el sector petroquímico. Es una factoría ... pura y dura. Y en ella se mueve con total dominio de la situación Gema Marrero. Del total de diecisiete empleados de esta factoría del polígono de Itziar, trece son hombres y cuatro mujeres, de las que solo ella trabaja con buzo a pie de máquina.
Pese a ocupar un puesto tradicionalmente asignado a hombres, Gema afirma que no ha sentido ningún rechazo por parte de sus compañeros. Todo lo contrario. «Desde el principio he sido una más en la empresa. Además, han tenido paciencia para explicarme lo que no sabía. El único impedimento fue que no había baños mixtos».
No obstante, admite que su llegada sí provocó cierta sorpresa. «Les dijeron que al taller se iba a incorporar Gema, pero mis compañeros pensaron que habían entendido mal, que sería Germán. Pues no, era yo, pero salvada la novedad, luego todo fue bien». Las contadas salidas de tono que ha soportado, explica Gema, se han producido fuera del taller. «Algún transportista se ha pasado y han sido mis compañeros los que me han dicho que no me deje avasallar».
Marrero entró en Hadimek en 2013, tras trabajar diez años en otra empresa. «Vi que no avanzaba. Tenía clavada la espinita de que si hubiera seguido estudiando, podría haber hecho algo más. Lo dejé y los dos años de paro los empleé en sacar el grado superior de control por mecanizado. Hice las prácticas en Hadimek y aquí sigo».
«Desde el principio he sido uno más en la fábrica, el único problema era queno había baños mixtos»
Gema Marrero
«Mis compañeros creían que habían entendido mal y que se iba a incorporar Germán, no Gema»
Marrero es una de las pocas jóvenes que se ha decantado por una FP encaminada a la industria. Rompe el molde, porque la rama más demandada y con mejor salida laboral, la de fabricación mecánica, solo cuenta con un 11% de presencia femenina. Y en electricidad y electrónica apenas supera el 6%. Sin embargo, en imagen personal son el 96%. En conclusión, ellas siguen eligiendo esteticien y peluquería.
¿Por qué este desapego a las profesiones técnicas, en una comunidad eminentemente industrial? Gema contesta que se debe a una suma de factores. «Influye la educación recibida, lo que las mujeres ven en su entorno y la falta de información. Existe la creencia de que en producción la exigencia física es muy grande, pero hoy en día disponemos de herramientas, grúas y otros equipos que reducen el esfuerzo y facilitan la labor en el taller».
Esta trabajadora anima a las mujeres a que opten por estas salidas profesionales. «Lo que cuenta son las ganas de crecer como personas, de aprender y de estar en un mundo donde podamos trabajar juntos hombres y mujeres. Tengo una hija que me pregunta, 'ama, ¿yo también podré hacer tornillos grandes, como tú?' Le contesto que claro que sí, como su hermano. Lo importante es que su mente ya está ahí, en un plano de igualdad».
Gema se siente plenamente integrada en la empresa y considera que desarrolla su trabajo con igual mérito que sus compañeros masculinos pero, ¿qué opinan ellos? Se lo preguntamos a Víctor De Benito. «Gema llegó y se incorporó directamente al taladro. Tuvo los mismos problemas de inexperiencia que un hombre novato. Se notó la falta de rodaje, pero luego ha dado el callo a lo bestia. Trabaja muy bien».
Las claves
-
47.200 mujeres trabajan en el sector industrial en la Comunidad Autónoma Vasca, frente a 146.600 hombres, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
-
11% Formación Profesional. La rama de fabricación mecánica de la FP, la que más salida tiene, solo cuenta con un 11% de presencia femenina.
-
53% Universidad. Las mujeres son mayoritarias en la universidad (53%), pero en los grados de ingeniería o arquitectura suponen solo el 28%.
-
Brecha salarial Las mujeres vascas cobran un 24,4% menos que los hombres, en torno a 7.573 euros al año por debajo. La brecha salarial es superior a la del Estado (22,3%).
-
Temporalidad El índice de temporalidad en el trabajo entre las mujeres es del 29,2%, frente al 24% de los hombres.
-
RGI El 67% de las personas que cobran complementos de trabajo en la RGI son mujeres. Lo perciben 7.382 féminas, frente a 3.638 hombres.
Víctor anima la empresa a que contrate más mujeres para los puestos de producción. «Si Gema lo ha hecho bien, ¿por qué otras no? Los hombres que piensen que las mujeres no pueden hacer lo mismo que nosotros son unos cerrados de mente. Lo que ocurre es que se tiende a contratar a gente con experiencia y la realidad es que hay pocas chicas que la tengan».
Mismo sueldo
Por lo que se refiere a los sueldos, en Hadimek hombres y mujeres cobran lo mismo. Un hecho nada común. La Encuesta de Estructura Salarial de 2016, la última disponible, revela que las mujeres vascas cobran de media 23.428,18 euros al año frente a los 31.001,21 euros de los hombres, es decir, 7.573 euros menos. Pero una de las cuestiones más llamativas es que esa brecha salarial es superior en Euskadi que en el conjunto del Estado, donde la diferencia es de 5.793,02 euros. En términos porcentuales, la brecha es del 24,4% en el País Vasco frente al 22,3% de media española.
«Los que piensen que las mujeres no pueden hacer lo mismo que los hombres tienen la mente cerrada»
víctor de benito
«Las ikastolas deberían visitar empresas paraque los alumnos vean las piezas que fabricamos»
En Hadimek no existe discriminación por razón de sexo pero, ¿fuera de la empresa? Víctor considera que en la sociedad «poco a poco se están superando» los estereotipos, aunque añade que la realidad «sigue siendo parecida y hay pocas personas en puestos de producción. Cuando hablo con amigas, la mayoría trabajan en la administración, hospitales... No en industria pesada».
Gema también opina que la mentalidad está cambiando aunque, al igual que Víctor, señala que lentamente. «A mí, cuando me preguntan en qué trabajo y les digo que soy operaria de mecanizado, enseguida me dicen: '¿que eres qué? ¿qué es eso? ¿Tú? No conocía a nadie que se dedicara a eso'».
Gema y Víctor coinciden en que el papel de los colegios e ikastolas resulta clave para que la incorporación de las mujeres a los talleres sea una realidad. «Deberían animar a los alumnos a que sigan estos estudios y realizar salidas a empresas. Que vean las piezas que fabricamos, para qué sirven...». En definitiva, hacer cantera para que las mujeres entren en pie de igualdad en la industria o, lo que es lo mismo, en el ADN de la economía del país.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión