Gipuzkoa registra en lo que va de año siete de las doce muertes en accidente laboral en Euskadi
Responsables de Osalan, expertos y sindicatos apuntan a la precariedad y la escasa concienciación como causas principales de este repunte
Mikel Madinabeitia
Miércoles, 22 de mayo 2019, 06:49
Todas las estadísticas son frías pero hay algunas que son trágicas. Gipuzkoa vivió el lunes una jornada de luto con el fallecimiento de dos ... personas en sus puestos de trabajo. Los dos accidentes laborales con víctimas mortales, registrados en Zestoa y Zarautz, elevan a siete la cifra de muertes en el territorio guipuzcoano en lo que llevamos de año, lo que supone más de la mitad de las que sufre Euskadi, donde doce personas han perdido la vida en sus lugares de trabajo en los cinco primeros meses de 2019, según los datos proporcionados por Osalan, el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral. Es más, el drama se está cebando especialmente en Gipuzkoa si comparamos el registro de lo que va de año con el producido en todo el ejercicio anterior, ya que las siete víctimas mortales se equiparan con las de todo el año precedente. ¿Por qué está siendo Gipuzkoa el territorio más afectado del País Vasco? ¿Los accidentes están relacionados con la falta de prevención y formación en las compañías? ¿Es simplemente por mala suerte? ¿Qué se puede hacer para limitar al máximo la cifra de muertes?
Este periódico se ha puesto en contacto con responsables de Osalan, expertos y sindicatos para recoger todas las claves de la siniestralidad laboral, que al margen de los fallecidos provoca más de medio centenar de heridos graves al año en Euskadi, tales como la precariedad y la escasa concienciación de empresarios y trabajadores, entre otros factores. Alberto Alonso, director general de Osalan, considera que pese a que desde 2005 ha descendido a la mitad el número de fallecidos en accidentes laborales, aún queda mucho trabajo por hacer. Desde su punto de vista, no es digerible que las empresas guipuzcoanas -y vascas, en general- sean lugares donde en pleno siglo XXI se producen accidentes «del siglo XIX», por lo que insta a toda la sociedad a profundizar en las vías de la prevención y la concienciación. «No quiero que se narcotice el riesgo. No podemos asumir que el peligro es inherente al trabajo, una sociedad moderna no se lo puede permitir», zanja el máximo responsable de Osalan.
«No quiero narcotizar el riesgo, no podemos permitir que el peligro sea inherente al trabajo»
Alberto Alonso, Director general de Osalan
Patrones culturales
Alonso, que cita la construcción como el sector que concentra más incidencias con la caída de altura como el accidente más común -la víctima de Zarautz responde a este ejemplo-, subraya que es necesario modificar ciertos patrones culturales. En este sentido, alega que no hay que responsabilizar únicamente a la figura del empresario, sino a toda la sociedad: «Esta lacra es un reto global para el país como sucedió años atrás con los accidentes de tráfico, donde tras las agresivas campañas de sensibilización se ha conseguido que ponerse el cinturón de seguridad sea un acto reflejo para todo el mundo».
Osalan continúa investigando las circunstancias de lo sucedido en los dos accidentes mortales del lunes, aunque en el caso del registrado en Zarautz han resuelto que el desprendimiento de una pieza central de la estructura provocó que la grúa se desestabilizara hasta desplomarse contra el suelo. La víctima, que estaba debidamente asegurada con el material reglamentario -arnés, gafas y guantes- cayó desde una altura de 30 metros y perdió la vida al instante.
En cuanto a los mecanismos de prevención, Grupo Preving, entidad líder del Estado en el sector de la Seguridad Social y Salud Laboral -presta servicio a 100.000 empresas y a 500.000 trabajadores en todo el país-, asevera que hay que reforzar dos aspectos fundamentales para erradicar estas trágicas noticias: la integración de los mecanismos de prevención en las empresas y la formación de los empleados.
«Los empresarios deben ver la prevención como una inversión que da resultados a largo plazo»
Ignacio Coro, Director Territorial Grupo Preving
Ignacio Coro, director de la delegación de Gipuzkoa, aclara que cada vez que la actividad económica crece, más personas trabajan y, por lo tanto, el número de accidentes repunta, «pero eso no debe ser una disculpa». En su opinión, la clave radica en que «los empresarios deben ver la prevención como una inversión a largo plazo. Los resultados no son inmediatos, pero está demostrado que aquellos que implantan mecanismos de prevención logran que los accidentes mengüen».
Coro también envía un mensaje a las instituciones, a las que pide mayor implicación, y pone como ejemplo que las campañas de concienciación que realiza la Inspección de Trabajo deberían ser más exhaustivas. «Deberían concretar más por sectores, por ejemplo, detallando los peligros más comunes de cada actividad», concluye.
Desde el ámbito de los sindicatos, el discurso es más agresivo ya que a su juicio la salida de la crisis se ha producido a través de la precariedad y a costa de reducir la exigencia en las medidas de prevención. Mercedes Benito, responsable de seguridad laboral en el área de Industria de CC OO Euskadi, lamenta que cada accidente con víctimas mortales sirve para poner el foco en la prevención de riesgos laborales y agrega que la responsabilidad principal debe recaer en las empresas, aunque señala que los seguimientos en materia de seguridad laboral deben ser más exhaustivos. La dirigente sindical ha detectado que en aquellos sectores que carecen de convenios colectivos están «mucho más expuestos» a los accidentes, porque «los planes de prevención son escasos o directamente no existen, una parte importante de los trabajadores son temporales con un nivel de formación deficiente y el estado de los materiales y máquinas está deteriorado». UGT, por su parte, exige que la prevención de riesgos laborales deje de ser una «mera burocracia» y pide que la Inspección de Trabajo intensifique los controles en las empresas, así como elevar las sanciones para aquellas que incumplan con la normativa.
«Aquellos sectores que carecen de convenios colectivos están más expuestos a accidentes»
Mercedes Benito, Salud laboral Industria CC OO
Desde el Gobierno Vasco, por su parte, mostraron ayer su solidaridad con los familiares y allegados de los dos fallecidos. El portavoz Josu Erkoreka apeló al conjunto de la sociedad, y a los empresarios en particular, a actuar de forma «rigurosa y diligente» en la aplicación de las normativas legales en materia de seguridad laboral. También se refirió a estos accidentes la consejera de Trabajo, María Jesús San José, que destacó que «desde el primer minuto, Osalan y la Inspección de Trabajo están investigando las causas con el objetivo de que no se vuelvan a producir».
Hoy, concentración
Los sindicatos ELA, LAB, ESK, Steilas, EHNE e Hiru, por su parte, han organizado para hoy a las 12.30 una concentración en la plaza del ayuntamiento de Azpeitia en solidaridad con los dos últimos fallecidos en accidentes laborales. Los convocantes reclamarán que cesen este tipo de desgracias y denunciarán, a su vez, que «la precariedad mata».
Reconocen como accidente laboral la ansiedad por sufrir discriminación
El Instituto Nacional de la Seguridad Social de Bizkaia ha reconocido, por primera vez, como accidente de trabajo la incapacidad temporal por ansiedad de un trabajador que sufría discriminación en su lugar de trabajo. El empleado afectado, según informó ayer el sindicato UGT en un comunicado, prestaba sus servicios en un ayuntamiento vizcaíno, donde en septiembre de 2018 sufrió una crisis de ansiedad, que fue considerada por la mutua laboral que le atendió como «contingencia común sin origen laboral». Por el contrario, el médico de Atención Primaria que le dio la baja laboral le derivó al psicólogo, quien diagnosticó la angustia como un episodio de ansiedad y declaró que «la patología tiene base laboral motivada por riesgos psicosociales motivados por conductas discriminatorias». UGT solicitó el cambio de determinación de la contingencia, lo que ha sido finalmente aceptado por la Seguridad Social.
El sector forestal, en el ojo del huracán por su alto riesgo
El sector forestal se halla por varias razones en el ojo del huracán en materia de seguridad laboral. En primer lugar, porque desde el año pasado viene registrando una cifra muy alta de fallecidos y, por otro lado, porque el perfil mayoritario es el de un hombre de origen extranjero que desempeña su actividad en unas condiciones que los expertos califican como muy precarias. En concreto, cinco personas perdieron la vida el año pasado en diversas labores realizadas en los bosques de Euskadi cuando en el sector de la construcción, que da empleo a mucha más gente, sólo hubo una muerte más. De hecho, una de la dos víctimas mortales del lunes responde a esta casuística específica. El varón de 50 años que perdió la vida en Zestoa realizaba labores de tala forestal en un pinar afectado por la enfermedad de la banda roja y marrón, un hongo que proviene de América del Norte y Central, y que está causando verdaderos estragos -fuentes cercanas al sector forestalista estiman que un 40% de la masa de coníferas de Gipuzkoa podría estar contaminada-.
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