Donostia activa la primera red cuántica empresarial de Europa de la mano de IBM
Más de treinta firmas «exploran» ya los casos de uso reales del IBM Quantum System Two, el más avanzado del mundo, que fue inaugurado ayer en San Sebastián
Euskadi dio ayer un paso que trasciende lo simbólico para situarse en el territorio de la historia científica. Con la inauguración del IBM Quantum System ... Two en San Sebastián, el País Vasco se ha convertido en el primer territorio europeo en disponer de un superordenador cuántico de última generación y en uno de los tres lugares del mundo, junto a Nueva York y Kobe (Japón), donde esta tecnología late físicamente. No es solo un logro tecnológico: es la confirmación de una ambición sostenida durante décadas. Un proyecto que une ciencia e industria en torno a una misma idea: hacer de la innovación «el núcleo de un país pequeño con vocación global», como subrayó el lehendakari, Imanol Pradales.
La jornada, celebrada frente al nuevo edificio de Ikerbasque de Ibaeta, donde se encuentra el superordenador cuántico, simbolizó el tránsito hacia un modelo de conocimiento que aspira a transformar la investigación en valor económico. En un acto que reunió a más de trescientas personas del ámbito político, científico y empresarial vasco y europeo, se insistió en una idea que resume el sentido del proyecto: lo inaugurado –cuya inversión global asciende a los 153 millones de euros– no es solo un ordenador, «sino la base de una nueva comunidad científica e industrial» que aspira a convertirse en motor de competitividad y atracción y, sobre todo, retención de talento.
Pero ¿qué cambia realmente con este superordenador? La respuesta está en los cúbits, esas unidades de información cuántica que no se limitan a ser 0 o 1, sino ambas cosas a la vez. Esa superposición abre la posibilidad de realizar «millones de cálculos simultáneos, explorando caminos que los ordenadores clásicos ni siquiera pueden representar». En la práctica, eso se traduce en avances que ya empiezan a esbozarse: «nuevos materiales más resistentes y sostenibles, baterías más duraderas, fármacos diseñados a partir de simulaciones moleculares, algoritmos de optimización para procesos industriales o modelos de inteligencia artificial que aprenden de manera cuántica», explicó el vicepresidente de IBM Quantum, Jay Gambetta. La promesa de esta tecnología es «acelerar de forma exponencial la capacidad humana de analizar, predecir y crear».
Esta infraestructura influye ya en ámbitos como las biociencias, las finanzas, la fabricación avanzada o la IA
El sistema instalado en Donostia alberga un procesador Heron de 156 cúbits, el más avanzado de la compañía. Su arquitectura modular permite sumar nuevos procesadores sin reconstruir toda la estructura, lo que convierte al System Two en una plataforma abierta al futuro. Se trata, en palabras del gigante tecnológico estadounidense, de la puerta de entrada a una nueva era de computación híbrida, en la que «los sistemas cuánticos y clásicos trabajarán en conjunto para resolver los problemas más complejos».
La «ventaja cuántica»
La llamada «ventaja cuántica», el punto en que los ordenadores cuánticos superarán a los convencionales, no es ya un horizonte lejano. IBM sitúa su llegada antes de 2026, y espera contar en 2029 con el primer sistema tolerante a fallos, capaz de operar de forma estable y comercial. Donostia participa directamente de esa hoja de ruta: el centro forma parte de la red internacional de IBM Quantum y tiene acceso a la infraestructura global de investigación.
En torno a esta instalación se ha tejido una red que da cuerpo a la visión de país. Más de veinte centros tecnológicos y universidades vascas, junto a una treintena de empresas, trabajan ya en casos de uso vinculados a la cuántica. En los dos últimos años, «más de 150 especialistas han sido formados en este ámbito gracias a la colaboración entre IBM y el sistema científico vasco», detalló el presidente de IBM en España, Horacio Morell. La mitad de la capacidad del superordenador se destina actualmente a proyectos de investigación, mientras la otra mitad se reserva para aplicaciones industriales en sectores como la energía, la biomedicina, las finanzas, la movilidad o la fabricación avanzada.
El Gobierno Vasco aspira a transformar la ciencia cuántica en motor de reindustrialización, competitividad y talento
Aunque la computación cuántica apenas empieza a navegar ese océano de lo desconocido –como recordó Pradales al citar a Newton: «lo que conocemos es una gota y, lo que no, un océano»–, su influencia y aplicación sí empieza a sentirse en la economía real. En la industria energética puede ayudar a diseñar redes eléctricas más eficientes; en salud, a acelerar el descubrimiento de nuevos compuestos farmacéuticos; en finanzas, a optimizar carteras y sistemas de riesgo; y en ciberseguridad, a crear protocolos imposibles de vulnerar con los métodos actuales. Todo ello no como un futurible, sino como un campo de experimentación ya en marcha.
En esencia, el proyecto Basque Quantum –la iniciativa del Gobierno Vasco donde se integra el superordenador cuántico– funciona como una red viva, en la que investigadores y empresas pueden acceder al sistema de forma colaborativa. El viceconsejero de Universidades e Investigación, Adolfo Morais, explicó durante la visita al edificio de Ikerbasque que esta infraestructura «no es un recurso cerrado, sino un bien compartido». Para utilizarla, las compañías deben incorporarse a la red mediante proyectos de experimentación conjunta con los grupos de investigación del entorno, un modelo que busca «democratizar el acceso a la computación cuántica y facilitar su transferencia a la industria».
La infraestructura cuántica vasca servirá para que empresas e investigadores compartan algoritmos y casos de uso
Según precisó Mikel Díez, responsable de IBM Quantum para España y Portugal, investigadores de Euskadi están colaborando ya en proyectos de «física de altas energías, ciencia de materiales o desarrollo de nuevos algoritmos de inteligencia artificial cuántica». Un campo en el que, por citar un ejemplo, se emplea la donostiarra Multiverse Computing, con cientos de empleos de alto valor añadido.
Ayer, el corazón científico de Euskadi lanzó un mensaje al mundo: incluso los territorios pequeños pueden liderar revoluciones globales si combinan talento, cooperación y ambición. Lo que ayer se encendió en Donostia no es solo un superordenador, sino una nueva energía económica e intelectual llamada a impulsar a toda una generación de investigadores, emprendedores y empresas hacia la frontera del futuro. Un futuro que ya está aquí.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión