La tramitación ahoga a las renovables en Euskadi con 7 autorizaciones en cuatro años
El Gobierno Vasco prepara un plan para priorizar proyectos con conexión a la red, rentables y sin interés especulativo
Esta semana el Gobierno Vasco celebraba tener una fecha para arrancar las obras del primer parque eólico que se levantará en Euskadi en 20 años, ... los ocho aerogeneradores de Labraza, en Álava. Pero en los últimos cuatro años solo siete proyectos de generación de energía renovable con un carácter industrial –una potencia de más de 6 MW excluyendo instalaciones de autoconsumo– han superado los trámites ambientales para acometer su puesta en funcionamiento. Un paso determinante pero pendiente todavía de licencias de obra y permisos de actividad.
Se trata de un creciente embudo que presiona a la administración. Así, de los 2.650 MW renovables presentados desde 2021, solo 345 MW tienen la luz verde ambiental y avanzan en la tramitación. En análisis siguen 2.111 MW. Así se desprende de la información enviada por el Gobierno Vasco al Parlamento y actualizada por este periódico.
IMPACTO AMBIENTAL
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Resoluciones favorables El visto bueno ambiental ha sido obtenido solo por siete instalaciones con un total de 345 MW.
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Rechazadas Cuatro parques eólicos (Artzentales-Sopuerta, Laminoria, Cantoblanco e Itsaraz) con 190 MW.
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Pendientes Sigue siendo la carpeta más gruesa con 57 proyectos y 2.111 MW sumados por 29 parques eólicos y 28 fotovoltaicos.
Fuentes del departamento de Industria anuncian a este periódico que el Ejecutivo ultima un plan para dotar de mayor agilidad a la gestión. Según explican, se trata de priorizar la tramitación de aquellos proyectos que cuenten con punto de evacuación a la red, tengan una rentabilidad clara y no respondan a intereses especulativos. Y es que pequeñas empresas y hasta despachos de abogados se han lanzado estos años a presentar propuestas con la intención de, en caso de salir adelante, vender el proyecto a un gran promotor. Se trata, insisten desde el Ejecutivo, de primar iniciativas que favorezcan el desarrollo industrial, el cambio de mix energético y la colaboración público privada.
En los últimos cuatro años se han tramitado en Euskadi un total de 68 proyectos renovables con más de 6 MW de potencia. De ellos, cuentan ya con el visto bueno ambiental esos siete, por cuatro que han sido rechazados, entre ellos el de Itsaraz (de Statkraft), entre Aramaio y Eskoriatza. Mientras, el resto, más del 83% (un total de 57 iniciativas, una decena de ellas en Gipuzkoa) siguen pendientes de cruzar ese Rubicón en la tramitación administrativa. Aguardando están 29 parques eólicos y 28 fotovoltaicos. Si se añaden además otras 44 iniciativas de menor tamaño, de entre 1 y 6 MW y destinadas en muchas ocasiones para autoconsumo, el total asciende a 101 expedientes esperando la ansiada resolución del Estudio de Impacto Ambiental.
Objetivo del Plan Industrial
De las iniciativas que cuentan ya con el visto bueno ambiental –todas en Álava– hay tres parques eólicos: el de Labraza con 40 MW, el de Azaceta, también con 40 MW y el de Larragorri (entre Llodio y Orozko) con 25 MW. Los dos primeros forman parte de Aixeindar, la empresa que comparten Gobierno Vasco e Iberdrola, y el tercero está impulsado por Capital Energy, el único impulsado por una empresa privada en solitario en llegar hasta aquí, aunque ha recibido severas restricciones que debe analizar.
Respecto a los huertos solares, hay cuatro con resolución positiva del Estudio de Impacto Ambiental. Son las dos instalaciones que promueve el Ejecutivo vasco con Solaria en Vitoria, de 50 MW cada una, y las otras dos son en las que lo hace con Iberdrola: Ekienea (Ribera Alta) con 100 MW, que será el parque fotovoltaico más grande de Euskadi y el de Laminoria (40 MW).
El caso es que el ritmo de autorización ambiental en cuatro años para siete parques (con ese total de 345 MW) es demasiado lento. Más aún atendiendo al plan de industria del Gobierno Vasco presentado el mes pasado. El documento fija el objetivo de poner en funcionamiento 550 MW nuevos de energías renovables para 2028. La cifra supone prácticamente duplicar la potencia verde actual instalada en Euskadi. Según señalan desde el Ejecutivo, un objetivo asequible para el que cuentan con el desarrollo de los 345 MW ya autorizados y los 300 MW que esperan impulsar en autoconsumo.
En lo político el debate ha avanzado algo gracias, entre otras cosas, a la Ley de Cambio Climático aprobada en la Cámara vasca al final de la pasada legislatura. Incluso en EH Bildu, una de las formaciones más críticas con los riesgos de este despliegue –muchos de los municipios en los que gobierna la coalición abertzale han liderado las mayores protestas contra estas instalaciones–, está modificando su posición.
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