Casi 16.000 guipuzcoanos están a la espera de la subida del salario mínimo

En concreto son 15.700 los guipuzcoanos y 56.487 los trabajadores vascos que cobran el salario mínimo, ya que no tienen convenio propio ni otro de ámbito estatal en vigor. El colectivo más afectado es el de las empleadas de hogar, aunque también hay otros sectores como el agro, las peluquerías y algún otro servicio que cuelga directamente del SMI.

Con todo, la negociación se inició ayer sin la presencia de uno de los interlocutores y con las posturas muy enfrentadas, por lo que parece más que probable que, tal y como adelantó este periódico, comience el nuevo año congelado en los 1.000 euros brutos al mes.

La CEOE consumó su advertencia y no acudió a la mesa del diálogo social convocada por el Ministerio del Trabajo: mantiene así su propósito de no reunirse con el departamento liderado por Yolanda Díaz hasta que no rectifique y elimine la enmienda que recupera el control previo de la Inspección de Trabajo sobre las causas de los ERE.

Sin embargo, la patronal lanzó un órdago al Gobierno al enviarle por escrito una propuesta propia de subida. Así, los empresarios se abren ahora a aceptar un incremento del salario mínimo del 4% para 2023 que lo sitúe en los 1.040 euros mensuales por 14 pagas.

Este nivel está solo un poco por debajo de la opción más baja de subida que recomiendan los expertos en el informe que se hizo público el pasado lunes. Concretamente, el comité propone elevarlo entre los 1.046 y los 1.082 euros brutos, que consideran sería la cuantía con la que se cumpliría el compromiso del Gobierno de situarlo al 60% del salario medio, tal y como recomienda la Carta Social europea.

La CEOE, sin embargo, impone al Ejecutivo dos condiciones para aceptar esta subida de 40 euros al mes: rebajar un 20% las cotizaciones sociales en el sector agrario, y modificar la ley de revisión de precios en los procesos de contratación pública para repercutir el incremento del SMI en los contratos en ejecución e indexarlos a este nuevo alza.

Los empresarios explican que se trata de una posición «acorde con la moderación salarial que se necesita para favorecer el crecimiento económico y la creación de empleo» y recalcan que su prioridad para 2023 es mantener el empleo del eslabón más débil del mercado de trabajo, al tiempo que advierten de que la economía española no ha recuperado su nivel prepandemia y que la productividad es un 4,9% inferior.

Los sindicatos, por su parte, sí acudieron a la cita y reclamaron una vez más elevar el SMI hasta los 1.100 euros para mitigar el impacto de la inflación en este colectivo formado por unos dos millones de trabajadores. La diferencia que separa una posición de otra son, por tanto, 60 euros al mes. Aunque, CC OO sí estaría dispuesta a aceptar la subida más elevada que plantean los 'sabios', ya que propusieron al Gobierno elevarlo entre los 1.082 euros y los 1.100 euros; UGT, sin embargo, se aferra a los 1.100 euros.

El Gobierno, por el momento, no ha puesto sus cartas encima de la mesa. El Departamento de Yolanda Díaz ha quedado en enviar una propuesta para volverse a sentarse la semana que viene. Eso sí, la vicepresidenta segunda instó ayer a Garamendi a acudir a la próxima reunión después de afearles negociar «a través de cartas» y «en diferido». Díaz buscará, una vez más, alcanzar un acuerdo tripartito aunque eso suponga un alza más moderado. «Saben que siempre busco un acuerdo y aquí me van a encontrar», remarcó.

euros es el Salario Mínimo Interprofesional que proponen CC OO y UGT para el próximo año. El sindicato liderado por Unai Sordo se abre a una horquilla entre 1.082 y 1.100.

Es la propuesta de la CEOE pero con dos condiciones: rebajar un 20% las cotizaciones sociales en el sector agrario e indexar esa subida (4%) a los contratos públicos.

Es la horquilla superior propuesta por el comité de expertos. La inferior se queda en 1.046 euros, lo que supone un aumento de 46 y 82 euros. En la actualidad es de 1.000 euros.