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Uno de los pelotaris engancha una bolea con la izquierda.

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Uno de los pelotaris engancha una bolea con la izquierda. Arizmendi
Pelota

La venganza es un plato que se sirve frío

Oiartzun se impone a Azpeitia en la final del Interpueblos por la vía rápida tras ganar con holgura en cadetes y en juveniles

Beñat Barreto

San Sebastián

Sábado, 25 de junio 2022, 18:20

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Han tenido que esperar nueve años y perder tres finales, pero Oiartzun por fin tiene su segundo Interpueblos de Gipuzkoa tras superar ayer a Azpeitia por la vía rápida en un Atano III con casi 800 espectadores (1-2). Los urolatarras, verdugos de los ayer campeones en 2017 y en la final del año pasado, no pudieron con la pegada y la calidad de los pelotaris más jóvenes oiartzuarras, que apuntan maneras y habrá que seguir muy de cerca. La venganza es un plato que se sirve frío.

Los pupilos de Asier Retegi sentenciaron la final en un abrir y cerrar de ojos. No hizo falta alcanzar la tensión del partido de séniors, toda vez que Oiartzun se colocó 0-2 tras los encuentros en categoría cadete y juvenil. De matrícula de honor estuvieron los cuatro bisoños oiartzuarras.

Etxeberria maravilló con varias dejadas de nivel, Leonet atrasó pelota con comodidad y elegancia, Zabaleta trituró a Labaka con catorce tantos hechos y una variedad de remates mientras que Landa, incluso con el dedo mequiñe de su mano izquierda fisurado, dominó y cuajó un partido prácticamente perfecto. Su manera de meter la cintura para poner la pelota en el ocho y castigar al rival, simplemente preciosa. Si a los 198 centímetros le añade masa muscular y sigue puliendo detalles, llegará lejos. Además de pegar con la facilidad y sin pestañear emulando al gran José Javier Zabaleta, tiró de calidad para realizar varias cortadas y hacer un tanto en el ancho engañando incluso a su propio zaguero. Excelentes los cuatro.

Oiartzun consigue la segunda txapela de su historias tras perder las tres últimas finales, las de 2017 y 2021 ante Azpeitia

Se cumplieron los pronósticos y Oiartzun comenzó ganando la final con una superioridad pasmosa. Etxeberria-Leonet, pareja campeona de Euskal Herria en categoría cadete, demostraron estar mucho más hechos, en cuerpo y en ideas, que Otaegi-Larrañaga. Etxeberria, simplemente por corpulencia, castigó mucho a Larrañaga atrasando pelota ante un Larrañaga que no paraba de achicar agua. Las pelotas que devolvía el zaguero azpeitiarra, apenas sin fuerza, eran un caramelo para Etxeberria, que se puso las botas en el remate. Maravillosas sus dejadas con efecto, inalcanzables para Otaegi. Tras un inicio igualado con 5-6 azul, los campeones pisaron el acelerador para hacer diez tantos seguidos y acariciar el primer punto de la final. Leonet también dejó detalles de calidad, pero los once tantos hechos de Etxeberria marcaron las diferencias y sentenciaron el primer encuentro. El delantero hizo cuatro tantos seguidos mientras que Larrañaga envió el 7-22 bajo txapa.

El de juveniles, partido clave

Los responsables de ambos equipos declaraban en la previa que el partido de juveniles iba a ser clave, toda vez que el de cadete tenía color oiartzuarra y el de sénior tintes azpeitiarras. No se confundieron en los pronósticos. Quien ganara el segundo encuentro tendría las txapelas prácticamente en el bolsillo. Y así se apuntó Oiartzun el 0-2, con una exhibición de Zabaleta y una masterclass de movimientos de Landa. La pareja oiartzuarra se colocó 2-10 en poco más de diez minutos y no tuvo piedad al ver tan cerca las txapelas. El mejor de la tarde fue Zabaleta, que se apuntó tantos de todos los colores. De gancho, de dos paredes, otros dos de saque, otro gran contraataque con una pelota de ancho a ancho y también con un gran machete de derecha que terminó con Labaka golpeando duramente contra la pared izquierda. Se vino tan arriba y era tan superior a sus rivales que al ver ochocientas personas en las gradas del Atano III que no paraban de aplaudirle se lució de más y terminó con cinco fallos, casi todos ellos evitables al tratar de rizar el rizo en varios remates. En Landa, destacar, sin duda, el rebote del 2-7. Golpeó de derechas desde el cinco y la pelota botó prácticamente en el nueve. Tiene una pala en ambas manos.

Sobresalieron la pegada de Etxeberria, Zabaleta y Egiguren y la elegancia y facilidad para atrasar pelota de Leonet y Landa

Egiguren, la luz de Azpeitia

Es lo que tiene que los hermanos Alberdi asciendan a profesionales y Murgiondo, curtido en mil batallas, deje la pelota. Azpeitia, pese a dominar durante todo el torneo a todos sus rivales, pierde potencial cuando una localidad de su entidad se pone enfrente. Tras cinco txapelas en las últimas seis ediciones del Interpueblos, ayer claudicaron ante Oiartzun.

Un trompetista, un bombo y el lobo que sigue siempre a Oiartzun e Imaz

La tarde fue lluviosa y triste en Donostia, pero dentro del Atano III los pelotazales se lo pasaron en grande. Ochocientos aficionados disfrutaron de la final del Interpueblos después de que la pasada edición se disputará en el Igarondo de Idiazabal. El frontón donostiarra presentó una grandísima imagen, con todas las entradas de cancha vendidas, mientras que en el piso de arriba otros doscientos aficionados de ambos bandos, los más ruidosos, se dejaron la garganta para animar a sus localidades.

El que más trabajo tuvo fue un joven trompetista azpeitiarra, que no paró de tocar diferentes canciones clásicas como el Txoria Txori, Ikusi Mendizaleak o Geuria-da. No pudo ser ayer. Pese a meter más bulla en parte gracias a la cerveza y un gran bombo, los jóvenes oiartzuarras se fueron viniendo arriba cuando veían a sus vecinos pasar por encima de Azpeitia en la final. Entre el bando oiartzuarra estaba Ander Imaz, ganador del Interpueblos de 2013 que saludó cariñosamente a una treintena de personas. No podía fallar el disfraz de lobo oiartzuarra, fiel a las citas de Oiartzun y del propio Ander Imaz.

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