El 93% de afectados de Rezola se acoge a las medidas de la empresa para mitigar el ERE

Estas medidas para mitigar el impacto son prejubilaciones, salidas voluntarias, recolocación externa y traslado a la fábrica de Arrigorriaga, en Bizkaia, donde se centralizará el horno de clínker, el primer proceso de fabricación de cemento y el más contaminante. El cierre de este horno en Añorga es, según la empresa, lo que ha motivado el ERE, que afecta a más de la mitad de la plantilla.

De los 56 empleados afectados por el ERE, 16 se han acogido al programa de prejubilaciones, 26 a las bajas indemnizadas con acceso al servicio de recolocación externa 'premium' (ocho de ellos mayores de 54 años); y diez han aceptado trabajar en la fábrica de Arrigorriaga. Para los cuatro trabajadores restantes, los que quedan en situación de despido forzoso, la empresa mantendrá vigente temporalmente la posibilidad de acogerse al servicio de recolocación externa 'premium'. El programa estará en vigor hasta que todas las personas adheridas sean recolocadas con un contrato estable.

La aplicación del ERE de la fábrica de Añorga de Cementos Rezola ha sido justificada por la dirección por «las obligaciones de descarbonización de la empresa y por la reducción de dos terceras partes de la actividad industrial» de la factoría al paralizarse el proceso de fabricación con clínker, que se lleva a Arrigorriaga, una planta más moderna.

Los dos sindicatos del comité, LAB y ELA, mantienen la huelga indefinida que arrancó a finales de junio y reiteran que para mantener la actividad futura en Añorga hacen falta más trabajadores que los contemplados por Heidelberg Materials. ELA, de hecho, llevará el ERE a los tribunales. Desde Cementos Rezola señalan que los dos centros de trabajo vascos tienen garantizados al menos 80 años futuros de actividad, sustentados en una inversión de 32 millones de euros en el periodo 2024-2026 y que seguirá la fabricación y venta de cemento.