Pello Otxandiano: «El acuerdo por el estatus tiene que ser lo más amplio posible, pero habrá una mayoría soberanista»

– La decisión de Otegi de no presentarse a las elecciones le abrió las puertas para ser el candidato. ¿Es solo un cambio generacional?

– Arnaldo debía decidir cómo proyectaba su continuidad en EH Bildu y lo que ha concluido es que le toca liderar el proyecto en su conjunto. Una última aportación a la izquierda soberanista. Una vez despejada esa variable había una reflexión que tomó forma después de las elecciones forales y municipales. Las tendencias y los procesos de cambio que observábamos en la sociedad se aceleraban y eso requería apostar por una nueva generación.

– ¿Su candidatura es una opción coyuntural o se mantendrá al frente de la coalición durante más tiempo?

– Eso nunca se sabe. Nuestra perspectiva sí es a medio-largo plazo. Estamos al inicio de un nuevo ciclo político y a EH Bildu le está llegando el momento de ocupar responsabilidades de gobierno. La sociedad así lo demanda en las diferentes citas electorales.

– ¿Tiene asumido que podrían ganar las elecciones pero no gobernar?

– Ya veremos. El hecho de que EH Bildu se proyecte como posible ganador es signo de que las cosas están cambiando. La pregunta no es tanto quién va a ganar, sino cuál es el mandato democrático que se va a residenciar en el nuevo parlamento. Creemos que va a ser abrumadoramente abertzale y soberanista y que habrá una mayoría absoluta de izquierdas y progresista.

– ¿Abrir las puertas a una «política de colaboración» con el PNV no es una contradicción con el cambio de ciclo que promulgan?

– Para nada. Este ciclo y este momento requiere más que nunca de gobiernos con propósito. Nuestra critica es que la alianza política PNV-PSE no tiene un proyecto de país o una visión de futuro sólida. Las contradicciones saltan cada vez que se aborda un debate político fundamental. Hay que recoger ese mandato y ver cuál tiene que ser el desarrollo social, económico o cultural. Sobre esa conversación se debe configurar el próximo gobierno y se pueden dar pactos de diversos tipos.

– El PSE ha dicho que no le hará lehendakari. ¿Cree viable repetir fórmulas como la de Navarra o Pamplona?

– EH Bildu es garantía de gobiernos abertzales, soberanistas, con ambición nacional, progresistas y de izquierdas. A partir de ahí no tenemos ansias para ostentar el poder. Tenemos las manos libres, no debemos nada a nadie, y nuestra vocación es disponer los gobiernos a la construcción nacional y social de este país. Creemos que los pactos actuales con la alianza política en vigor tiene un recorrido muy corto. EH Bildu va a tener un apoyo electoral muy importante y el nuevo ciclo político ya es irreversible.

– Se ha referido a ETA como un «ciclo político». ¿Lo mantiene?

– Me refería al ciclo que en términos historiográficos empieza a finales de los años 50 y llega hasta el fin de la actividad armada en 2011. Entre esos años se da lo que se puede denominar como el ciclo contemporáneo moderno del conflicto político. Ha habido diferentes expresiones violentas y, una de ellas, si no es la principal, ha sido la ETA.

– Andueza, que recalca ser de su generación, apuntó el pasado domingo que usted mantuvo un «silencio cómplice» ante los atentados de la banda terrorista, y más en concreto sobre el de Isaías Carrasco en 2008, último político asesinado. ¿Fue así?

– Estamos en 2024 y ETA no existe. Pertenezco a una fuerza política en la que hay gente que ha contribuido decisivamente a que eso sea así. Y esta semana Zapatero ha reconocido la aportación que hizo Arnaldo Otegi para que la violencia de ETA saliese de la ecuación política vasca. Una fuerza política que ha hecho la declaración del 18 de octubre, en la que se dice que el sufrimiento padecido por las víctimas no debía haber ocurrido nunca. Me parece llamativo que cada vez que se acerca un momento político importante, llámese ley de amnistía en el Estado o unas elecciones en nuestro país, ETA cobra relevancia en la conversación pública. La izquierda independentista y yo estamos absolutamente comprometidos con la construcción de una convivencia que se base en una memoria plural y en el reconocimiento y reparación de todas las víctimas.

– ¿EH Bildu piensa manifestar que el terrorismo de ETA fue injusto y nunca debió producirse?

– Hasta el momento actual el proceso de la gestión postETA ha dado lo que ha dado. Las personas y los dirigentes políticos que han tenido responsabilidades directas en el ciclo anterior han recorrido un camino y han dado pasos importantes. Yo pertenezco a una generación que no ha tenido responsabilidades políticas, ni activas ni pasivas, en el ciclo anterior y tenemos que hacer una aportación nueva, con una mirada más pausada para llegar a respuestas que hasta ahora no hemos sido capaces de alcanzar.

– El impacto económico del terrorismo se cifra en 25.000 millones de euros y 150 millones fueron obtenidos mediante robo y extorsión. ¿Cree realmente que puede haber puentes de confianza con los empresarios?

– No sé si confían o no. Yo tengo relación con muchos industriales, sectores económicos y sindicatos. Cuando me reúno con ellos comparto mi análisis de la industria vasca o el modelo de empresas que necesita el país. Esos son los debates del presente y del futuro. Hay una parte del análisis que es coincidente, pero también hay divergencias en muchos ámbitos. De todas formas, las conversaciones son interesantes.

– ¿Cuál es su política en materia empresarial?

– Queremos ser un país industrial porque es el motor de nuestra economía. Tenemos que afrontar transformaciones globales como la transición energética o la digitalización. Se produce un cierto desarraigo de nuestro tejido con la entrada de fondos extranjeros o la falta de relevo en muchas pymes. El futuro de la industria vasca no está asegurado bajo un contexto global de mucha incertidumbre. El sector público tiene que marcar la orientación. Se trata de plantear una colaboración público-privada de manera responsable.

– El Tren de Alta Velocidad encara su fase final en Gipuzkoa y la izquierda abertzale siempre se ha mostrado muy crítica ante este proyecto. ¿Han cambiado su opinión?

– Lo que sabemos es que no tiene conexión con la meseta y tampoco con Francia, y no va transportar mercancías, por lo que el proyecto inicial se reduce a una conexión de las tres capitales para transporte de personas. Eso genera dudas. Es una infraestructura proyectada en los años 90 que ha quedado caduca antes de inaugurarse.

– Osakidetza es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía. ¿Qué medidas adoptará si llega a ser lehendakari?

– El 20 de marzo vamos a presentar una propuesta integral para poner en pie a Osakidetza. Quiero hacer un llamamiento a profesionales, ciudadanos ligados a plataformas, agentes de interés y el público en general, vote o no a EH Bildu, para que acuda a esa cita en Vitoria y conozca la propuesta. Tenemos un problema y la salud es necesaria para garantizar el bienestar.

– Ustedes defendían la independencia de Euskal Herria y ahora se ha descolgado de esta cuestión con la reivindicación del reconocimiento del nuevo estatus y la realidad nacional. ¿Esto es aceptar el principio de realidad bajo un marco constitucional?

– Ya hay un acuerdo en el Parlamento vasco con el PNV en la ponencia de autogobierno sobre bases y principios. Nuestra posición no ha variado en los últimos años. Proponemos que en los primeros tres meses de la próxima legislatura se ponga en marcha la ponencia. Que seamos capaces de redactar un estatus de autogobierno para acudir a Madrid. Con un consenso lo más amplio posible. Entre PNV y EH Bildu podemos sumar más de 55 escaños y eso es una mayoría más que reforzada para plantear una interlocución única.

– ¿En esa interlocución única podría entrar el PSE u otros partidos vascos?

– El acuerdo tiene que ser lo más amplio posible, pero ya va a existir una mayoría ampliamente reforzada sumando los votos de EH Bildu y PNV, incluso los de Sumar, que es favorable al derecho a decidir. El PSE también puede participar porque los socialistas han abierto un momento en el Estado en el que reconocen que hay que dar una respuesta a la plurinacionalidad. No puede haber vetos.

– ¿Han dejado de ser abertzales, como insinúa el PNV, para centrarse en los temas sociales y en políticas de izquierdas?

– De ninguna de las maneras. El mandato democrático de la sociedad vasca va a ser abrumadoramente abertzale, soberanista e incluso independentista. Si Imanol Pradales es independentista con los pies en el suelo, yo soy independentista con los pies en el suelo, pero con la mirada en un futuro en el que este país alcance la soberanía.

– ¿Están detrás de los altercados que han ocurrido en las últimas semanas en Euskadi como ha insinuado Erkoreka?

– Taxativamente no. Y el señor Erkoreka lo sabe porque es él quien tiene información. Si tiene información que apunta a una supuesta participación de EH Bildu, su responsabilidad institucional le exige que ponga una denuncia judicial. Lo que no puede hacer en ningún caso es sugerir. Estaría bien que hubiese una rectificación. EH Bildu no tiene interés en que haya altercados de ningún tipo.

– Esos incidentes los provocan «grupos organizados» como ha señalado el Departamento de Seguridad?

– No creo que haya ningún grupo organizado que esté fomentado de forma concertada en escenarios tan diversos altercados sociales. Lo que hay es el hábito del fútbol, que aquí y en todos los países europeos es violento en algunas ocasiones. Y también es habitual que se produzcan peleas en las fiestas a altas horas de la madrugada.

– Aunque no les haga daño electoral, ¿les preocupa que el Mugimendu Sozialista esté acaparando el activismo militante de Euskadi?

– Pues no. Tenemos muy claro que izquierda somos y donde tenemos que estar. Lo que debería preocuparnos es el auge de la extrema derecha. Se ha visto en Portugal y lo vamos a ver en las próximas elecciones europeas.