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Andrés Barceló, el miércoles, tras comparecer en el Club Financiero Génova, en Madrid.
Andrés Barceló (Director General de la Unión de Empresas Siderúrgicas): «La situación de las acerías vascas es preocupante, pero no como en los ochenta»

Andrés Barceló (Director General de la Unión de Empresas Siderúrgicas): «La situación de las acerías vascas es preocupante, pero no como en los ochenta»

«Sería suicida que la UE no tome medidas para frenar las exportaciones de acero que realiza China, con unos precios por debajo del coste de producción»

FERNANDO SEGURA

Sábado, 14 de noviembre 2015, 09:12

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China está inundando Europa de acero barato, colocando al sector en una situación delicada. Andrés Barceló, director general de Unesid (Unión de Empresas Siderúrgicas) denuncia que el gigante asiático está resolviendo su sobrecapacidad exportando por debajo del precio de producción (dumping). Barceló advierte que sería «suicida» que la Unión Europea no tome medidas para frenar esta llegada masiva de acero. En el caso de Euskadi, considera que la situación es «preocupante», pero afirma que no se corre el riesgo de padecer una reconversión como la de los años ochenta.

- En Gipuzkoa se vive con inquietud la posible venta de las plantas de Gerdau y los malos resultados en bolsa de Arcelor Mittal. ¿Qué diagnóstico realiza de la situación?

- Una parte importante de la siderurgia española está en el País Vasco por multitud de motivos, ya sea históricos o de otra índole. Allí radican empresas de productos planos, largos, aceros especiales e incluso inoxidables. También están situadas en el País Vasco las únicas fábricas de España de tubos sin soldadura. La siderurgia ha sufrido la crisis económica y la burbuja de la construcción con más intensidad que otros sectores. Se ha producido un proceso de ajuste muy doloroso que ha provocado el cierre de fábricas, también en Gipuzkoa (en referencia a Corrugados-Azpeitia). La economía ha comenzado a repuntar moderadamente, pero nos encontramos con que de esa mejora se están beneficiando otros con una política suicida de precios alejados de la lógica del mercado. Esos precios no tienen vinculación ni con los costes de las materias primas ni de producción.

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