Gipuzkoa recauda 15 millones en tres años con la tasa Google que no gusta a Trump
Bruselas trata de frenar la multa a la multinacional norteamericana para poder negociar así una rebaja de los aranceles a la automoción
14,8 millones de euros. Es lo que ha recaudado Gipuzkoa en tres años y medio por el denominado 'Impuesto sobre determinados Servicios Digitales', más ... conocido como tasa Google. El tributo, en vigor desde 2021, obliga a gigantes digitales como Google, Amazon o Facebook a pagar un 3% sobre la facturación que generan en publicidad online, comercio electrónico o venta de datos. Aunque su recaudación todavía es modesta, la tasa simboliza el intento de que las grandes tecnológicas tributen allí donde hacen negocio, y no solo en países con baja fiscalidad. Se trata de un impuesto pionero en España –Euskadi acordó la recaudación por parte de las Diputaciones a partir de 2022 en la Comisión Mixta del Concierto–, con carácter temporal, a la espera de que la OCDE y la Unión Europea cierren un acuerdo global para armonizar la tributación digital.
Así, en lo que respecta a los ingresos que la Hacienda foral ha obtenido en este concepto, el fisco obtuvo 4,9 millones en 2022, 3,5 millones un año más tarde y 4,2 en 2024. En el acumulado del año, que recoge datos hasta el 31 de julio, Hacienda ha ingresado 2,2 millones. En el caso de Euskadi, el monto global asciende a 49,3 millones. En el primer año de entrada en vigor, las haciendas forales obtuvieron 17,1 millones, por 11,5 en 2023 y 13,2 el pasado año. Hasta el mes de junio de este 2025, las cantidades recaudadas por las diputaciones han ascendido a 7,5 millones, un 19,3% más que en el mismo periodo de 2024.
Hay que recordar que el tributo sólo se aplica a empresas con una facturación global superior a 750 millones de euros y más de 3 millones en España. Y la normativa actual se diseñó para evitar que muchas multinacionales desvíen sus beneficios a países con una fiscalidad más favorable (Irlanda, Luxemburgo…), lo que reduce al mínimo lo que pagan en otros Estados.
La cifra
49,3 millones de euros
ha ingresado Euskadi a través de sus tres Haciendas forales por la denominada tasa Google en los tres últimos ejercicios y en lo que llevamos de 2025. La cifra más elevada de recaudación se produjo en 2022 con 17,1 millones.
Esta voluntad de la Unión Europea de regularizar el pago de estas empresas con las Haciendas choca de forma frontal con la postura del Gobierno de Donald Trump, que tacha este impuesto de «discriminatorio» contra las multinacionales estadounidenses. Para la Administración norteamericana, Europa estaba diseñando un tributo «a medida» para sacar más dinero de sus gigantes tecnológicos.
En respuesta, Trump amenazó a la Unión Europea y a varios países que adoptaron este impuesto (Francia, España, Italia, Reino Unido) con represalias comerciales. Su argumento era claro: si Europa penaliza a nuestras empresas digitales, Estados Unidos aplicará aranceles adicionales a productos europeos, desde vino hasta automóviles.
Negociación arancelaria
Actualmente la UE trata de que Estados Unidos incluya a la automoción en el bloque general de sectores con un arancel del 15%. Supondría rebajar el 27% actual dando un poco de oxígeno a un sector clave de la economía europea que atraviesa una crisis importante con descensos notables en los ingresos y beneficios.
En este contexto, esta misma semana, la Comisión Europea ha decidido ralentizar el proceso de sanción contra Google que abrió en 2021. El dictamen estaba en su fase final y contemplaba una multa millonaria que podría ascender a los 30.000 millones y, además, una obligación a Google para que vendiera parte de sus negocios. La decisión de la Comisión no ha sido tanto la de eliminar el dictamen, sino frenar cualquier decisión para evitar tensar las negociaciones con Trump y hacer posible un acuerdo para la automoción europea.
Con todo, el pulso se enmarca en una batalla mayor: cómo regular la economía digital en un mundo globalizado. Mientras Europa y la OCDE han intentado diseñar un sistema común para que las grandes tecnológicas pagaran impuestos de forma justa, Trump defiende a ultranza los intereses de Silicon Valley. El resultado es una tensión comercial que todavía hoy condiciona el futuro del impuesto digital y que ha llevado a la UE a plantear el tributo solo como una medida temporal, a la espera de un acuerdo global.
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