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Las diez noticias clave de la jornada
Un hombre llena el depósito de su coche en una gasolinera.

El petróleo y las festividades empujan a los carburantes a máximos anuales

Llenar un depósito de gasoil cuesta ahora nueve euros más que con los precios más baratos del año, mientras que la gasolina se ha encarecido casi siete

Jorge Murcia

Viernes, 16 de diciembre 2016, 11:53

Llenar el depósito del coche por menos de 50 euros es hoy día un recuerdo cercano y feliz, que posiblemente no se repetirá en mucho tiempo. El repunte en el precio del petróleo, motivado por la decisión de los principales países productores de reducir su cuota de extracción, tendrá como resultado unos carburantes más caros al menos en el corto y medio plazo. Esa correlación causa-efecto ya se ha dejado sentir en los últimos días, con el agravante de que por medio se ha colado el macropuente de inicio de mes. Como resultado de todo ello, los carburantes han alcanzado los precios máximos del año.

El litro de diésel -el combustible más utilizado por los conductores españoles- se pagaba de media durante el periodo comprendido entre los días 5 y 12 de diciembre a 1,089 euros, según datos del European Oil Bulletin. Es decir, 18 céntimos más que cuando el gasóleo marcaba mínimos anuales, en la tercera semana de enero. En aquel entonces las gasolineras españolas servían el diésel a una media de apenas 91 céntimos por litro. Por tanto, llenar un depósito de 50 litros de capacidad con gasoil costaba en la semana del macropuente de la Constitución y la Inmaculada una media de 54,45 euros. Exactamente nueve euros más de lo que suponía repostar a finales de enero (45,45 euros).

En lo que respecta a la gasolina, el diferencial de precios entre ambas épocas es más moderado. Según los últimos datos recogidos por el boletín petrolero de la UE, el litro de gasolina se paga a una media de 1,202 euros, 13,5 céntimos más que en su momento más barato del año. Que se registró en la última semana de febrero (1,065 euros/litro). Cargar un depósito de 50 litros salía entonces por 53,25 euros, por los 60 de ahora.

La evolución de los precios de los combustibles está íntimamente ligada al del petróleo, que en los primeros compases del año había tocado suelo. Entre el 12 y el 21 de enero el barril de Brent, el de referencia en esta parte del mundo, apenas cotizaba por encima de los 30 dólares. Un precio irrisorio que castigaba las cuentas de las petroleras y hundía las economías dependientes de esta materia prima. Esa cotización se trasladó enseguida a los surtidores de las gasolineras. Al menos en lo que se refiere al gasoil, que bajó a mínimos precisamente en la tercera semana de ese mes. Algo más tardó la gasolina, cuyo precio mínimo anual se hizo esperar hasta finales de febrero.

La decisión de la OPEP

El pasado viernes, el barril de Brent se pagaba a 54,17 dólares, aunque en días anteriores había sobrepasado los 55. En cualquier caso, el crudo se mueve en estos días a niveles bastante superiores a los de antes del 30 de noviembre. Una fecha que para muchos supone un punto de inflexión en el precio de la materia prima. Ese día los miembros de la OPEP, el cártel más poderoso de productores de petróleo- y Rusia -no integrado en ese grupo, pero con un enorme peso en el mercado- tomaban la histórica decisión de reducir la producción de crudo para reducir la oferta mundial en alrededor de un 2%. A este acuerdo se sumaron posteriormente otros países ajenos a la OPEP como México, Kazajistán y Omán.

El día anterior, el crudo cotizaba a 46,34 dólares, y en una sola jornada subió 5. Desde entonces la horquilla se mueve entre los 50 y los 55 dólares, lo que explica en gran medida los actuales precios de los combustibles. Aunque no totalmente. «El petróleo lógicamente influye. Pero hay que tener en cuenta también que las gasolinas siempre van a estar más caras en vísperas de festivos, de puentes o de vacaciones. Es la ley de la oferta y la demanda, es algo que tenemos que entender», explica Juan Mari López, presidente de la Asociación de Empresarios de Automoción de Gipuzkoa (AEGA), que defiende los intereses de los gasolineros de aquel territorio.

¿Y cuánto tarda en trasladarse la cotización del crudo al PVP de los surtidores? Pues no hay una ecuación exacta para esa incógnita. «Hay que tener en cuenta que las operadoras compran los barriles, que luego a su vez tienen que pasar por un proceso de refinado que requiere su tiempo», dice López. También influye la cantidad de reservas que las mayoristas tengan en sus tanques. «Pero yo calcularía que más o menos tarda un mes», se aventura a opinar el máximo responsable de AEGA, quien se indigna cuando oye hablar del efecto 'pluma' y 'cohete', utilizado a menudo por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para explicar por qué cuando el crudo repunta los carburantes suben de precio más rápido que cuando desciende.

El caso es que el consumidor habrá de acostumbrarse a pagar más por los combustibles que en esta época reciente de crudo barato. La mayoría de los analistas coincide en vaticinar que el precio del Brent se moverá a lo largo del año que viene en el entorno de los 55-60 dólares.

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