«Se corrige una injusticia y la doble discriminación que sufríamos»
Esta trabajadora de Limpiezas de Edificios y Locales señala que en su sector la mayoría de los contratos son parciales
Belén Muner es una de las 123.100 mujeres vascas que cuentan con una jornada parcial, «en realidad –explica– tengo tres contratos de jornada ... parcial con otras tantas empresas, lo que hace que al final tenga una jornada completa, pero a todos los efectos se trata de jornadas parciales». Y es que esta donostiarra indica que con un contrato a jornada parcial la empresa te puede reducir las horas en cualquier momento, mientras que si es a jornada completa no puede hacerlo, «con lo que siempre estás con esa incertidumbre». Belén tiene con Gureak un contrato de cinco horas y media a la semana, con Garbialdi otro de diez y con Joxean otro de 23.
Belén ha acogido con satisfacción la modificación en el cómputo del tiempo de cara a la jubilación y otras prestaciones. «Antes había que trabajar dos días para completar uno; ahora será uno por uno, independientemente de las horas de la jornada». Afirma que «por fin se repara una injusticia y una doble penalización de cara a la jubilación, ya que una cosa es que te quede una pensión más baja porque cotizamos por una base menor al cobrar menos, y otra que además tuviéramos que trabajar 30 años para llegar al mínimo de 15».
Feminizado
Al respecto, apunta que ha tenido compañeras que se han tenido que jubilar y han sufrido esa doble penalización después de llevar toda la vida trabajando quince horas a la semana. Belén señala que en su sector, el de Limpieza de Edificios y Locales, que aglutina a más de 5.000 trabajadores, el 99% de ellas mujeres, la inmensa mayoría cuenta con jornadas parciales, mientras que los pocos hombres que hay tienen jornada completa. «Les ponen como peones especialistas, que es una categoría mayor y con jornada completa», se lamenta, «mientras que a nosotras nos ofrecen jornadas parciales». Una realidad que «complica y mucho llegar a fin de mes, sobre todo para aquellas mujeres que son viudas, separadas, con hijos e hipotecas». Reclama, al igual que todo el colectivo, que las empresas completen las jornadas.
Esta donostiarra de 50 años lleva quince años trabajando en este sector, aunque anteriormente lo hizo durante once años en un domicilio y posteriormente de cara al público en varios supermercados. Ve la jubilación todavía un poco lejana pero defiende que se dignifiquen las condiciones laborales de un sector muy precarizado. En este sentido, valora también de forma positiva el nuevo convenio firmado en el sector por ELA y que elevará el sueldo de forma significativa en los próximos cuatro años, en concreto un 19,9%, lo que lo situará por encima de los 1.300 euros.
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