Como un penalti a lo Panenka

Peio Etxeberria logró seis tantos con el saque, pero en los cinco primeros había sacado siempre jugando con la pared. De hecho, ningún saque había ido al ancho. Para el definitivo decidió sorprender. Y vaya que si lo hizo. Elordi sólo consiguió un tanto con el disparo inicial, lo cual no quiere decir que no hiciera daño porque el vizcaíno sumó seis tantos de saque-remate, especialmente en el tramo final en el que remontó un partido que parecía tener perdido.

Ambos salieron al partido a tumba abierta, imprimiendo un ritmo que lógicamente no iban a ser capaces de mantener. De los cinco primeros tantos, cuatro superaron los diez pelotazos para un total de 61 y los cinco cayeron del lado de Elordi, que tomó la primera renta significativa (5-0).

Una dejada al ancho de Peio Etxeberria le hizo disfrutar del saque, que explotó logrando un parcial de 0-7 con sólo 32 pelotazos intercambiados. El cansancio ya habia comenzado a hacer mella.

Ninguno de los dos dio muestras de una especial solidez en el peloteo y eso hizo que los cambios en el liderato fueran constantes (5-0, 5-7, 9-7, 9-10). Así se llegó al 12-12 tras una dejada de Elordi de saque-remate. El de Mallabia erró acto seguido al ejecutar un gancho y Peio volvió a aprovechar el saque para lograr un parcial de 1-7 que pareció encaminar el duelo a un triunfo más o menos tranquilo del de Zenotz (13-19).

Sin embargo Elordi se negó a hincar la rodilla. Recuperó el saque y cuajó sus mejores minutos haciendo daño con el saque y yendo a buscar muy adelante el resto de su rival para terminar con una dejada o un gancho. Con otro parcial favorable de 7-0 en el que sumó cuatro tantos de saque-remate, recuperó el mando en el marcador (20-19) pero en el momento decisivo falló una volea de izquierda cuando dominaba a Peio en el peloteo (20-20).

Para entonces ya se habían superado los 300 pelotazos y el físico pasaba factura, sobre todo al navarro al que se le veía resoplar más. Elordi recuperó el saque con un buen gancho y sacó para ganar y seguir vivo. Fue un tanto de doce pelotazos en el que el de Mallabia se fue a buscar la pelota para terminar pero midió mal, dándole la opción a Peio Etxeberria de un último saque donde el de Zenotz decidió jugársela a un todo o nada. Y salió cara.