Los aranceles de Trump amenazan con restar medio punto al PIB vasco
El informe de Economía Vasca de Laboral Kutxa advierte que unos gravámenes del 20% por parte de Estados Unidos podrían suponer una pérdida de hasta 487 millones en dos años
Euskadi encara 2025 con un crecimiento previsto del 2% —ligeramente por debajo del Estado, que lo hará en un 2,4%—, pero el entorno internacional ... se vuelve cada vez más volátil e incierto. Según el informe de Economía Vasca elaborado por Laboral Kutxa, presentado este martes, la combinación de tensiones comerciales, fragmentación política global y riesgos geoestratégicos abiertos —como los aranceles propuestos por Donald Trump y la guerra en Oriente Medio— obliga a las empresas a extremar la prudencia. Aunque el punto de partida es sólido, el clima económico global podría acabar enfriando decisiones clave de inversión privada, como deja entrever el documento.
En este contexto, el informe advierte de que una política arancelaria más agresiva por parte de Estados Unidos tendría un impacto directo sobre la economía vasca. En un escenario con aranceles del 20%, probablemente el más realista, y un traslado completo de los costes al mercado (pass-through del 100%), el PIB de la CAPV se reduciría en medio punto porcentual en dos años, con una pérdida acumulada estimada de hasta 487 millones de euros. Si el castigo comercial fuera aún más severo —con aranceles del 50% y también traslado pleno—, el PIB vasco caería 1,25 puntos y la pérdida superaría los 1.200 millones. Actualmente, Trump mantiene activos aranceles del 10% de forma generalizada a las importaciones europeas y del 25% específicamente al sector del automóvil, el acero y el aluminio.
Pese a esa resiliencia macroeconómica, el informe pone el acento en los riesgos que se avecinan. La economía global transita «un terreno cada vez más complejo», marcado por tensiones comerciales renovadas, una creciente fragmentación política internacional y focos geopolíticos latentes. La victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos añade más incertidumbre, especialmente por el retorno de políticas proteccionistas que ya han condicionado decisiones como la de la UE sobre aranceles, como agrega el documento presentado esta mañana por Ibon Urgoiti, y Joseba Madariaga, director de Desarrollo de Negocio y director de Estudios de Laboral Kutxa, respectivamente.
El año 2024 cerró con un crecimiento del 2,2% del PIB vasco, un dato positivo aunque por debajo del 3,2% registrado en el conjunto del Estado. La industria mantuvo un perfil de crecimiento dispar (1%) durante todo el ejercicio en Euskadi, mientras que los servicios de mercado sostuvieron un avance más sólido, del 2,6%. El consumo de los hogares mostró buen tono, impulsado por la evolución del comercio minorista, y la construcción repuntó en la segunda mitad del año tras un segundo trimestre flojo.
En cuanto al empleo en Euskadi, la tasa de paro repuntó hasta el 8,1%, en contraste con la mejoría observada en Navarra (7,6%) y el Estado (11,3%). Aun así, la afiliación a la Seguridad Social mostró un comportamiento sostenido, y el índice de confianza de los hogares vascos mejoró hasta valores cercanos a la neutralidad, gracias sobre todo a una mejor percepción sobre el ahorro y el desempleo, subaya el informe de Laboral Kutxa.
Punto de partida robusto
Aun así, el punto de partida es robusto. Euskadi ha demostrado capacidad de resistencia incluso en un contexto internacional marcado por la debilidad de economías clave como Alemania o Japón, que cerraron 2024 con crecimientos negativos o marginales. La estabilidad institucional, la diversificación sectorial y una demanda interna sólida ayudan a amortiguar los impactos externos. «Nos encontramos ante un escenario en el que, a pesar de la resiliencia actual de algunas variables macroeconómicas, la economía global avanza sobre un suelo frágil», advierte el informe. De ahí la llamada a extremar la prudencia en la toma de decisiones tanto políticas como empresariales.
La previsión para 2026 modera ligeramente las expectativas: el crecimiento del PIB se situaría en el 1,7% en Euskadi, el empleo crecería un 1,3% y la tasa de paro bajaría hasta el 6,9%. Todo ello, en un contexto en el que la evolución del entorno internacional será clave para mantener —o no— el pulso de la economía vasca.
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