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Manu Alvarez
Bilbao
Martes, 25 de febrero 2025, 10:41
La primera batalla judicial sobre el 'greenwashing', el lavado de cara de productos que se venden como sostenibles cuando no lo son, ha terminado con victoria para el demandado y derrota para el demandante. Una sentencia de la Audiencia de Santander emitida este martes, anticipan fuentes jurídicas, ha rechazado la demanda presentada por Iberdrola contra Repsol, en la que acusaba a la compañía presidida por Antonio Brufau de «engañar a los clientes». Repsol, por su parte, había defendido que la iniciativa de Iberdrola tan solo pretendía cortar el aumento de penetración de la petrolera en la comercialización de electricidad, con ofertas que combinan el suministro de luz, gas y combustibles.
La sentencia es el fruto de un juicio que se celebró el pasado mes de noviembre en la Audiencia de Santander en una vista que se prolongó durante siete horas. En el juicio, los representantes de Iberdrola aseguraron que algunas campañas de publicidad de Repsol «no son veraces» y habían vestido con una falsa túnica «verde» la venta de combustibles, en torno a la que gira algo más del 90% de su facturación. Esto es, que usa el atributo sobre la sostenibilidad en sus mensajes corporativos y publicitarios para obtener una ventaja comercial. Iberdrola acusó a Repsol de mentir cuando esgrime que es una compañía que está comprometida con la sostenibilidad -asegura que sus inversiones en el sector de los hidrocarburos son la prueba principal-; o que su «razón de ser» es precisamente ese objetivo porque en realidad lo que busca es ganar dinero para sus accionistas.
Los representantes de Repsol negaron esas acusaciones porque tanto la terminología como el contexto que recogen las campañas de publicidad o los documentos de la empresa admiten otras interpretaciones. Así, negaron que la empresa esté involucrada en una estrategia de «ecopostureo», también denominada «greenwashing».
La demanda presentada por Iberdrola, ahora rechazada por los tribunales, había recibido un apoyo inequívoco de la exvicepresidenta tercera y ahora comisaria de Competencia de la UE, Teresa Ribera, quien dio a entender que era bueno que fuesen las propias empresas privadas las que combatiesen el 'ecopostureo'. Ribera no ocultó su alineamiento con Iberdrola en este proceso.
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