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Asamblea de trabajadores de Ferroser, empresa para la que trabajaba el operario fallecido a finales de octubre en Michelín.

Las muertes en accidente laboral repuntan en Euskadi

Un negro octubre, con siete víctimas, elevó un 13,6% el número de personas fallecidas en su trabajo desde comienzos de año. Patronal y Osalan achacan este aumento a la casualidad y un cúmulo de distintas desgracias, y los sindicatos creen que se debe a un incremento de la precariedad laboral y las subcontrataciones

Jorge Murcia

Viernes, 25 de noviembre 2016, 10:58

A. G. O, vecino de Sodupe de 33 años y empleado de la empresa foral Basalan. Murió electrocutado cuando intentaba retirar un nido en el barrio de La Magdalena de Erandio. Jorge Romero, vitoriano de 40 años aplastado por una pieza de cinco toneladas en Michelín. Un donostiarra de 42 años de Talleres Leorpe fallece mientras efectuaba trabajos de montaje en la empresa de Mungia Técnicas Hidráulicas La muerte ha reaparecido en el primer plano de la actualidad informativa laboral. En solo mes y medio, desde el 30 de septiembre al 14 de noviembre, 10 personas fallecieron en Euskadi mientras trabajaban. Octubre resultó ser un mes especialmente negro: siete fallecidos, según la contabilidad del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, Osalan. El organismo dependiente del departamento de Empleo y Políticas Sociales ha registrado en los 10 primeros meses del año 25 accidentes mortales, frente a los 22 del mismo periodo del pasado año, lo que equivale a un incremento del 13,6%.

Como siempre sucede en estos casos, los principales agentes del mundo laboral (organismos gubernamentales, patronal, sindicatos) no se ponen de acuerdo a la hora de analizar las causas de este repunte. Para unos supone un dramático borrón dentro de una tendencia sostenida de descenso en la siniestralidad en el trabajo. Para otros, es la consecuencia lógica que emana de otro escenario: el de la precariedad laboral, acentuada por un incremento en la subcontratación del trabajo. Nada extraño si se tiene en cuenta que ni siquiera hay un acuerdo en torno a las cifras de siniestralidad. Osalan habla de 25 muertes desde enero hasta octubre. Aquí se refiere exclusivamente a las acaecidas en el trabajo. Y coloca en otro epígrafe -denominado 'in itinere'- las seis muertes registradas durante los desplazamientos al lugar de empleo, o en momentos de la jornada laboral que no pertenecen específicamente al desempeño del trabajo.

Por su parte, el principal sindicato vasco, ELA, ha contabilizado 40 fallecimientos en los diez primeros meses del año. «La diferencia es que, además de que Osalan no agrupa los accidentes de trabajo con los 'in itinere', ellos a veces dejan fuera de la contabilidad oficial a accidentes de transportistas, que a veces son considerados como de tráfico. Además, en ocasiones las mutuas no reconocen determinadas muertes como laborales», explica Leire Txakartegi, responsable de Seguridad y Salud Laboral del sindicato. De esas 40 muertes, 16 corresponden a empleados de subcontratas, según ELA. «Nuestra lectura, por tanto, es que este repunte de accidentes no es casualidad. Tiene que ver con la precarización del mercado laboral y las malas condiciones de trabajo. El ritmo de trabajo, la falta de formación muchos de los accidentes mortales registrados en octubre se podían haber evitado con medidas de seguridad básicas», añade Txakartegi.

Un diagnóstico básicamente compartido por CC OO, que habla de «subcontrataciones abusivas. Muchas empresas quieren competir en el ámbito de las subcontratas con precios más bajos. Y eso ahorra costes, entre otras cosas en medidas preventivas», dice Alfonso Ríos, responsable de Salud Laboral del sindicato. Ríos reconoce que las circunstancias que han rodeado a los siniestros laborales de las últimas semanas son diferentes en muchos casos. Pero calcula que de las 15 muertes traumáticas registradas hasta septiembre, cinco fueron de trabajadores subcontratados. «En estos casos suele fallar la ley de coordinación de actividades empresariales, para que las empresas sepan qué obligaciones tienen que cumplir en materia de seguridad laboral», sostiene.

Labor de concienciación

La lucha contra la siniestralidad laboral tiene su epicentro en el consejo de Seguridad y Salud Laboral de Osalan, donde están presentes el Gobierno vasco, la patronal y algunos sindicatos. Una de sus principales funciones es la de extender la cultural de la prevención entre los empresarios y los propios trabajadores. Esa labor de concienciación ha sido que la ha permitido reducir los siniestros mortales en el trabajo de los casi 80 registrados en 2000, a los 28 del pasado año. Así lo cree al menos Amaia López Iriondo, técnica del departamento de Seguridad y Salud Laboral de Confebask. «Pero no sólo han bajado los mortales. Los accidentes considerados graves también han pasado de 471 a 153. Y los leves, de más de 50.000 a 26.400», expone.

Reconoce que en las últimas semanas se han concentrado un número inusual de muertes en el trabajo, pero cree que más allá de estas desgracias se aprecia «un descenso generalizado de accidentes» que a su juicio «no puede atribuirse a la casualidad». «Empresas y trabajadores han ido trabajando en la concienciación, a verlo de una manera distinta, aunque hay margen de mejora. El factor fundamental, más allá de la inversión en equipos de trabajo, es el factor humano, la conciencia del riesgo y la seguridad. Las políticas de prevención tienen que ir por ahí», considera.

López Iriondo no cree que haya una relación directa entre subcontratación y siniestralidad laboral, porque a su juicio es una práctica empresarial «que normalmente se hace por entender que la persona subcontratada es un especialista. Es más, una subcontratación especializada te puede evitar accidente añadidos. Por ejemplo, una empresa que está construyendo y que no tiene personal especialista en electricidad, subcontrata a otra que sí se dedica a ello».

Izkaskun Urien, directora general de Osalan, reconoce que «en algunos casos las condiciones laborales no son las adecuadas. Pero respecto a las cifras de 2015, de los 24 fallecidos en su puesto de trabajo, sólo 3 eran de subcontratas». Urien pone el foco delas estadísticas en el aumento de accidentes «no traumáticos» mortales, normalmente causados por afecciones cardiovasculares, «resultado de nuestro estilo de vida actual, sedentario». Así, de las 31 muertes contabilizadas hasta octubre (incluidas las 'in itinere', 14 fueron no traumáticas.

La máxima responsable de Osalan cree «complicado hacer una lectura común» de los accidentes mortales de las últimas semanas. «Pero está claro que cada vez que hay un accidente mortal hay un fracaso en la prevención. ¿Por qué? Porque aún hace falta mucha labora de concienciación para que la cultura de la prevención la tengamos bien interiorizada», reflexiona.

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