Euskadi constata ya un frenazo del consumo por la inflación pero mantiene su previsión del PIB
El Gobierno Vasco actualiza sus estimaciones, y confía ahora en las empresas y el sector exterior para mantener el pulso de la economía
La inflación, que alcanza cotas inéditas en décadas alentada por la guerra y sus consecuencias en el mercado energético y de materias primas, está ... ya suponiendo un freno al consumo que se esperaba por parte de las familias vascas, que habían atesorado no poco ahorro durante la pandemia. Un contratiempo que hará que ese importante componente de la economía crezca este año bastante menos de lo previsto hasta ahora por parte del Gobierno Vasco.
Pese a ello, el gabinete de Iñigo Urkullu confía en que el país avance el mismo 4,5% estimado en marzo, solo que en lugar de apoyarse en ese gasto de los hogares lo hará en el sector exterior y la exportación, en las que tiene puestas todas las esperanzas.
LA CLAVE
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3,7% es el repunte que experimentó el empleo en Euskadi en el segundo trimestre del año.
Mientras tanto, la economía de Euskadi avanza con paso firme aunque con algo menos brío; así, y según los datos ofrecidos ayer por el Eustat, el Producto Interior Bruto (PIB) repuntó un 0,9% intertrimestral entre abril y junio y un 4,3% en tasa interanual, cifras ambas algo más modestas que las registradas en el arranque del año (1% y 5,7%, respectivamente).
El Gobierno Vasco actualizó el mes pasado (un tanto a la francesa) sus previsiones oficiales. Y es que, en una suerte de ejercicio de gatopardismo, mantuvo el 4,5% de repunte en el año ya previsto desde el pasado marzo pero cambió todas las 'tripas' de sus estimaciones oficiales.
Con toda la cautela del mundo, visto el escenario y la velocidad e intensidad de la incertidumbre que impera en Europa –en vilo por los posibles recortes en el suministro de gas al Viejo Continente–, la Dirección de Economía y Planificación del departamento de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco explica en un informe al que ha tenido acceso DV que «la composición del PIB ha cambiado de forma muy importante». «Básicamente –señala el documento–, en el escenario actual se prevé un menor impulso de la demanda interna y una mayor aportación del saldo exterior al crecimiento».
Sorpresa
Un empujón, el de la exportación, que el equipo de Pedro Azpiazu reconoce como una «agradable sorpresa». Y para muestra, un botón, y es que –resalta el informe– solo en el primer trimestre del año «casi la mitad del crecimiento de la economía vasca vino del sector exterior».
Así, si hasta ahora se esperaba un aumento del gasto de los hogares en el conjunto del año del 4,8%, fruto en buena parte al ahorro embalsado durante la pandemia, ese salto se queda ahora en el 1,7%. En el caso del gasto de las Administraciones Públicas, ya no tan presionadas por la necesidad de combatir los efectos del Covid, el desfase entre previsiones es del 3,2% al 1,5%.
Esa menor alegría a la hora de consumir (que en modo alguno significa que no se gaste ni que se gaste menos que en 2021, sino solo que se hará por debajo de lo previsto hasta ahora) comporta irremediablemente un enfriamiento en paralelo en parte de la recaudación. Algo que recoje también el nuevo cuadro macro del Gobierno Vasco, que ha pasado de estimar un alza de los impuestos netos sobre productos del 4,6% sobre 2021 a una ligera caída del 0,2%.
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«La elevación de los precios ha recortado el poder adquisitivo de las familias y ha creado cierto nivel de incertidumbre sobre el futuro que ha frenado el gasto», apunta el análisis.
En el extremo opuesto, esas nuevas estimaciones oficiales resaltan como positivo el comportamiento de la inversión, a pesar de la incertidumbre. «Da la impresión de que las empresas se están adaptando bien al nuevo contexto», señala Economía. «La fuerte demanda exterior y la llegada cada vez más regular de los microchips hacen pensar que la formación de capital (la inversión en lenguaje técnico) acelerará su ritmo en los siguientes trimestres hasta reguistrar un valor medio del 7,1% (en las anteriores previsiones era del 5%)», añade.
«Si se cumple la previsión –concluye el informe– la economía vasca recuperará en terminos reales (sin contar con la inflación) el PIB que tenía antes de la pandemia este año».
De momento, y según los datos del Eustat, el PIB vasco crece a buen ritmo, aunque por debajo de la estimación que se hizo en marzo. El empleo, que muestra una enorme fortaleza en lo que va de año –que todo indica continuará en los próximos meses– creció un 0,8% intestrimestral y un 3,7% interanual.
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