Elecciones municipales y forales

Sorpasso capital de Bildu

El titular es claro: si este domingo hubiera elecciones habría sorpasso capital de EH Bildu en estas locales y forales: sorpasso 1) EH Bildu vencería en Donostia con 9 concejales (30.6% de votos), PNV con 9 (30.1%), PSE-EE con 5 (16%), PP 2 (9.5%) y Elkarrekin Podemos 2 (7%). Los donostiarras están comprando la batalla de los alcaldes: Juan Karlos Izagirre vs. Eneko Goia. Y a los socialistas les está saliendo cara esta polarización, porque se está activando un voto útil del 7% hacia EH Bildu. La fidelidad socialista es del 62% y bajando; sorpasso 2) en Vitoria la situación se decidirá en un penalti: hoy EH Bildu lo metería (24.3% de los votos), ganando por primera vez en su historia con 7 concejales en Gasteiz, PNV (23.9%) también en 7, PSE-EE (18.9%) en 6, el PP (18.1%) en 5 y Elkarrekin Podemos (6.8%) en 2; y sorpasso 3) en Bilbao EH Bildu se consolida como segundo con el 15.8% y 5 ediles frente a un PNV intratable con 15 y el 44.15% de los votos, PSE-EE tiene 5 (15.1%), Elkarrekin Podemos 2 (7.9%), PP 2 (8.7%). Coda: ¿y en Pamplona? La alcaldía la decidirá el PSN entre EH Bildu o UPN. La movilización de EH Bildu es hoy, aquí y ahora, la más alta de todos los partidos con fidelidades de más del 88%.

La Diputación Foral de Gipuzkoa está también a cara o cruz. Todos sus candidatos son interesantísimos: la determinación de Eider Mendoza (PNV), el duende de Maddalen Iriarte (EH Bildu), el temple y saber estar de José Ignacio Asensio (PSE-EE), la energía y el verbo de Miren Echeveste (Elkarrekin Podemos) y el hambre de Mikel Lezama (PP vasco). En 2019 ganó el PNV (20 escaños) por algo más de 14.000 votos de diferencia sobre EH Bildu (17). Pero hoy la tendencia se invertiría. La circunscripción decisiva es la de Donostialdea y la progresión que está teniendo allí EH Bildu. Aquí es donde el PNV concentró una ventaja de 10.000 votos, con la que consiguió dos escaños de diferencia. Y, dentro de ella, la clave es San Sebastián. Si EH Bildu vence en la capital tendrá pie y medio en la Diputación. El otro medio depende de mejorar en Eibar (territorio PSE-EE), Zarautz y Arrasate-Mondragón, Tolosa y Beasain, así como ampliar su ventaja en Oria, donde ganó por poco más de 300 votos empatando a 4 con el PNV.

Les recuerdo que en Deba-Urola, la segunda mayor circunscripción, hubo también empate a 6, con ligera ventaja en votos del PNV. En Bidasoa-Oiartzun, hubo un 4-3 del PNV a EH Bildu, pero con una diferencia mínima, ojo, de unos 3.000 votos. ¿Dónde está la clave? En Irun. Allí EH Bildu quedó cuarto a más de 4.700 votos de distancia del PNV. Sólo con una sustancial mejora en la ciudad de un gran alcalde, José Antonio Santano, y manteniendo posiciones en el resto de plazas, obtendrá también la victoria en la circunscripción. ¿Dónde estuvo Iriarte hace dos semanas? En Irun.

No soy un corresponsal extranjero, aunque escriba intencionadamente como tal. Mi alma es donostiarra, iba al colegio San Luis por el monte hasta los 14, luego La Salle y la Universidad de Deusto (lo típico). Tras 20 años en Madrid, eso sí, soy un gato más como los de Mark Twain. En mis tres años y medio en el sur aprendí a ponerme patillas en boca de hacha y sacar la navaja como el zorro de Maquiavelo, pero también soy de Trintxerpe, de la calle Gomistegui-Azkuene. En la quinta provincia gallega sabemos distinguir perfectamente el símbolo del contenido que es la esencia para vencer en unas elecciones. Uno puede tatuarse un ancla en el brazo (símbolo) pero no ser jamás en la vida un lobo de mar (contenido). Tienen 15 días de campaña y hay un 30% de indecisos. Hagan que pase o impídanlo. Ustedes deciden.

¿Quién puede ganar más en campaña? El PSE-EE. Deberá recuperar el saber hacer de tres referentes: el eterno vicelehendakari, Ramón Jáuregui, y su disciplina del trabajo, memoria y ambición para Euskadi en 'El país que yo quiero' (crecí releyéndolo y observándole desde la TV, él lo sabe), un héroe de partido como Txiki Benegas, inteligencia política pura y pasión por la convivencia, que llegó a fundar de crío una revista intercolegial denominada 'Puente', entonces entre Jesuitas y Marianistas, y mi admirado, Jesús Eguiguren, que con su renovación del vasquismo, el navarrismo y su audacia natural sigue escribiendo textos que son historia con pocos alumnos, y cuyas memorias esperamos devorar. Tanto en Denis Itxaso como en Eneko Andueza hay rasgos de los tres. Pero falta dar con la tecla intro del ordenador. Pacificación, moderación del nacionalismo, corresponsabilidad con el Estado, desarrollo del autogobierno, reconocimiento de la pluralidad del país, asentamiento de la tolerancia y de la libertad para todos. Su potencial es claro: por ello sólo el PSE-EE tiene tanto recuerdo de voto en Euskadi como el PNV. Cuando hablaba de Euskal Herria, hablaba de dar un cambio de rumbo a la política vasca. Era imparable.

Vine, vi y me vendí a unos colores, el DV. A la Real siempre. Y a ustedes, pero sólo por dos semanas más. Entrar en «harina» es llamar al pan, pan y al vino, vino. Como esa copla del icono republicano Angelillo, un nombre que en el franquismo no podía pronunciarse muy alto, sobre 'La Parrala'. A la que también cantó otro genio, Víctor Manuel, y antes escribió Lorca, el más grande de todos. O como esos bertsos de Maialen Lujanbio que dicen 'Dena ondo zihoan, argia piztu den arte'. Todo le iba bien, hasta que se enciende la luz. ¿Saben? En política hay tres órganos que deben actuar al unísono si se quiere ganar: ojo, cerebro y corazón.

Ésta es la situación, lehendakaris, suyo el voto.