Pamplona vuelve a ser clave
La lista más votada tendría muchas opciones de lograr la alcaldía siemprey cuando el PSN se votara a sí mismo
No puede haber más emoción en los prolegómenos que se están viviendo en Pamplona. Las encuestas que se han aireado este pasado fin de semana ... dan casi un empate técnico entre la candidatura de UPN -liderada por Cristina Ibarrola- y la de EH Bildu, con su exalcalde Joseba Asiron a la cabeza. Aunque los regionalistas navarros y la coalición soberanista, según esas prospecciones, tendrían asignados 8-9 escaños cada uno, la formación liderada por Javier Esparza aventajaría en dos escasos puntos a la coalición de Otegi, una diferencia que vaticina un recuento casi de fotofinish. Según estas proyecciones demoscópicas las tres siglas de laderecha que concurren a las urnas pamplonesas no alcanzarían la mayoría absoluta de los 14 escaños, ni tampoco lograría ese guarismo EH Bildu con el apoyo de Geroa Bai. Todas estas sumas serían válidas siempre y cuando el PSN se votase a sí mismo en primera votación para evitar inclinar la balanza por ninguna de las dos partes en litigio. De esta manera, y en segunda votación, los socialistas dejarían que la lista más votada se hiciera con la codiciada alcaldía y de paso Sánchez eludiría en cierta manera una polémica que en los últimos años se cierne sobre Pamplona.
A pesar de que desde que se lanzó la precampaña los socialistas navarros anunciaron el autovoto a su candidatura, liderada por la que fue consejera de Economía Elma Sáiz, hay quienes ahora ya observan que su posición no es tan rotunda y comienza a detectarse matices. Y es que en esta ocasión EH Bildu parece que encarecerá su apoyo a María Chivite que no sería otro que los socialistas facilitaran la alcaldía a Asiron. No obstante, si el candidato de EH Bildu no consigue ser la lista más votada, el PSN tendría que retratarse en la votación del próximo 17 de junio con un apoyo explícito. De lo contrario la vara de mando consistorial se la llevaría la candidata de UPN, en el caso que lograse el mayor número de sufragios en las urnas. Sánchez, centro de las críticas de la derecha en la última polémica por la presencia de exetarras condenados por delitos de sangre, afrontará un nuevo envite de alto voltaje. El presidente manifestó en la última entrevista concedida a este periódico que su partido no contemplaba gobernar con Bildu «bajo ningún escenario» porque les separaba «un abismo». Lo que no llegó a cerrar es que un hipotético autovoto de su partido le pudiera facilitar un gobierno como el de Pamplona. A menos de cinco meses para las generales Sánchez y su partido tendrán que medir los riesgos colaterales de verse demasiado relacionado con la formación de Otegi. Si el PP Feijóo consigue superar al PSOE, la cosa se complicará aún más.
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