El lehendakari Urkullu y candidato del PNV a la reelección afronta la recta final de la campaña con el viento de cola de las encuestas ... y con el aval de haber gestionado en Euskadi uno de los momentos más críticos que se han vivido en las historia reciente. Es el claro favorito del 12-J y esa condición la ha defendido con solvencia en los debates en los que se ha medido con sus rivales. En la confrontación dialéctica que mantuvo la noche del martes en ETB2, Urkullu dejó claro que los años de liderazgo al frente del Gobierno Vasco refuerzan su posición ante unos aspirantes que, de derecha a izquierda, intentaron sin éxito poner en aprietos al inquilino de Ajuria Enea. No lograron llevarlo a las cuerdas. Los derechazos que sus oponentes lanzaban al aire contra el candidato jeltzale apenas le despeinaron en un combate político en el que los nervios atenazaron a más de un aspirante. Por contra, Urkullu controló con templanza el chaparrón de críticas que sus oponentes le dirigieron e incluso, en un alarde de controlar la situación, llegó a recibir con más de una sonrisa irónica algunas gruesas andanadas del candidato del PP, Carlos Iturgaiz, a quien conoce del Parlamento desde hace más de veinte años. No eludió el cuerpo a cuerpo, sobre todo con la aspirante de Elkarrekin Podemos, Miren Gorrotxategi, y mostró el control de la situación con los argumentos y datos que maneja a diario por ser el jefe de filas del actual Gobierno.
En el sprint final de la campaña los brotes de coronavirus registrados en Ordizia –un riesgo que sobrevolaba en esta nueva convocatoria– complican el escenario de la jornada del domingo, ya que esta circunstancia sobrevenida podría influir a la hora de incrementar la abstención en las urnas. El voto en Euskadi será el domingo con mascarillas. Toda una imagen para la historia.
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