Siemens Gamesa dice que cerrar Aoiz es «una decisión difícil pero inevitable»

Andreas Nauen, el nuevo consejero delegado que ha sustituido a Markus Tacke, se comprometió a instalar su «campamento base en el País Vasco, sin perder los lazos con Dinamarca, que es donde vivo actualmente», dijo a los accionistas. Nauen asumió que la empresa tiene problemas que resolver a corto plazo, entre los que señaló los elevados costes que han sufrido en la construcción de algunos parques en el norte de Europa, junto a los ajustes en la rentabilidad de su división de generación terrestre.

En este ámbito se enmarca la reciente decisión de cerrar la fábrica de construcción de palas en la localidad navarra de Aoiz, que tiene 240 trabajadores. «Hay decisiones difíciles pero inevitables», dijo el presidente de la compañía, en referencia a la necesidad de rebajar los costes de esta división. Andreas Nauen no descartó que puedan producirse nuevos ajustes de plantilla en España. Tan solo aclaró que los cierres de plantas de Siemens Gamesa no son una novedad -se refirió a la clausura de dos en Dinamarca el pasado año-, para añadir que «estaremos siempre atentos para mantener la competitividad de nuestra cadena de suministro».

En el transcurso de la junta de accionistas tomaron la palabra varios representantes sindicales -formalmente en su condición de propietarios de acciones de la compañía-, para reclamar mayores garantías de empleo en España. Uno de ellos preguntó al presidente si tienen previsto devolver las ayudas que han recibido en Navarra y que estaban ligadas a la planta de producción de palas de Aoiz. Miguel Ángel López aseguró que la empresa cumplirá de forma rigurosa la legislación que existe en materia de ayudas públicas, al tiempo que insistió en que la factoría no permite la construcción de las palas de los generadores que ahora tienen más demanda, debido a que son más grandes.

Precisamente, un nutrido grupo de trabajadores de esta factoría navarra se concentraron a las puertas del edificio de la UPV en el centro de Bilbao donde se celebró la junta de accionistas, en protesta por la decisión de la compañía de cerrar las instalaciones. Los concentrados corearon el lema «Siemens ladrón, devuelve la subvención».

Los directivos de Siemens Gamesa apuntaron que el negocio de la generación eólica terrestre está sometido en estos momentos a una enorme competencia, fruto del sistema de subastas de adjudicación de nuevos parques -se otorgan a quienes reclaman menos subvenciones-, así como a la presión que ejercen otras fuentes de generación renovable, como la solar. Un escenario que, añadieron, ejerce una fuerte presión a la baja en los precios de los aerogeneradores y con ello en el margen de rentabilidad.

Como novedad, la junta de propietarios de este año estuvo liberada de tensiones entre los principales accionistas, algo que era habitual en esta cita anual por las intervenciones de los representantes de Iberdrola, que mantenían notables diferencias de criterio con Siemens. La venta de las acciones de la empresa eólica a principios de año, adquiridas por Siemens, terminó definitivamente con ese ambiente de enfrentamiento