Marian y David, testigos del cambio del sector privado al público
Marian Seoane y David Veliz relatan a DV las razones por las que dejaron sus antiguos empleos por una nueva aventura profesional
Marian Seoane y David Veliz son dos de los numerosos ciudadanos vascos que un día decidieron abandonar el sector privado para apostar por el empleo público. Siempre con el objetivo de mejorar sus condiciones, decidieron cambiar de aires y emprender una nueva aventura profesional. Los dos están felices pese al cambio drástico y convencidos de haber acertado en su decisión.
Marian Seoane | Enfermera en el Hospital Donostia
«Quería un trabajo más motivador y me cambié a la Sanidad pública»
Marian Seoane (Barakaldo, 45 años) cambió hace cinco años el ámbito privado por el público. Trabajó durante diez años como auxiliar de enfermería en la Fundación Matia tras no encontrar nada relacionado con sus estudios (Educación Social) y, cuando tenía 35 años, decidió compaginar su trabajo con los estudios de enfermería. «En realidad, mi idea era promocionar en mi anterior empleo, quería un trabajo más motivador y mejores condiciones, y por eso cambié». Entonces vino una época sacrificada, de trabajar y estudiar al mismo tiempo, pero el esfuerzo mereció la pena y obtuvo más de un 11 de nota.
Ahora trabaja como enfermera en el Hospital Donostia, en Psiquiatría, y asegura que, gracias a ese crecimiento profesional, obtiene una mejor remuneración: «Yo sigo trabajando igual o más que antes, tengo los mismos horarios rotatorios... Esto me gustaría aclararlo. Porque la sociedad piensa que cuando eres funcionario, trabajas menos. Pero no es así. Al menos en mi sector, donde la carga de trabajo es constante».
Seoane aún no tiene plaza fija, es interina, aunque reconoce que la Sanidad Pública tiene en líneas generales un mejor ratio de enfermeras y mejores sueldos. «Pienso que el ámbito público paga lo que tiene que pagar, mientras que en el privado es más precario», opina. En cuanto al ratio más positivo, asevera que ello le permite una atención «más personalizada».
Seoane lleva cinco años en el ámbito público y su objetivo es conseguir una plaza en el futuro. Pero se la ve contenta y segura de haber acertado con ese cambio de aires, pese a que advierte de que conseguir una plaza en Osakidetza «no es nada fácil».
David Veliz | Profesor en el instituto Talaia
«Dejé la arquitectura por la enseñanza y estoy feliz de lo que me aporta»
David Veliz (Ordizia, 1980) fue arquitecto y ahora es profesor. Acabó sus estudios en 2007 y, desde entonces, ha ido encadenando una variedad de trabajos ligados al mundo de la arquitectura, el urbanismo y la construcción, mayormente en el sector privado. «Pero con la entrada de 2021, cambié de sector y de trabajo».
¿Cuál fue el motivo? Él lo cuenta con sinceridad y sin ambages: «Desde que salí de la facultad y pisé terreno laboral, no he tenido ni conocido una época apacible ni estable, con unas dignas condiciones de trabajo. El esfuerzo y responsabilidad que conlleva la profesión de arquitecto no se ve reflejada en los aspectos más esenciales de un trabajo mínimamente aceptable».
Hay que recordar que la arquitectura, muy ligada a la construcción, sufrió enormemente con el fin de la burbuja inmobiliaria, que desplomó la actividad. Veliz confiesa que lleva «toda la vida» estudiando y «no he dejado de hacerlo». Y la vida le ha llevado ahora a adentrarse en un nuevo sector, el de la enseñanza, donde «no he tenido oportunidad de sacar plaza, por lo que trabajo de manera interina».
Veliz imparte clases de matemáticas y dibujo en educación secundaria, bachiller y formación profesional en el instituto Talaia de Hondarribia. De sus palabras se comprende que acertó en su decisión, nada fácil de dar. Porque un cambio de aires implica dudas y renuncias.
«En la actualidad estoy donde y como quiero estar, por lo que no tengo motivo de queja. Estoy contento y feliz de lo que esta profesión me está aportando. El camino recorrido es aun corto, pero satisfactorio», sentencia.