Mitxel Lakuntza

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Mitxel Lakuntza
Mitxel Lakuntza afronta otros cuatro años al frente de la secretaría general de ELA tras ser reelegido esta semana en el XVI Congreso del sindicato ... con un apoyo del 90%. Con fuerzas renovadas, defiende el recurso a la huelga para lograr más y mejores convenios. Asegura que donde las patronales o las empresas ponen contenido el sindicato firma, y dice que un exponente de ello es Gipuzkoa, donde Adegi es una «patronal más pragmática y se pueden firmar buenos acuerdos sin huelgas».
– Hacen bandera de la huelga, un instrumento que genera mucha controversia por el uso que le da ELA. Pradales ha vuelto a insistir que «se debe superar el recurso de la huelga por la huelga».
–Tiene que ver con el objetivo, y el objetivo de ELA es lograr buenos convenios. Esos buenos convenios muchas veces solo son posibles cuando recurrimos a la huelga. Nosotros ponemos datos encima de la mesa. Hemos llegado al Congreso con dos elementos muy importantes: una representación de más del 40% de la CAV y el 23% en Navarra. Y que los convenios firmados por ELA recogen una mayor subida salarial y una mayor reducción de jornada, además de otros elementos. Si los convenios que logra ELA son mejores que el resto se debe a la utilización de la huelga cuando ha sido necesaria. Y es que cuando la patronal decide que la negociación se ha acabado, ELA tiene fuerza para seguir con el recurso a la huelga, que es lo que mantiene viva la negociación y lo que permite esos acuerdos.
–También les achacan «incapacidad de llegar a acuerdos».
–Lo hizo Aitor Esteban. Se podrá criticar a ELA en su valoración sindical o en su valoración política, pero cuando se habla de datos hay que hablar con rigor. Y siendo riguroso, y si se mira la estadística, se ve que estamos hoy en un 90% de cobertura de convenios, y que ELA firma una media de 250 pactos al año. Y no todos son con huelga. Es decir, que se demuestra también que en aquellos ámbitos donde las patronales o las empresas ponen contenidos, el sindicato firma. Y precisamente Gipuzkoa es un territorio que explica eso. Porque ahora acabamos de firmar el de Hoteles y Alojamientos, un acuerdo a cuatro años, con mejoras en la jornada, la contratación y con un incremento salarial del 2,5% por encima del IPC, garantizado. Estos convenios no los consiguen otros sindicatos.
–¿A qué se debe?
– Adegi es más pragmática que otras patronales, porque sabe que ese pragmatismo es importante para llevar una negociación y sabe cuál es la fuerza real del sindicato. Esto es lo que otras patronales no quieren procesar. Confebask está muy lejos de esa posición. Ni siquiera se quiere sentar a negociar un salario mínimo propio. Nos da un portazo. Es una posición muy intransigente, muy autoritaria. Y lo mismo nos pasa con Cebek y SEA. Son patronales que lo único que buscan es la firma con el sindicato más barato. En Gipuzkoa firmamos el Convenio del Metal, el mejor de todo el país.
–ELA ha sido el único sindicato que se ha quedado fuera del acuerdo de Enseñanza Pública. ¿Puede parecer que ELA está sola contra todos?
–Le dimos mucha importancia a que los trabajadores supiesen por qué iba el sindicato a la huelga y dónde estaba su firma. Fuimos el único sindicato que hicimos eso. Y a las puertas de una huelga el resto de los sindicatos firmaron. Nosotros dijimos que ese acuerdo tenía muchas carencias y que había que seguir presionando si queríamos sacar un mejor convenio. En este caso nos quedamos solos y se nos ataca por ello. Dije que el pacto iba a envejecer mal y en tan solo un mes ese acuerdo está ya en crisis. LAB propone ahora dos horas de paro porque el Gobierno Vasco no está cumpliendo. Ya avisamos que fue una firma precipitada.
–ELA plantea retirar la firma y volver a las movilizaciones. ¿Han obtenido alguna respuesta?
–No tenemos contestación. Pero no se va a conseguir un buen acuerdo si no hay más movilización. Hemos visto que había mucho cabreo y mucho enfado en el sector y que las movilizaciones tenían cada vez una respuesta mayor.
–¿Convocarán huelga en solitario?
–No está entre nuestras hipótesis. Nosotros vamos a seguir trabajando en los centros de trabajo para ver centro a centro qué problemas aparecen y nosotros vamos a enfocarlo desde ahí. Aunque el punto importante es la posibilidad de que se abran nuevas movilizaciones en los términos que estamos planteando.
–Plantean movilizaciones en las residencias de Gipuzkoa. Advirtieron que el acuerdo anterior se cerró en falso.
–UGT, que no llegaba al 8% de representación, decidió firmar el acuerdo. Ahora volvemos a la negociación. Cuando nos dicen que no hablemos de política, ponemos esta cuestión como ejemplo, porque esto está relacionado directamente con la política: qué importancia se da desde las instituciones a los cuidados en esta sociedad, y por qué hay un planteamiento de subcontratación de todo un sistema de residencias que debería ser de gestión pública para que se saque de la precariedad a gran parte de sus trabajadoras. El 40% no tiene un contrato de 40 horas, que es lo que te permite tener un salario acorde con el coste de la vida.
–Pradales defiende un salario mínimo de convenio. Confebask ha rechazados dos veces esa posibilidad. ¿Confía en que el PNV y el PSE apoyen la otra vía, la de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para que Euskadi tenga competencia propia en esa materia?
–No parece que el portazo dado por Confebask pueda tener vuelta atrás. Y en cuanto a la ILP, depende de ellos. Lo que está en nuestra mano es presionar todo lo que podamos para que eso se lleve a cabo. Y no sé qué pensará el PNV de esa decisión, pero es muy difícil explicarle a los trabajadores y trabajadoras de este país que en Euskadi se puede vivir con 1.184 euros. Eso, y además, que es mejor que Madrid tome esa decisión... En la ILP no fijamos ninguna cuantía. Lo que pedimos es que se modifique el artículo del Estatuto de los Trabajadores que permita descentralizar la competencia.
–La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha dado un portazo a esa posibilidad.
–Nosotros le explicamos que no le pedíamos que quitara el SMI en el Estado. Este se mantiene, pero que permitan que se pueda subir para que sea acorde a la realidad socieconómica de cada territorio. De todas formas está por ver porque dijo dos cosas diferentes, el primer día y el segundo. Pero esto es la política y en Madrid, tal y como está la situación del Gobierno, van a tener que negociar con muchos, y entre otros con el PNV.
–El vicelehendakari presentará en julio su propuesta para un Salario Mínimo Vasco. ¿Puede servir para desatascar la situación con Confebask?
–No conocemos los detalles. Pero el portazo de Confebask les ha descolocado. Están enfadados, y como no están muy acostumbrados a poner a la patronal en su sitio, pues lo que pasa es esto, que se ha roto el guion. Y también ocurre lo que viene diciendo ELA de manera reiterada: que es una patronal autoritaria a la hora de negociar estas cosas. Porque ellos defienden la legislación española. Confebask tiene poco de Bask y más de España, porque la legislación española les permite extender la subcontratación, los bajos salarios, la precariedad... porque está hecha para favorecer a las empresas y a la patronal.
–En lo que respecta a la reducción de jornada ¿Se puede trabajar menos sin perder productividad como augura la patronal?
–En las últimas décadas todos los excedentes empresariales han ido subiendo y, por contra, las rentas salariales van bajando. En esa tarta del reparto de la economía, la parte que va progresivamente disminuyendo es la parte de los trabajadores y trabajadoras. Por lo tanto, no hay ningún problema de productividad o competitividad.
–Yolanda Díaz dice que en cualquier caso endurecerá el registro horario. En España más de medio millón de trabajadores no cobran las horas extras.
–En algunos sectores incluso la aplicación del convenio sigue siendo un reto. Y con las horas extras pasa lo mismo. Y esto está muy ligado a la inspección de trabajo. Por eso planteamos que se doble la plantilla de inspectores de trabajo. Que se pongan 120 en la CAV y 40 en Navarra. Creemos que doblar la plantilla de inspecciones y aumentar las sanciones tendría un efecto. En Hostelería de Gipuzkoa introdujimos por primera vez en todo el Estado la obligación de establecer mecanismos digitales para su control, pero hay una responsabilidad de la Administración, que no se está haciendo cargo.
–Euskadi lidera las tasas de absentismo. ¿Qué proponen para reducirlo?
–Hay un discurso muy ligado a una realidad construida para que parezca que las bajas se cogen a antojo. Y no se pone el foco en que están aumentando mucho las bajas relacionadas con los riesgos psicosociales o el acoso. Las empresas deberían centrar mucha más atención en aquello que tiene que ver con combatir esas realidades y no, como hace la patronal, con generar un discurso donde parece que la gente no va a trabajar porque no quiere, lo que es totalmente falso. Por no hablar de los accidentes de trabajo. Las empresas no están invirtiendo suficientemente en seguridad y salud laboral y eso explica muchas de estas cuestiones, además de la propia contratación. Muchas de las personas que fallecen en accidentes de trabajo son contrataciones recientes, precarias y subcontratadas.
Mitxel Lakuntza asegura que EH Bildu «se ha acercado de manera muy clara al PNV», un «cambio estratégico muy relevante» que, en su opinión, condiciona a LAB, lo que determina el «alejamiento» entre ELA y el sindicato abertzale. También critica que se esté gestando «un acuerdo secreto entre PNV, PSE y EH Bildu» sobre el nuevo estatus y que se hurte el debate a la sociedad.
– En este congreso se ha constado oficialmente el alejamiento estratégico respecto a LAB, que lo achacan a los pactos institucionales de EH Bildu.
– Nosotros básicamente tenemos dos problemas históricos con LAB. Uno es cómo entendemos la autonomía sindical, y dentro de ella la negociación colectiva. Ahí hay un elemento diferencial: la caja de resistencia. Nosotros convocamos el 80% de las huelgas de la CAV. El siguiente es LAB, con el 28%. En esa brecha está la explicación de la diferencia. Para ELA, la negociación no termina cuando quiere la patronal, sino cuando la lucha da sus frutos, y en este caso la caja de resistencia juega un papel determinante para que la negociación pueda seguir y se consigan esos acuerdos. ELA y LAB tenemos instrumentos diferentes. La segunda cuestión es un tema que siempre ha estado presente pero se ha acentuado en los últimos tiempos.
–Se refiere a EH Bildu.
–La estrategia de EH Bildu de moderación, en este caso de acercamiento al PNV de una manera muy clara, ¿cómo casa con un sindicato que se dice de contrapoder pero que comparten un mismo movimiento con discursos diferentes? Uno de los elementos más relevantes que ha pasado en la política vasca en los últimos años ha sido ese cambio de estrategia para acercarse en este caso a las políticas del PNV.
–El coordinador general de LAB abogó por una coordinación desde la autonomía de ambos sindicatos. ¿Lo ve factible?
– Lo que está planteando es, por ejemplo, lo que estamos haciendo con el salario mínimo. Pero hoy por hoy no hay condiciones estratégicas para un acuerdo global.
–En la ponencia política ELA se muestra abierta a buscar alianzas en otras organizaciones de izquierdas. ¿También con el movimiento EHKS?
–Nosotros tenemos interlocución con la mayoría de las organizaciones sociales de este país y le damos mucha importancia a todo ese poder popular que hay en la sociedad y a todas aquellas organizaciones sociales que tienen que jugar un papel importante en esta sociedad y que determinan también la política que se hace y reivindicamos. En la ponencia lo que estamos planteando es una disposición del sindicato a seguir trabajando las alianzas con esas organizaciones sociales y el movimiento socialista, EHKS, es una de ellas, con la que tenemos una interlocución normalizada.
–Respecto al nuevo estatus defienden que no puede ser un mero cambio cosmético. ¿Es posible un nuevo estatus sin el PSE?
–Hay tres elementos que nos preocupan. El primero, que no haya una lectura compartida sobre una visión crítica sobre el centralismo del Estado, que centraliza las relaciones laborales, también la Seguridad Social, las pensiones y otro tipo de cuestiones. Urkullu alimentó la ficción del bilateralismo, cuando la realidad en los últimos quince años ha sido otra. El segundo aspecto es que si sabemos cuál es el punto de partida del PSOE, que es el responsable de esta centralización y si en el comienzo del proceso lo que se busca es un acuerdo con esa parte, eso va a delimitar de una manera muy clara las posibilidades y los contenidos de ese proceso ¿no? entonces dejarle al PSOE que ponga las líneas rojas de dónde tiene que acabar ese acuerdo es algo que el sindicato no comparte.
–¿Y la tercera cuestión?
–Aquí se está gestando un acuerdo secreto entre tres organizaciones, PNV, PSE y EH Bildu, y eso va contra la filosofía de lo que el sindicato cree que hay que hacer. Porque si no se tiene el apoyo y la implicación de la sociedad, cualquier proceso no va a ir muy lejos y lo que estamos diciendo es que habrá que implicar a la sociedad en este proceso. Tendrá que ser conocedora de esos debates, de las reivindicaciones. Y hoy, lo que sabe el sindicato es lo que sabe la mayoría de la sociedad de ese acuerdo.
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