«La inteligencia artificial crece sin parar y tiene aplicaciones especializadas para empresas»
Markel Ferro y Leire Hernández relatan su experiencia tras estudiar sendos grados
Paula Urbieta
Lunes, 12 de agosto 2024, 07:04
Markel Ferro y Leire Hernández relatan su experiencia tras estudiar sendos grados relacionados con la inteligencia artificial.
«La inteligencia artificial crece sin parar y tiene aplicaciones especializadas para empresas»
El bilbaíno de 21 años Markel Ferro tiene ya en su cabeza cómo aplicar la IA al mundo empresarial. «Más allá de las herramientas generales existe la posibilidad de crear aplicaciones especializadas para empresas». Ferro pone de ejemplo que «una empresa de automóviles puede tener múltiples modelos de IA en una cadena de montaje que reciba los datos de la maquinaria para detectar fallos en ella antes de que ocurran, permitiendo arreglarlos sin que tengan que ocurrir». Al final, «es un nuevo grado con asignaturas que nunca se han dado» dice el joven sobre sus estudios en San Sebastián.
Además, esta revolucionaria tecnología asegura variedad en las asignaturas. «Mejorará con el tiempo, debido a la amplitud en el abanico de asignaturas de una tecnología que crece sin parar». agrega. Por otro lado, «el grado te cambia la perspectiva de la realidad. Empiezas a ver cómo funcionan herramientas que usamos todos los días y que a veces ni pensamos de ellas como IA, como las sugerencias del teclado, voz a texto o incluso una búsqueda de Google» cuenta. Desde pequeño Ferro mostró interés por la informática.
Tomó la decisión de hacer este grado cuando un familiar le pasó una noticia sobre esta novedad. «Busqué más información sobre ello y, bueno, de eso hace 4 años, ¡lo que hace un whatsapp!», recuerda echando la vista al pasado, sin saber entonces que elegía una tecnología ahora en boca de todos.
«Hay que legislar teniendo en cuenta el interés de los investigadores»
Las prácticas y proyectos para empresas que ofrece el grado de Inteligencia Artificial han aportado a Leire Hernández la «capacidad para plantear soluciones a distintos problemas usando modelos de IA». Así lo explica esta joven de 22 años Basauri que se ha graduado en Donostia. Sus pasos iban dirigidos en un principio a las Matemáticas, pero la IA le encandiló porque entrelazaba otro de sus gustos, la programación. Sin saberlo entonces, Leire acabaría obteniendo una matrícula de honor en su TFG (trabajo fin de grado), con un proyecto sobre generación de poesía con esta tecnología. Pero pese a los bellos versos creados, mucha gente le ha traslado su inquietud por el riesgo de que la IA traspase la línea legal, que no son pocas veces.
Hernández utiliza la metáfora del cuchillo: aquel al que se le da un buen o mal uso por la persona que lo utiliza. «Se deben establecer límites legales, pero hay que plantear medidas que no sólo respalden los intereses de las empresas. Legislar teniendo en cuenta perspectivas de investigadores también es necesario», comenta la estudiante en San Sebastián. Ella y muchos estudiantes creen que hay que encontrar una solución, ya que la situación actual no es sostenible para ninguna de las partes. Por ello, Hernández y sus compañeros abogan por un acuerdo entre todas las partes para evitar que los sistemas de inteligencia artificial tengan un uso pernicioso para la población.
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La basauritarra Leire Hernández, con portátil en su casa.
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«Crece sin parar y tiene aplicaciones especializadas para empresas»
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Markel Ferro es un apasionado de la informática.
