«Por vez primera hemos dejado de perder dinero y empezar a ganar algo»
Arsuaga, productor ordiziarra de leche, entiende que el alza no guste al consumidor pero «ya solo subir el precio uno o dos céntimos nos supone una gran ayuda»
Tras meses «frustrantes» trabajando a pérdidas, y después de decidir seguir adelante «con lo que me gusta hacer» pese «a darle vueltas a la ... cabeza», Joxe Ramón Arsuaga (Ordizia, 49 años) comienza a ver la luz. Este productor de leche en su caserío, Arramendi baserria, reconoce que a partir de las subidas del precio de venta de la leche, acentuadas desde este último verano, «hemos empezado por fin a ganar algo y se ha revertido la anterior situación en que los gastos superaban a los ingresos. Ahora ya no estamos perdiendo dinero, se va quedando algo y se trabaja más agusto», asegura.
Un alivio tras un 2022 en el que, durante buena parte, sobre todo en los primeros meses, «los gastos han superado a los ingresos y ha sido un año duro, con las materias primas al alza mientras el precio de la leche no subía en igual proporción». En septiembre empezó a subir y «hasta finales de año y se ha revertido esta situación», explica.
Arsuaga entiende que el consumidor que va a la tienda o al supermercado a hacerse con un producto básico «se queje, pero tienen que entender que hemos estado produciendo a pérdidas y ahora parece que cubrimos costes. Somos el primer eslabón de la cadena y el segundo eslabón, las grandes superficies, son los que nunca pierden dinero y se quedan con más margen».
El productor de Ordizia, con 140 vacas, sesenta de ellas de ordeño, explica al ciudadano de a pie que una subida mínima del precio «de uno o dos céntimos ya supone bastante dinero» para una explotación que produce al año 660.000 litros de leche, unos 55.000 al mes. Por ello, se felicita de las alzas «de veinte céntimos que ha habido desde este verano». Arsuaga vende actualmente el litro de leche a 0,58 euros a la empresa que luego lo transforma y lleva a los supermercados. «Es un precio que todavía debería tener margen de subida, pero de momento es lo que hay. En enero no hay subida y a lo largo de este año, pues ya veremos».
El productor reivindica la labor del sector y considera que para mantener una producción de calidad como el que se elabora en las explotaciones de Gipuzkoa tiene que haber un «precio justo» e insiste en que la leche «puede estar más barata en el supermercado sin que perjudique al ganadero», si las grandes distribuidoras ajustan precios.
Una cadena de producción en tres fases con similar gasto
El proceso de producción de la leche se divide, principalmente, en tres grandes fases: producción, transformación industrial, y transporte y venta en tienda. Ni ganaderos ni cadenas de distribución se ponen de acuerdo a la hora de fijar el reparto de costes entre estos tres apartados, ya que, además varían bastante según las marcas, sobre todo cuando son marcas blancas impulsadas por los grandes supermercados. En todo caso, coinciden en que cada parte de la cadena supone un porcentaje similar a la hora de fijar el precio final del cartón o botella de leche.
La producción, con los costes de alimentación del ganado, la mano de obra y el beneficio del ganadero, puede suponer el 30 o 35%. La transformación industrial de la leche cruda y su envasado y mantenimiento supondría algo más, en torno al 40%, mientras que la parte final de transporte a tienda y beneficio para el comercio se cifra en torno al 30%.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión