Controller: el impacto de nuestras decisiones en la evolución de la empresa

El entorno macroeconómico internacional, sigue mostrando signos de `preocupación´ por las tasas de inflación, la desaceleración económica, la evolución del coste de las materias primas, la debilidad del consumo y de las inversiones.

En este contexto, a mayor falta de certeza, mayor debería ser la capacidad de las empresas para optimizar al máximo sus recursos. Dicho de otra forma, la incertidumbre existente nos obliga, más que nunca, a ser más eficientes en el control de gestión de nuestras empresas.

En el último ciclo FINANZA de Elkargi, mucho se ha hablado respecto a la diversificación financiera en las empresas, es decir, que de la misma manera que se diversifican productos, mercados o proveedores, deberíamos conocer y utilizar todas las fuentes de financiación a nuestro alcance.

A eso mismo, añadiría que, los responsables financieros debemos partir de una buena gestión basada en datos del negocio para poder tomar las decisiones con mayores garantías de éxito.

Partiendo del conocimiento exhaustivo de la realidad de la compañía, el `controller´ debe conocer el negocio traduciendo a euros las decisiones que se toman y también, aquellas que no se toman pero que afectan a la cuenta de resultados. Las cuentas de resultados de las compañías se empiezan a construir a partir de la oferta, e incluso, algo tan común en los últimos meses como las revisiones de precios deben conllevar un control de gestión adecuado para que la repercusión sea razonable y para que nos ayude también a no producir o vender productos o servicios sin margen; al menos, no sin nuestro conocimiento.

Además del proceso de oferta, el conocimiento de la rentabilidad por producto/cliente/ territorio debe constituir una herramienta de gestión a disposición de toda la organización de forma que, las decisiones, estén fundamentadas en los datos y se alejen del «olfato».

Me refiero, por ejemplo, a la importancia de analizar la rentabilidad de las inversiones que, normalmente, suelen ser siempre positivas y de que, debemos poner énfasis, no solo en el análisis previo de rentabilidad sino en el efecto posterior a la realización de la inversión. De tal forma que, si nos hemos equivocado una vez, al menos, no repitamos y esto nos ayude a tomar decisiones y a saber, si estamos cerca de las previsiones. Tal y como decía con anterioridad, normalmente éstas suelen ser positivas, pero si por el contrario, nos hubiésemos alejado, tendríamos que ser conscientes de las razones para, si fuera posible, evitarlas a futuro.

Por último, no quisiera olvidarme del circulante, de ese «gran desconocido» que, muchas veces, no se aprovecha adecuadamente, ni el circulante operativo ni el financiero. En Elkargi consideramos que, antes de buscar financiación externa, debemos tener los recursos internos suficientemente optimizados. En esta línea trabajamos también con las empresas, en ayudarles a optimizar dichos recursos que van, desde los stocks hasta los vencimientos de los pagos o incluso los cobros.

Las empresas con profesionales financieros o controllers que cuentan con esta información y son capaces de sintetizarla y exponerla de una forma simple, posibilitan que la toma de decisiones por parte de la dirección general se ajuste, más y mejor, a lo que requiere su proyecto empresarial en cada coyuntura.

Por cierto, estos días celebramos una nueva edición de nuestro curso sobre Controlling, con una muy buena acogida por parte de las empresas, en el que profesionales con una dilatada trayectoria, cuentan sus experiencias en las diferentes áreas del Control de Gestión de una empresa.

En definitiva, un buen control sobre la gestión económica de la empresa debería de ser el faro que guíe a la dirección general y, para ello, es condición necesaria el de disponer de unas metodologías y herramientas de control de gestión adecuadas a las necesidades propias y particulares de la empresa.

Esto nos dará empresas más robustas y resilientes para afrontar este año de incertidumbre y de consecuencias.