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Imagen de un usuario abriendo su correo de Gmail en un móvil. DV
La estafa de Gmail creada con Inteligencia Artificial que es casi imposible de detectar

La estafa de Gmail creada con Inteligencia Artificial que es casi imposible de detectar

Los cibercriminales ya hacen uso de esta herramienta para sus fraudes

J. M.

Lunes, 30 de diciembre 2024, 11:38

La Inteligencia Artificial ha permitido avances a pasos agigantados en multitud de campos tecnológicos, que también han sabido aprovechar los delincuentes para perfeccionar sus estafas. Cada vez más complicadas de rastrear y detectar como engaños, estos cibercriminales hacen uso de la herramienta en sus mensajes, que han pasado de las habituales SMS o llamadas telefónicas a los correos electrónicos y con ello a Gmail, líder indiscutible de su mercado.

Una perfeccionada estafa detectada por Sam Mitrovic, consultor de Microsoft a cargo de un importante blog sobre ciberseguridad, quien ha puesto en alerta a los usuarios de Gmail sobre el engaño. Según señala, en el nuevo timo de Gmail, los ciberdelincuentes se hacen pasar gracias a la Inteligencia Artificial por servicio técnico oficial del cliente de correo electrónico de Google y de esta manera conseguir acceso a su cuenta.

El reputado consultor cuenta que la historia inició con una notificación sobre la recuperación de su cuenta de Gmail, un método habitual entre los cibercriminales para engañar a los usuarios y robar sus datos. Al principio, Mitrovic decidió desestimar el mensaje. Sin embargo, unos días más tarde, recibió una llamada de alguien que se presentó como miembro del soporte de Google. En su blog, Mitrovic describe esta interacción como «increíblemente realista», destacando cómo buscaba infundir en él confianza al mismo tiempo que sensación de urgencia.

En la llamada, un individuo que decía ser parte del soporte técnico le alertó sobre actividad sospechosa en su cuenta de Gmail, mencionando accesos no autorizados desde Alemania y preguntando si estaba de viaje. Este tipo de información estaba diseñada para generar alarma y provocar una reacción impulsiva en el usuario. Desconfiando, Mitrovic decidió investigar el número desde el cual lo contactaron y confirmó que estaba efectivamente asociado con Google.

A pesar de que la estafa parecía convincente, el consulto solicitó un correo de confirmación. El mensaje que recibió parecía auténtico y provenía de un dominio de Google. Sin embargo, tras un análisis más minucioso, el consultor notó una pequeña variación en la dirección que revelaba la trampa.

Lo más alarmante del ataque fue el uso de voces generadas por inteligencia artificial, que imitaban el habla humana de manera tan precisa que parecía una conversación genuina. La repetición mecánica de ciertas frases finalmente le hizo sospechar; se dio cuenta de que estaba interactuando con un sistema automatizado en lugar de un operador real.

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