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El sector europeo de la siderurgia empieza a ver a lo lejos los primeros relámpagos y comienza a sacar el paraguas ante la posibilidad de ... una tormenta seria. Uno de los referentes del sector, Arcelor Mittal, con plantas en Gipuzkoa en Olaberria y Bergara, y también en la navarra Lesaka, no oculta ya su preocupación. No solo han parado la producción en Asturias por la falta de pedidos, sino que están ya llevando a cabo «parones discontinuos» en Lesaka por la ausencia de una carga de trabajo completa, lo que obliga a la factoría de Bortziriak, con 170 trabajadores, muchos de ellos guipuzcoanos, a adaptarse a la situación del mercado. En Olaberria (410 empleados) y Bergara (cien operarios), se mantiene una «buena cartera de pedidos», según fuentes de la multinacional siderúrgica, pero, pese a ello, precisan que «en el mercado en general no hay visibilidad» y también en estas dos factorías, y en las del resto de España, «hay bastante incertidumbre sobre lo que puede pasar en los próximos meses».
La principal razón de las paradas de producción efectuadas por Arcelor Mittal en Lesaka, de forma parcial, y en Veriña (Gijón), de forma total durante nueve jornadas, son principalmente la falta de pedidos por la entrada masiva en la Unión Europea de productos siderúrgicos de terceros países, en su mayoría asiáticos como China o Indonesia, o de la propia Turquía. Son importaciones con una ventaja competitiva, entre comillas, debido a que no pagan por derechos de emisión de CO2 como en Europa, amén de un menor coste de la mano de obra y sobrecapacidad de producción. Una suma de factores que están distorsionando el mercado y provocando una baja demanda de acero español.
Todo ello lleva a la multinacional a aplicar medidas en forma de parones en sus plantas porque la producción del acero se planifica en función de la situación y dado los pequeños márgenes de beneficio, si la cartera de pedidos no es boyante existe un riesgo de trabajar a pérdidas. Una situación que por ahora no se produce ni en Olaberria ni en Bergara, aunque la compañía siderúrgica no se atreve a hacer predicciones, ya que existe «incertidumbre y no hay visibilidad en el mercado a medio plazo y no se ve tanta alegría en los pedidos», insisten las fuentes de ArcelorMittal.
En las plantas que han parado total o parcialmente se aplican medidas para minimizar el impacto en los trabajadores, en forma de Ertes, o descansos y vacaciones. Los parones dependen del producto que se fabrique en cada factoría. En las dos plantas guipuzcoanas se elabora perfil y vigas, orientado sobre todo a construcción. De Bergara salen vigas más ligeras y de Olaberria, vigas ya un poco más medianas y más gruesas. También los costes eléctricos perjudican a las plantas siderúrgicas en España en comparación con Asia e incluso con países de la UE.
La posible tormenta perfecta en la siderurgia, un sector con tradición en Euskadi, se ve alimentada, además de por esta invasión de acero barato de terceros países, por la situación de enfriamiento de la economía y la industria en países como Alemania o Francia, con incertidumbres en el sector del automóvil y el vehículo eléctrico, o el sector de la construcción, pendiente de los presupuestos públicos para el año que viene para saber el volumen de obra civil y licitación pública.
Los CEOs de las principales acereras en Europa, entre ellos el de ArcelorMittal, Geert van Poelvoorde, se han unido recientemente para lanzar un SOS a los gobiernos de la UE a través de una carta que reclamaba medidas urgentes. Los firmantes explicaban que el sector en el continente está solo al 60% de su capacidad por el elevadísimo nivel de importaciones.
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